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Mostrando entradas de noviembre, 2023

Tabaco y alcohol

En los supermercados venden tabaco. Ya me he acostumbrado a ver las vitrinas en las líneas de caja. Tampoco es de extrañar: en la península venden alcohol. Aquí también lo venden con igual naturalidad. Mientras esperaba para pagar una papilla de ocho cereales sin azúcar, no para el bebé, sino para mí; uno de los pocos vicios que me han quedado, el señor de delante le indicaba a la cajera una marca de tabaco y le pedía dos cajetillas. No era mucho mayor que yo y estaba, más que pálido, blanquecino, cosa de extrañar en una tierra donde hace sol los trescientos sesenta y cinco días del año y las playas son su mayor atractivo. He tenido la sensación de ver a un espectro invocando a la muerte. Dejar de fumar, según cuenta Cioran en sus Cuadernos, fue la decisión más importante de su vida y de de la que más orgulloso se sentía. Jesús de la Palma 

Amistades

Visito al filósofo bloguero como el que visita a un amigo, esperando que le cuente algo de interés. Se saca un chascarrillo de la manga y se hace llamar Fray Augusto de la Flor. A mi edad no hace uno amigos así como así, de modo que mantengo la distancia y me asomo con sigilo, con la única intención de no molestar. Hoy por hoy considero que tengo amigos; no se puede vivir sin amigos; pero no tengo un amigo, digamos íntimo, con el que me encuentre con asiduidad y haya una confianza consolidada por el correr de los años y a través del trato cercano. He dejado el curso de las aguas a su ser y me he vuelto un hombre algo solitario y esquivo. El último amigo con el que más frecuentemente me encontraba lo di por perdido tras una discusión, otra de tantas entre él y yo. Esta mañana me he acordado de él, y de lo que me dijo; también yo le dije; pero mi decir fue al contraataque, por lo que tengo excusa, la excusa del que se defiende y no ha desenvainado primero. Hace ya un par de años de esto,

Respect

Hoy han cambiado las clases por unas jornadas de convivencia. Se han reunido en el centro sede y han venido alumnos de todos los centros. Se han llegado a juntar noventa personas. Hay alumnos de todas las edades, todos mayores de edad, hasta por encima de los ochenta años. Han comido y bebido y cantado con el karaoke. El centro colindante es de educación especial. Un alumno adolescente, con un autismo severo, a tal punto que tiene que llevar unos cascos aislantes, que lo protegen del ruido exterior, ha aparecido con una profesora y han preguntado si él podía cantar una canción. Se ha atrevido con Respect, de Aretha Franklin, dejándolos a todos boquiabiertos, ojipláticos, por la perfecta entonación y pronunciación. Cuando ha terminado, les ha dicho a todos que ha sido el día más feliz de su vida. Me lo ha contado mientras comíamos, y, cómo me ha costado contener la emoción.  Jesús de la Palma 

Corrección

La prueba de fuego de un escrito es la corrección en papel. Digan lo que digan, y eso que yo soy un asiduo lector en formato digital, el papel es la experiencia lectora por excelencia. He ido a imprimir el cuento para corregirlo y he visto alguna errata que no veía en la pantalla. Nada reseñable, alguna palabra mal escrita y una o dos frases que retocar someramente. Estoy satisfecho. Otra cuestión es la temática. ¿Demasiado controvertida para un concurso? Drogas, cárcel, locura, rebeldía, introspección. Jesús de la Palma 

Vine, vi, vencí

Las Vidas paralelas de Plutarco son un documento de un incalculable valor histórico y psicológico universal, válido para cualquier época. Con la vida de Alejandro he vivido momentos de verdadera emoción. La vida  de César, su homólogo romano, es imponente; he tenido que alcanzar la cota de las 1148 páginas, de algo más de 1700, para llegar a ella; un momento crucial de esta es la narración de cómo César arrojó a Farnaces del Ponto y dio parte a Roma de la prontitud y celebridad de la batalla con la célebre carta dirigida Amincio, uno de sus amigos, con las tres célebres palabras «Vine, vi, vencí».  Jesús de la Palma 

Decorados

Anoche, en la tele, lo nuevo y lo viejo. Lo viejo, no tan viejo, solo que todo hoy corre demasiado rápido. Dos programas de “En tierra hostil”, conducidos por Jalis de la Serna. Primero Turkmenistán (de reciente manufactura), y seguido Corea del Norte (reciclado del archivo de emisiones). Dos regímenes terriblemente herméticos y disciplinados. De la Serna se muestra perturbadoramente inquisitivo con los guías. El de Corea es, cómo no, el inclasificable Alejandro Cao de Benós. Mientras lo vemos, ella vuelve a comentarme que estudió con él en el IES Trevenque. El contraste con la cultura occidental es brusco. Se muestran imágenes de un adoctrinamiento propiamente distópico. Una vez terminados pensé que, momentos antes, había estado viendo, en el segundo canal de la televisión pública, un programa de ciencia, Órbita Laika, en donde el biólogo invitado de turno, para explicar, entre chascarrillos facilones, los aspectos más básicos de su disciplina, se disfrazaba de Cupido para ofrecer una

Cuarenta años después

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En mi caso, treinta y tantos años después sigo con ellos. Los descubrí con doce. El año pasado los vimos en directo, y qué gozada. No hay nada como ver a los grupos de tu juventud, es como traspasar una puerta en el tiempo. Mirando la foto, aunque muy lejano, me veo un aire con el que no enseña los dientes, más que nada porque yo, como él, tampoco sonrío; también por lo alto y delgado, y puede que un poco por la nariz. En cualquier caso, todos han envejecido muy dignamente. Dentro, los reportajes de Reverte y De Prada. El primero, sobre el oficio de camarero, cuyo profesionalismo está en vías de extinción; en cuanto al segundo, quien ha hecho una apuesta sobre seguro, y escribe sobre amnistías y catalanismos, no he pasado del primer párrafo. Jesús de la Palma

Noche y día

La gracia del día es la noche. Me gusta cuando la televisión emite en directo imágenes de otro lugar del mundo donde es de noche, cuando aquí aún es de día. Ahora mismo son las tres y media, mientras que en India, cinco horas más tarde. Difunden las imágenes de una ambulancia que conduce al hospital a varios mineros rescatados de un derrumbe. A mi padre le fastidiaba el invierno por eso mismo, se quejaba de que a las cinco de la tarde ya se hubiera ido la luz. También le daba preferencia al verano, no como yo. En lo demás, al menos en lo esencial, lo que verdaderamente tiene trascendencia, teníamos muchos puntos en común. Éramos amigos. Como Kafka, yo también tuve «amigos chalados e ideas exaltadas», pero al contrario del él, nunca tuve miedo de mi padre y siempre hablé abiertamente con él.  Jesús de la Palma 

La tiranía del mérito

De chico me apuntaron a una carrera. La memoria me dice que fue en terreno urbano. ¿Maracena? Es tarde para saberlo, no queda nadie a quien preguntarle, y la memoria es una embustera licenciada. Dieron la señal de salida y a los pocos metros ya iba rezagado. Nunca me ha gustado correr, y mucho menos competir. No tengo el ímpetu natural necesario para medirme con los otros. Tomé un atajo y me perdí, y perdido sigo. O coloso o enano, no encuentro el término medio, el camino,  pues no reconozco sino cierto regusto a tiranía en la lógica meritocrática.  Jesús de la Palma 

Un domingo de escritura

Paso el domingo escribiendo. Corrigiendo y añadiendo ideas al relato que voy a presentar al concurso. Lo he dividido en varios bloques temáticos: música, cárcel, locura, rebeldía, bienestar; todo ello aderezado con citas y menciones a diversos autores. Para el bloque de la locura me he estado documentando; he acudido a la obra de José María Álvarez. Una mina de incontables y valiosísimos recursos. Los tres grandes casos de la psiquiatría: Schreber, Wagner y Aimée. El loco que ama su locura en tanto que «es una mezcla de placer y poder que puede conducir al psicótico a perseguir la crisis desesperadamente». La industria farmacéutica, que «dicta a su antojo comercial las visicitudes y el modelo de los síntomas», convirtiendo así al loco en un gran consumidor. He nombrado a Henri Roorda, quien a pesar, o quizá merced a su “pesimismo alegre”, gustaba disfrutar de un solomillo de corzo acompañado por un Borgoña viejo. También he reservado un lugar para Albert Caraco, que decidió terminar c

Adrian

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Paso el día escribiendo el relato para el concurso. Le hablo a ella de las bases y de lo suculento del premio. Es la trigésimo octava edición y es en español, pero abierto a todos los países. Le digo que la principal motivación que me ha llevado a plantearme concursar es probarme que puedo cumplir el reto. Como Rocky frente a Apolo, no creo que vaya a ganar. Al igual que él se contenta con aguantarle al campeón los quince asaltos, a mí me vale con ser capaz de escribirlo. Establezco esta analogía, que a primera vista pudiera parecer de lo más peregrina, porque esta noche han emitido “Rocky” en Trece TV. De nuevo me ha costado contener la emoción en los momentos finales, cuando medio ciego llama a Adrian sin importarle lo más mínimo haber perdido el combate contra Apolo. El aplomo y la nobleza de Rocky son modelos de conducta para nuestro tiempo como lo eran las obras homéricas en el suyo. “Rocky” debería verse al menos una vez por curso a partir de sexto de primaria y hasta llegar al ú

Seres para la muerte

Llevo tiempo sin encender la tele por la noche. Ayer, con la vista cansada de la lectura, se me ocurrió buscar si era la noche de  La que se avecina, por si daba la casualidad de que pudiera ver uno de los nuevos capítulos.Y no. La emiten los lunes, y era miércoles. En YouTube, un vídeo de France24: Fentanilo en Ottawa: la crisis de los opioides golpea la capital canadiense. Paradójicamente , los adictos buscan el punto de venta cuya droga haya causado más muertes por sobredosis; de este modo miden la calidad de la mercancía.  Narra Plutarco que luego de que la llanura de Farsalia se llenará de hombres, caballos y armas, y se dieran unos y otros las señales de la batalla, el primero que salió corriendo de las líneas de César fue Gayo Crasiano, quien tras haberse cruzado momentos antes con César, exclamó: «Vencerás gloriosamente, César, y hoy habrás de alabarme vivo o muerto». Habiéndose fijado estás palabras en la memoria, se adelantó en la lucha llevándose a muchos consigo, hasta que

Parque infantil

Voy con Manuel Abril al parque infantil, quiero que empiece a ver cómo juegan los demás niños, que se familiarice con el entorno. Él los mira con atención desde el carrito. En el columpio hacia donde fijamos la vista hay cuatro niñas y un niño. Ninguno pasa de los seis años. Hablan. Cuentan sus heridas. Una de ellas, la mayor y la líder del grupo: «Pues yo tengo veintiocho heridas». Se expresa con orgullo. A continuación nos mira a mí y al bebé con recelo y decide que todos se vayan a otro columpio. Manuel Abril los sigue con una mirada curiosa.  Jesús de la Palma 

Memoria

Va a hacer un año de la muerte de papá. Hace poco cumplió doce la de la abuela y veintidós la de la otra abuela; a un abuelo no lo conocí, era de 1896 ó 1898, no lo recuerdo bien; tendría que preguntárselo a papá, y ya no está; de la del otro abuelo han hecho treinta años. ¡Treinta! De la de mamá, veinticuatro.  Conocí a una de mis bisabuelas hasta los siete u ocho años; cantaba canciones, sentada en su sillón, mientras yo saltaba en la cama y le decía que «más, más», y «venga, venga». Así me lo pinta el recuerdo.  Ayer hablaba con mi hijo mayor y coincidió conmigo en que la vida pasa demasiado deprisa, cosa que cuando yo tenía su edad no pensaba, por lo que me alegró escucharlo.  Cuando duermo al bebé y contemplo su facilidad para coger el sueño, pienso que duerme sin memoria.  Hay quienes terminan rodeados de cariño y sin memoria, me pregunto hasta qué punto son afortunados, o si lo son.  ¿Cuál es el precio a pagar por mantener la memoria? Cada uno habrá de echar sus cuentas. En cual

Vigilia

Me despierto bruscamente en mitad de la noche. Aunque me vuelvo a dormir, tengo que lidiar con una guerra psicológica sin cuartel. Dios concibió el infierno durante una vigilia. Jesús de la Palma 

Orán(ch)

Dan un anuncio de Óranch (Orange) en el descanso del partido entre España y Georgia. Me recuerda a mi padre, que lo pronunciaba en español. Es importante revivir mediante el recuerdo a los seres queridos y ausentes. Su presencia es como esos tickets de compra en papel satinado, con tinta deleble; se va perdiendo con el tiempo hasta quedar únicamente una marca borrosa apenas perceptible; de ahí la importancia de hacerlos partícipes de nuestra cotidianidad. Hay que nombrarlos, visitarlos, volver a ellos mediante imágenes y soliloquios y charlas compartidas. No somos sin los muertos, como no somos sin la muerte, porque vivir cansa, así como cansan los vivos. La idea de la muerte y la remembranza de los muertos son sendos refugios; lugares seguros donde guarecerse de la inclemencias vitales.  Jesús de la Palma 

Siervos

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Hoy, fruto de las ideologías que preconizan el individualismo y la autosuficiencia, que no son sino métodos de blanqueo de la esclavitud moderna, muchos son los inadaptados que deciden marcarse voluntariamente mediante tatuajes en la frente. Jesús de la Palma 

Séptimo cumplemés

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Séptimo cumplemés de Manuel Abril. Sábado. He pasado el día leyendo, junto a él, aprovechando el rato de cada una de sus siestas; ella, estudiando. También yo considero haber estado estudiando. Son pocas las lecturas que abordo que no tengan que ver con alguna disciplina científica; siempre dentro del marco de las humanidades. Salimos a merendar. En el centro comercial, lo he montado en un tiovivo junto a otros niños. Llegada la noche, ella ve en una televisión la película sobre la saga Gucci; yo veo en la otra Los dinamiteros , con Pepe Isbert; una declaración de rebeldía con ánimo justiciero que enfrenta la podredumbre de las Instituciones Gubernamentales en clave de sainete: ladrón que roba a otro ladrón, tiene cien años de perdón.  Jesús de la Palma 

Tipos de interés

Narra Plutarco en sus Vidas paralelas que  Lucio Licinio Lúculo, 118a. C. — 56 a. C., viendo los males que aquejaban a las ciudades, entre otras medidas importantes, mandó que ninguna usura pasase del 1%, y que todos los créditos quedaran libres de carga en el plazo de cuatro años. Lo que contrasta acusadamente con lo que acontece en 2023, gobierno progresista mediante, y con generosos e hiperbólicos discursos   en materia género y bienestar social, donde, no obstante, el tipo de interés medio actual de los préstamos personales es del 8,14 % , mientras que la TAE media es del 9,15%, según el Banco de España; asimismo, las hipotecas constituidas entre 2012 y 2021, tienen un plazo medio de devolución de alrededor de veinticuatro años, llegando a concederse préstamos hipotecarios de hasta cuarenta años. Jesús de la Palma 

Paradoja

Abandono las redes sociales, me paso a la anónima escritura del blog. Recelo ante algún posible lector y a la vez necesidad de lectores. Como en la vida: ganas de vivir y morir al tiempo. Jesús de la Palma 

Tarde de viernes

Después de la charla filosófica del otro día con la fisioterapeuta no hemos vuelto a entrar en conversación. Han sido dos sesiones desde entonces en las que no hemos cruzado palabra más allá del saludo y la despedida.  Cuando he salido me he encontrado con ella y el niño en la consulta de la pediatra.  Después hemos ido a merendar. Le he dado a leer el cuento que estoy escribiendo y ha leído solo unas líneas; nos íbamos al supermercado. Me ha dicho que ha encontrado demasiados datos.  Lo revisaré. Pero de entrada me he desalentado. No digo que no lleve razón. Lo que sucede es me cuesta mucho hilvanar una historia de ficción. Además, me dado cuenta de que siempre hablo de lo mismo cuando trato de novelar mi vida. Hay tres o cuatro acontecimientos que repito siempre, cuando en realidad tengo material en abundancia.  Jesús de la Palma 

Elefantes

Según Plutarco, Cimón era más diplomático que beligerante. En mi carácter también está más marcada la diplomacia que la beligerancia, pero las condiciones no siempre se muestran favorables para mostrar lo mejor de mí. Por lo demás, ha sido una semana difícil. Hoy es viernes y comienza a repuntar el ánimo. Me he despertado con una idea: los elefantes tienden a ocultarse conforme avanzan en el camino de sus dilatadas vidas.  Jesús de la Palma 

“Juventud, divino tesoro”

La juventud es un caramelo envenenado. El mejor consejo que se me ocurre para cualquier joven es que se reserve, lea mucho y hable con Dios.  Jesús de la Palma 

Amor

He podido leer las cincuenta páginas de rigor . La crueldad de Lucio Cornelio Sila, propia de su tiempo, hace que lea con detenimiento la descripción que sobre su vida y hazañas esboza Plutarco. Me planteo abandonar Facebook. Solo me quedaría con YouTube y el blog. No sé qué pasará finalmente. He vuelto a escribir unas cuantas palabras para el cuento del concurso. Llevo poco más de un folio y tengo hasta quince; aunque me puedo quedar en el quinto, pero si sigo adelante, trataré de estirarlo un poco más. Me planteo el lenguaje crudo y directo que estoy usando. ¿Es lo que busco? La oscuridad del pensamiento ha sido la tónica  durante todo el día, pero menos intensa que ayer o días atrás. Con el bebé, momentos de felicidad indescriptibles mientras jugaba con él y se reía. ¡Amor! Jesús de la Palma 

Investidura

Debate de Investidura: decidores de mentidero, histriones, gente baladí. Jesús de la Palma 

La novela

Escribo el diario con la espontánea naturalidad del que se dedica a una tarea cotidiana. Abro la página del procesador de textos o Facebook o el blog y fluyen las palabras como un fresco riachuelo de montaña. Esto sucede porque no invento, sino que, cambiando como mucho un nombre o una silla o mesa de lugar, narro lo acontecido y apenas dejo espacio para la imaginación.  Sin embargo, ponerme a arar en campo abierto se me antoja una tarea insufrible.  Llevo tiempo con la novela en mente, pero la miro como se mira el objeto de deseo que se sabe inalcanzable. Esta tarde he ido a descargar en el teléfono la aplicación de Word y finalmente he ido a dar con el procesador de textos de Google, y cuál no ha sido mi sorpresa: ya lo tenía y no me acordaba, y no solo eso, sino que había, además, documentos escritos, y entre ellos, el comienzo de la novela , escrito hace ya algún tiempo, y el cual no me ha decepcionado, como cabe esperar con mucho de lo escrito pasado el tiempo. Solo había algo má

El trapo de la cocina

Pasadas las diez de la noche había decidido no escribir hoy más. Ha sido un día largo. Pero ella me ha dicho algo en la cocina que me ha traído hasta aquí.  Como he puesto el trapo de la cocina en remojo, con agua y un chorreón de lejía, para desinfectarlo, me ha llamado la atención: «¡Después de una hora la lejía no hace efecto!».  En realidad ha dicho que «¡más de una hora la lejía no hace efecto!». Pero para expresarlo más claramente, en lenguaje escrito, he tergiversado un poco los términos.  Me ha sonado tan literaria su frase que he tenido que pasarme por aquí para escribirla.  Pasan pocas cosas en el diario , aunque a veces, como ahora, tengo la impresión de que menos aún deberían pasar.  La meta es escribir el diario, o un cuento o la novela , únicamente con las piezas laterales del puzzle. Con lo que sucede mientras transcurren los acontecimientos.  Siempre que escribo una entrada para el diario  se la muestro a ella, y siempre le hago la misma pregunta: «¿Tiene algún interés

Autoficción

Vuelvo a visitar un blog al que le seguí la pista durante un tiempo, hace ya años;  unos diecisiete, que son casi veinte; lo que viene siendo en la era de la blogosfera como dos siglos, porque hoy los días dan para lo que antaño los años, y los años, como digo, equivalen a los siglos. Y es que hoy todo transcurre a la vertiginosa velocidad de la luz. En la era cavernaria no había tiempo para pensar porque la ley del hombre, en estado salvaje, era luchar cada día por su subsistencia; en la era digital no hay tiempo para pensar porque el pensamiento, si entendemos por este un proceso largo y sosegado de meditación, ha desaparecido de nuestras vidas. Hoy todos los acontecimientos socioeconómicos se originan a golpe de titulares, cuyo derecho de publicación se arroga la plataforma X. En lo referente al blog de marras, que es de autoficción y cuyo título es homónimo, he vuelto hoy para ver si seguía en pie en medio de esta guerra sin cuartel en el mundo internauta, donde a diario se libra u

Cuaderno de lecturas

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Un cuaderno de lecturas no estaría mal. Debí haberlo comenzado hace años. Qué cosa, el tiempo, los años. Gloria Beatty debería haber vivido más, y sin embargo murió joven. No es por tanto cuestión de quejarse por una menudencia así. De lo que dudo ahora es de sí llevarlo a cabo en papel o en la pantalla.  Seguramente apueste por lo segundo.  Yo, tan anacrónico para algunas cosas... La última lectura ha sido "Nada que esperar", de Tom Kromer. Es una historia difícil, autobiográfica. Es un testimonio de guerra, de una guerra silenciosa que nunca termina, la de la miseria, que se lleva librando desde tiempos inmemoriales. También hay lugar para la belleza y el amor entre tanto dolor. Una Nochebuena cena con Yvonne. Se acaban de conocer en la calle, como no podía ser de otro modo, y ella le pregunta que dónde duerme. «En el parque», responde él. «Puedes quedarte aquí —repone ella— hasta que la propietaria nos eche». Es un momento cumbre en la historia, el único amable a lo largo

Un comienzo magistral

Se me ha ocurrido otro magistral  comienzo para la novela . De nuevo rozando el éxtasis. En lugar de «yo, señor, no soy malo». Diría algo similar a «la justicia es para quienes pueden pagarla...». Por fin podría relatar todo lo que quería, porque en el prólogo aseguraría, y lo remacharía bien claro, que todo lo allí narrado se trababa sola y exclusivamente de elementos ficcionales. En esta ocasión, y a diferencia de como me ha sucedido en las anteriores, no he pensado en posibles editoriales a las que enviar el “manuscrito”; sino que serían mis hijos quienes heredaran el legajo  y se preocuparan de buscar cómo publicarlo. Me decía a mí mismo que tampoco tenía porque ser un delirio, si, total, aquí nadie cree que se vaya a morir; entonces ¿qué de malo había en que yo pensara en consagrarme como escritor cuando ya no estuviera? Estoy ya demasiado vivido para poner el foco en otro vicio que no sea la escritura, que, por cierto, lleva implícita la lectura. De modo que vivo soñando que algú

Sobre motes y apelativos

Lo llamo mi tesorito desde hace unos días. Tesorito lindo y mi tesorito precioso.  A las personas y animales que quiero y he querido a lo largo de mi vida los he llamado y los llamo con apelativos cariñosos. La primera vez que lo hice fue con mi abuela materna. Era yo muy chico y me inventé un prefijo de la nada: surca. De modo que surcabuela esto, surcabuela lo otro. A unos gatitos que tuvimos cuando vivimos en Gran Canaria, Muy mal. Muy mal, para arriba, muy mal,  para abajo, y venían todos corriendo. A mí me pusieron un mote unos niños del colegio, que tenían muy mala leche, y por llevar un día una sudadera con tres rayas blancas horizontales sobre un fondo azul, me comenzaron a llamar esqueleto. Tendría unos siete años. Había dos hermanos que eran muy resabiados, y a otro niño, que por el flequillo lo llamaban sartén, y a mí, nos pusieron a pelear. A mí me dijeron que aquel me había llamado esqueleto a mis espaldas, y a aquel le fueron con el mismo cuento de mí, pero con sartén. D

Reconciliación

Discusión sin importancia, en torno a lo cotidiano. Pienso durante horas razones sólidas sobre las que fundamentar mis argumentos. Rozo la epifanía: «¿Lo ves? Las cosas son así. No hay mucho más que añadir». Cuando nos vemos me desinflo. Las cosas no están tan claras como me las estaba dibujando en aquel mapa mental, de hace tan solo unas horas, que manejaba con ínfulas de táctico militar. Comemos con la televisión de fondo y hablamos como si nada, porque en realidad no ha pasado nada. Más tarde, en la consulta del fisioterapeuta, una paciente que tengo delante habla de largo con el administrativo, quien se muestra amable, pero claramente angustiado ante la interminable perorata de aquella. Es inquiriente y aburridísima; habla sin parar. Me imagino lo que tiene que ser convivir con ella y se me olvida cualquier atisbo de resentimiento con C. Cuando vuelva me reconciliaré sin reservas. Jesús de la Palma 

Café de mañana

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Café de mañana en la cafetería jazzística. Hojeo el XLSemanal. No pretendo congraciarme con confabulaciones prejuiciosas; simplemente constatar un hecho con lo de a continuación: Pérez-Reverte tiene cuna. Así lo deja entrever él mismo en su último artículo de la semana, al que titula El armario de las horas felices y   donde hace mención a una abuela ilustrada y una tía funcionaria de carrera. Asimismo confiesa haber crecido entre tres bibliotecas, a saber, la de sus padres, la del abuelo paterno y la de la abuela materna; lo que no está mal para una época, aquella, de tipismo franquista, donde el analfabetismo campaba a sus anchas entre los hogares más humildes. Con el correr de las páginas, el artículo de De Prada. Lo titula “Periodismo farlopero”, donde, a falta de abuela, reivindica una vez más su independencia intelectual a la hora de ejercer su labor periodística frente a lo que él llama de ordinario la izquierda caniche  y la derecha de distorsiones cognitivas y delirios lisérgi

¡Agáchate, maldito!

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“¡Agáchate, maldito!”. Una película con marcado acento epocal en la producción y con muy buena trama. ¿Qué hace un libro de Bakunin en suelo mexicano? La revolución. Parafraseando a uno de uno de los protagonistas, Juan Miranda: «Llegan unos tipos que saben leer libros y convencen a los pobres que no saben leer para que hagan la revolución, y entonces los que saben leer se quedan con todo».  Jesús de la Palma

¿Dónde fuimos felices?

¿Dónde fuimos felices?  Yo era feliz los sábados y domingos por la mañana, cuando era niño y me despertaba e iba al dormitorio de mis padres y me metía en la cama con ellos y les decía: «Voy a bucear». Y me sumergía debajo de las sábanas y jugaba a perderme.  Esta tarde de domingo me he echado una pequeña siesta con el bebé encima, y cuando se ha despertado, se ha puesto a recorrer la cama, como si de un terreno inmenso e ignoto que explorar se tratara.  Los niños necesitan lo nuevo para su felicidad así como los mayores, y cuanto más mayores, más, necesitamos que nos devuelvan a lo conocido, allí adonde fuimos felices, para nuestra felicidad.  Jesús de la Palma 

Vida revolucionaria

Se me ha aliviado el dolor de cabeza sobre el mediodía. Pero he preferido no retomar la lectura formal y me he recreado con algunas páginas de los Cuadernos  de Cioran por la mañana y algunas de los Diarios  de Cheever por la tarde. Entretanto, he escrito, con esta, tres entradas para el Diario.  Leer y escribir y amar y tomar café. Esa es mi vida. La vida de un revolucionario.  Jesús de la Palma 

Periódico y café

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Podría escribir el diario solo con lo que observo, pienso y leo en cada cafetería que voy. Gran parte y una parte muy importante de mi vida ha transcurrido y transcurre en las cafeterías. Hoy mismo, después de hojear el periódico, he le leído unas páginas de los  Diarios de Cheever en la aplicación de Kindle, que también tengo instalada en el teléfono. No sería capaz de abrirme en canal como él. Confieso pecadillos; pero la procesión de ánimas cuitadas y suplicantes va por dentro. Los Diarios de Cheever están tan vivos como él, que a sus sesenta y ocho años, y tras una vida única , con todo el peso de la palabra, y con un ánimo , según él mismo confiesa, hecho de heridas supurantes y curas milagrosas,  se reivindica: «Sostengo que aún poseo capacidad para ser feliz». Creo que todo el mundo debería leer sus Diarios, bien para deleitarse, bien para escandalizarse.  Jesús de la Palma 

Confesionario

Siento una manifiesta predilección por el diario íntimo frente a cualquier otro género literario. El diarista no es un mentiroso, como el novelista, y no estoy aludiendo al término con ánimo peyorativo; reflejo un hecho. Al diario viene uno a confesarse; no tiene sentido mentir, que sería mentirse. Y no hay nadie más necesitado de confesión, de encontrarse en la verdad, que el diarista. Como lector, cada día huyo más de la ficción gratuita. Como escritor, excepto algún cuento esporádico enviado a diversos concursos literarios, nunca la he practicado. No me interesa la metáfora estupefaciente, sino el regusto áspero de la vida en prosa. Me interesa infinitamente más, por ejemplo, el diario íntimo de Arthur Adamov, que sus primeras fantasías absurdas. El comienzo de sus Memorias (I) es memorable, cuando narra que a la edad de cinco años, tras enterarse de que la familia era dueña de gran parte del petróleo del Caspio, se aferró a las faldas de su abuela quejumbroso: «No quiero ser pobre,

Un gesto romántico

En la cafetería. Él y ella. Jóvenes. Ropa oscura, entre vaquera y deportiva. Parecen jevis. Sobre todo él, que luce una larga melena y una barba rala y descuidada. Los dos llevan botas de montaña y pantalones cortos. Lo más llamativo es que, en un inocente gesto romántico, se han intercambiado los calcetines, y así cada uno lleva uno de cada par. ¿Por qué le otorgo a él el papel de víctima propiciatoria y le auguro un mal futuro en la relación?  Jesús de la Palma 

Sesión de fisioterapia

Sesión de fisioterapia. Me pregunta cómo ha ido la semana. «Bien, la rutina, ya sabes. Pero somos afortunados de tener una rutina, claro».  Le pregunto que si lee. «Algo, por las noches», responde.  Hoy por hoy lo único que me interesa de una persona es si lee o no, y si es que sí, qué lee.  De ahí paso a Kant: «Hubo un filósofo muy importante que nunca salió de su pueblo y que tenía una rutina tan estricta que la gente sabía la hora que era cuando lo veía pasar».  Le expreso la suma importancia que para mí tiene la filosofía en la vida cotidiana.  «La filosofía sirve para que no te engañen», le refiero, entre otras cosas; lo que me lleva a recordar una cita de Cioran anotada en sus Cuadernos, a saber : «Cualquier actualidad  es necesariamente no filosófica». Me pregunta por filósofos preferidos y le digo que todo pasa por Grecia, y nombro a Platón y a Aristóteles.  Hago mención a la literatura.  Como es una chica muy joven, nombro  El guardián entre el centeno: « Es un libro que me g

Pesimismo atroz

Cioran es de los pocos autores que puedo leer con dolor de cabeza y la primera elección entre todos ellos. Paradójicamente, con su pesimismo atroz, evoca un oasis en mitad del desierto. Un 21 de mayo de 1968, escribe en sus “Cuadernos”: «El paraíso terrenal: una muchedumbre... escéptica». Jesús de la Palma 

Tomorrow is today

Billy Joel marcó una etapa muy importante de mi vida. Todas lo son. En mi caso las divido por décadas. Cada diez años más o menos experimento un cambio importante en mi forma de ver las cosas. No soy el de siempre , por eso tiendo a la soledad. La cuestión es que el de Tomorrow is today , su canción más significativa para mí, ha publicado una foto en sus redes, del día en que firmó su contrato discográfico con Columbia Records. Aparece flanqueado por dos hombres a cada lado, a los que nombra en orden de izquierda a derecha. Varios de ellos han fallecido. Es como mirar una imagen en la que apareciera una cohorte de ánimas, una evocación del más allá. En algunas culturas existe la superstición de que las fotografías se apropian de nuestra alma, y en cierto modo es así, pues cada uno de los que hayamos visto la imagen habremos evocado sus espíritus. Yo mismo, buscando quienes eran y sus paraderos. La aplicación de fotos, por su parte, me ha recordado una foto que le tomé hace años a una f

Apuntes

Me despierto temprano. Dolor de cabeza. En los Cuadernos  de Cioran, que consulté anoche para añadir una idea a lo último que escribí antes de acostarme, al paso, un escueto diálogo: «¿Cuál es su actividad?». «Deploro». Con otras palabras, es la misma idea que expresa el grafiti de la foto de portada de mi perfil de Facebook, que reza: “Me cago en todo en general”. Después de todo no encontré en el libro lo que buscaba; no lo había subrayado, pero sí lo hice por medio de las etiquetas del blog; recordaba haberlo citado. Hasta no hace mucho no sabía para qué servían las etiquetas, y en todas escribía apuntes , que viene del nombre con el que titulaba una antigua página que gestionaba en Facebook, a saber, Apuntes apátridas ; que, a su vez, tomé prestado del título del libro de Ribeyro Prosas apátridas . Jesús de la Palma 

El dolor de lo cotidiano

En el telediario de medio día, la noticia de unos inmigrantes que trabajaban como jornaleros en el campo en condiciones de esclavitud. Dejan esta información para el tramo final, tras haber tratado con profusión y detalle los horrores de la guerra. Entremedias, el ataque a Vidal-Quadras, que inevitable y trágicamente recuerda a los sanguinarios años ochenta y noventa de sangre y plomo.  Ante este tipo de acontecimientos siempre tengo presente la idea de Susan Sontag. Me siento a contemplar “el dolor de los demás” como telespectador.  También como espectador unas páginas de las “Vidas paralelas” de Plutarco, quien describe con detalle las batallas de griegos y romanos.  No importa el grado de detalle con el que lea las vejaciones a las ciudades conquistadas por  Alejandro de Feras, ni la pormenorización de su crueldad en los asesinatos cometidos, soy un mero lectoespectador.  J. D. Salinger se aisló del mundo después de experimentar los horrores de la guerra. ¿Con quién podría compartir

El pañuelo rosa

No hace mucho le enseñé en un escaparate un pañuelo para el cuello. Le dije que iría divina con él; muy elegante. Le dibujé un atuendo con pañuelo mientras subíamos las escaleras mecánicas del centro comercial y dejábamos atrás los maniquíes sin quitarles la vista. Me dijo que no. No era para ella. Han pasado las semanas desde aquello sin cambios en su atuendo, hasta que hace unos días decidió probar con uno de mis pañuelos. Antes he ido y le he comprado uno, rosa, que tanto le gusta. No obstante, cuando ha salido, se ha vuelto a poner el mío. Al preguntarle, me ha sonreído: «Es que combina mejor con lo que llevo». Jesús de la Palma 

Política de privacidad

Anteayer me apareció un aviso en la pantalla del teléfono mientras usaba Facebook: si quiere usted seguir usando la aplicación, suscríbase a la modalidad de pago mensual y disfrute de una experiencia sin anuncios, o acepte nuestra política de privacidad. Al momento pensé que era culpa mía haberme metido en ese berenjenal. ¿¡Qué botón había pulsado!? Pero rápidamente entendí que era una notificación genérica: el propio Facebook “pasando el cepillo”. Luego lo comprobé con ella, que también había recibido el aviso. De Facebook uno se puede marchar cuando quiera, pues sin la plataforma de redes sociales se puede vivir perfectamente, e incluso mejor. Pero, ay, qué decir de las entidades financieras, cuando también deciden “pasar el cepillo”, o las multinacionales petroleras o las grandes empresas energéticas o los grandes propietarios inmobiliarios o las grandes comercializadoras de alimentos y hasta los propios Estados, y qué sabe uno cuántos más se suben al carro del “fuego y el saqueo”;

“Boca”

El “niño (viral) de Boca”, completamente ajeno, por su edad, a la desgracia que se cierne sobre él mismo y su familia, lo que lo hace aún más digno de compasión: «Rifamos la moto de mi papá, rifamos “la Play”, para venir acá, ¡y no tenemos ni entradas! Pero mirá lo que es esto, mirá lo que es esto —al periodista—, esto es Boca, loco. ¡Dale, Boca!».  Este fanatismo es el que mantiene a la humanidad en pañales, con la población gobernada mediante la superchería y la riqueza siempre acumulada en unas pocas manos, contribuyendo así perennemente al desarrollo de un sistema que fomenta la desigualdad de manera impía.  A medio día abren el telediario de La 1 con las multitudinarias protestas contra la amnistía de los presos del “procés”: mismo fanatismo, diferente escenario. Un infantilismo psíquico que participa del delirio colectivo. En “El malestar en la cultura”, Freud hace referencia a un sentimiento religioso que cataloga de «oceánico» y que, en referencia a sí mismo, asegura: «No logro

Búnker

Un sueño angustiante. Veo caer al mar un avión de pasajeros con mis propios ojos. Relaciono el furioso soplar del viento con cazas de guerra que nos sobrevuelan. Cerca, una explosión. Experimento el terror. Para el hoplita, ciudadano-soldado de las Ciudades-Estado de la Antigua Grecia, lo normal era estar en campaña de guerra, y lo excepcional, permanecer en un campo de entrenamiento de la ciudad; lo que hoy llamaríamos base militar.  Me fui a dormir con unas páginas de “Palestina, cien años de colonialismo y resistencia”, de Rashid Khalidi. Antes, algo cansado de mí mismo, prometiéndome que no volvería a escribir nada, había buscado en la televisión alguna película. Me despierto con ímpetu narrativo, mi búnker particular contra la batalla cotidiana. Jesús de la Palma 

Desollamiento

La fisioterapeuta es joven. Podría ser mi hija, por edad. Me preguntó el nombre y entabló conversación. Me contó donde nació y cuánto tiempo llevaba aquí. Yo le conté cómo me había lesionado: en una clase de bicicleta en interior. Se descubría en su forma de hablar una inocencia aún no corrompida por la experiencia. Más tarde pensé en cómo a mí, con el transcurrir de los años, las experiencias vitales me arrancaron la inocencia como se le arrancaba a un condenado la piel a tiras en Asiria, Alta Mesopotamia. Luego abracé mi libertad de acción y dejé de sentir que “el mundo me había hecho así”, y comencé a otorgarme un meditado y moderado mérito por la determinación propia. ¡Qué hacer con lo que hicieron de nosotros! Pero esta idea no es nada original; ya Homero abrazaba el existencialismo cuando los sucesos ordinarios y comunes que se gobiernan con la razón los ponía a cuenta de lo que está en nuestro poder. Jesús de la Palma 

Recordatorio

¿Qué se yo de cómo ven el mundo los otros? Recordatorio: dejar de hablar en tono generalista.  En el ámbito laboral, principalmente donde la precariedad es más acusada, los empleados se disputan el dudoso honor de ver quien trabaja más duro. Se disfraza la inhumanidad con el traje más benigno. Esta noche el viento ha soplado con violencia ahí fuera. Del mismo modo soplan las ideologías en los oídos de los incautos que no han tenido la prevención de sujetarse al mástil del buen juicio. El bebé se mantiene sentado. Ella habla de hitos. Ayer leí cincuenta páginas: mi hito diario. La soledad es una constante en mi vida: cuanto más acompañado, más solo.  La lectura es un ejercicio solitario. Así como la escritura. Leo y escribo, por lo tanto, para abrazar mi soledad.  Las etiquetas de cada una de mis camisas llevan bordada una leyenda: “Melancolía”. Porque es esa apacible e inseparable sombra que siempre me acompaña lo que me abstrae y me aleja de la barahúnda.  Jesús de la Palma 

No morir en el intento

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En Rakuten TV, “Muerto en una semana”. Un joven escritor “sin publicar” pretende suicidarse y lo intenta infructuosamente hasta en diez ocasiones, según confirma él mismo en una reunión donde se le hace una propuesta editorial.  Para morir definitivamente sin desfallecer en el intento, contrata a un sicario a punto de retirarse, para que haga la tarea por él.  Es una comedia delirante, fiel reflejo de la vida en sociedad. La película se estrenó en 2018, año en el que yo mismo estuve a punto de morir, aunque no por un intento de suicidio. Fue algo mucho más prosaico.  Me gusta ver películas de escritores, y si están atormentados, mejor.  No me gusta la gente feliz, albergo demasiados prejuicios sobre ella.  El estudio de William, el joven escritor y protagonista, está repleto de libros, porque los escritores primero son lectores.  A veces me imagino encerrado para siempre en una casa-biblioteca leyendo y escribiendo, apartado del mundo.  Jesús de la Palma 

Un hogar al que volver

Desintoxicación televisiva: llevo varios días sin ver el telediario. Por la tarde, en la clínica, hablo con la fisioterapeuta de «la gente joven como tú». Guardo la esperanza de que me contradiga, que derribe la barrera etaria que levanto entre ambos. Nada.  No hace tanto quería ser mayor de lo que en realidad era. Alcibíades era un buen perla, con sus andares afeminados y su soberbia juvenil y su altanera conciencia de clase. Lo narra Plutarco en sus “Vidas paralelas”. Lo leía antes.  Hemos salido a merendar. Café con leche, té de frutas del bosque y un par de pastas con chocolate. El cartelito rezaba “Nutella”. Todo lo que rodea hoy la vida cotidiana, material e ideológicamente, está dominado por la influencia de las grandes marcas comerciales.  El bebé chilla de contento antes de dormirse; al momento llora y se revuelve. Si él supiera que ninguno de nosotros sabemos a ciencia cierta hacia dónde nos dirigimos... Afortunadamente no lo sabe, y confía. No recuerdo el día que dejé de con

Animales de compañía

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Desconozco hasta qué punto el antinatalismo del filósofo noruego Peter Wessel Zapffe o la “filosofía de la redención” de su homólogo Philipp Mainländer son ideas originales, pero, aun siendo un profano en materia de antropología cultural, tiendo a creer que el deseo de paternidad tiene más que ver con el instinto que con la cultura; otra cuestión es la crianza, siempre sujeta a cambios e interpretaciones a lo largo de los siglos. No sucede así con los animales, pues la mirada hacia estos es principalmente cultural. Hoy coronamos a los leones como reyes de la selva, y nos indignamos y hasta el desaliento frente el asesinato de un elefante; pero el europeo del siglo XV, y pongo como ejemplo el “San Jerónimo (con león)” de Stefan Lochner, no podía sentir por una bestia leonina, animal mitológico para él, la empatía natural que podría haber sentido por un bebé. Para el propio Descartes los animales eran, desde su punto de vista, «bestias sin pensamiento», autómatas, máquinas. Más parecidas

Cines Verdi

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Anoche, como el sábado pasado, puse en la tele Cines Verdi TV. Daban Amor, de Haneke. La cogí a algo más de la mitad. Pero ya la había visto anteriormente y también escribí sobre ella. El final me volvió a sobrecoger. Cuánto dolor, sutileza y belleza juntos. Haneke se reserva su derecho al silencio. Es cine para adultos, para mentes emancipadas. Es una cinta lenta, donde todo transcurre en interior. Largas escenas donde nada sucede excepto la poesía del silencio y el movimiento pausado. Se oyen los pasos y el crujir de la madera.  Más tarde dieron  Van Gogh , de Maurice Pialat. Al principio no me hacía con el rostro del actor, pero a los pocos minutos ya me había ganado su interpretación. Leí Cartas a Theo hace años y no lo tengo fresco en el recuerdo, pero la cinta me refrescó la memoria, por lo que entiendo que se hizo un retrato más o menos fiel de su testimonio. La tuve que dejar a la mitad porque ya era tarde, pero me gustaría volver a verla. Se trata desde el princi

Hombre bueno, hombre santo

No existe hombre bueno, y menos santo, excepto el muerto.  A Pericles no lo echaron en falta los atenienses que llevaban mal su poder mientras vivió, sino una vez desaparecido. Así termina Plutarco la narración de su vida.  He pasado la tarde-noche leyendo y escuchando el cuarteto de Dave Brubeck y a Chet Baker. Dave Brubeck tenía el pelo como mi padre: ondulado y peinado hacia atrás. Ambos vestían chaqueta y corbata. Fueron hombres de su época, como yo lo soy de la mía.  Siempre dije, también en vida, que mi padre era un santo. Me reservo el derecho a la contradicción.  De Chet Baker me fascinan su vida y su carácter. Hay un documental sobre él: “Let's Get Lost (Vamos a perdernos)”. Me interesa su faceta más íntima en parte porque fue drogadicto, y siento un enorme respeto por los locos y los drogadictos; ninguno de los dos soporta la realidad, la visión de los hombres “cuerdos” y “saludables”.  La vida en común siempre me ha  parecido una perversión en sí misma, una trama distópi

Vivir o no vivir

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He escrito en el buscador «los jóvenes no pueden independizarse» y no me han faltado noticias actuales que consultar. El titular más reciente, de Él País, de 11 de agosto de 2023, reza lo siguiente: “La pérdida de poder adquisitivo y la subida ininterrumpida de los precios de la vivienda dificultan la independencia, a la que solo accede el 15,9%”. De este modo se libra una guerra silenciosa, de desgaste psicológico, para concentrar la riqueza en unas pocas manos. Mientras tanto, entretenimiento a mansalva y vasto y cínico engrosamiento del DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría).  Jesús de la Palma

Mascotas

Narra Plutarco en su “Vida de Pericles” el caso de ciertos forasteros ricos que llegaron a Roma con pequeños perritos y monitos en brazos, a los que César, sumamente contrariado, según parece, les preguntó si las mujeres en su tierra no parían niños. Lo que me lleva a pensar en la extendida práctica actual de tener animales por hijos no solo entre los ricos, que los tienen a la par que a sus dilatadas progenies, sino que abarca a su vez a todos los estratos sociales; pero lo que preocupa, o al menos debería hacerlo, es hasta qué punto es saludable emocionalmente, o no más que otra imposición por parte del doctrinario y sanguinario régimen capitalista, trasladar, por una manifiesta imposibilidad de sustentar económicamente un proyecto de futuro y compromiso entre iguales, la inclinación natural que hay en nosotros al amor y el afecto familiar a los animales. Jesús de la Palma 

Lost in paradise

Llevo varias tardes seguidas escuchando, mientras paseo con Manuel Abril,  The sweetets pain, una  canción de Dexter Wansel. Anoche, cuando llegamos, estuvimos un rato jugando, y mientras lo sostenía encima de mí, haciéndole todo tipo de piruetas y cucamonas para cansarlo hasta la hora de dormir, lo miraba a los ojos y le tarareaba el estribillo, que reza como sigue: «When I look into your eyes I get lost in paradise (cuando te miro a los ojos me pierdo en el paraíso)». Jesús de la Palma

La voz de su amo

Echo la vista atrás. ¿Cuándo comenzó todo? Me remonto a los cinco años. A partir de ahí no encuentro solución. Nada podría cambiarse por mucho que pudiera revertir el tiempo. Todo está como está porque así tuvo que suceder. Soy el mismo desde el parvulario. El aislamiento como seña de identidad. La soledad elegida con contadas excepciones. Un círculo extremadamente estrecho. Hubo apertura al mundo, sí; que fue a parar no obstante en más cerrojos de los que ya había en un principio. La solución estaba ahí, era tan sencilla como plantarse; aceptar que no había solución. Pero nunca fui capaz de ver a primera vista lo transparente, que es mafiniesto; lo que no miente. Siempre fui un paria encadenado que perseguía sombras de realidad. Me pregunto qué sería de nosotros si conociéramos mejor la historia; las dos historias: la del pensamiento y la del curso de los acontecimientos. Me niego a vivir la vida como una bola de nieve que rueda por la pendiente en caída libre, a la vez que engorda y

Costumbres

Lo comentamos durante el desayuno. La costumbre de cortesía de ceder el paso a las mujeres viene de la Roma antigua. Lo narra Plutarco en su “Vida de Rómulo”. Hoy cederle el paso a una mujer podría malinterpretarse como un gesto de condescendencia. Asimismo narra, en  la “Vida de Teseo”, el origen de la costumbre, por parte de los Abantes, amigos de combatir de cerca, de llevar corto el cabello; pues de este modo, en los combates cuerpo a cuerpo, evitaban que el contrario aprovechara una larga melena como asidero; una práctica ancestral que ha llegado intacta a la actualidad y forma parte del código de vestuario militar. No es así de extrañar que el movimiento jipi y pacífista que lideró ideologicamente a parte de la sociedad en de la década del sesenta del pasado siglo, se caracterizara por lucir largas melenas. Hablamos del bebé. Tiene el mismo remolino en el cogote que yo, por lo que, si decidiera dejarse el pelo largo no creo que fuera su seña de identidad, sino algo transitorio, c

Costumbres

Lo comentamos durante el desayuno. La costumbre de cortesía de ceder el paso a las mujeres viene de la Roma antigua. Lo narra Plutarco en su “Vida de Rómulo”. Hoy cederle el paso a una mujer podría malinterpretarse como un gesto de condescendencia. Asimismo narra, en  la “Vida de Teseo”, el origen de la costumbre, por parte de los Abantes, amigos de combatir de cerca, de llevar corto el cabello; pues de este modo, en los combates cuerpo a cuerpo, evitaban que el contrario aprovechara una larga melena como asidero; una práctica ancestral que ha llegado intacta a la actualidad y forma parte del código de vestuario militar. No es así de extrañar que el movimiento jipi y pacífista que lideró ideologicamente a parte de la sociedad en de la década del sesenta del pasado siglo, se caracterizara por lucir largas melenas. Hablamos del bebé. Tiene el mismo remolino en el cogote que yo, por lo que, si decidiera dejarse el pelo largo, no creo que fuera su seña de identidad, sino algo transitorio,

Tócala (otra vez), Sam

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Que los jóvenes no sepan quién fue Humphrey Bogart es trágico y natural a la vez. A mí Bogart me pilló a desmano; tardé en encontrarlo, ya que no había redes sociales y me llevaba nada menos que dos generaciones; pero aun así lo hice, y me quedé con él. Me costó entender su papel de galán; un hombre que ni era guapo ni corpulento. Tengo una colección de deuvedés de cine en blanco y negro en la que hay más de una de sus películas. Fue mi padre quien se preocupó de armármela; iba cada sábado al quiosco de prensa para comprar la que tocara. Ahora el aparato de deuvedé está desenchufado y guardado en un cajón, y las películas, olvidadas en una estantería, cerca del recuerdo de mi padre. No obstante no puedo olvidar Casa Blanca ; debería haber un canal de televisión donde emitieran las películas de Bogart durante todo el día, con tertulias intercaladas, y que todas las noches, sobre las diez, dieran Casablanca : «Tócala (otra vez), Sam». Lo que sería un aviso de que el día siguiente estaría

El Día de Todos los Santos es granadino

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Que cada uno opine a su antojo, pero el Día de Todos los Santos es granadino. Aquí tenemos el humilde pero ceremonioso recuerdo del Hermano Gutiérrez, hombre santo y esforzado cuestor, que con su resplandeciente y perenne sonrisa como arma, se atrevía a cruzar cualquier puerta, por importante y soberbia que esta fuera; siempre recolectando para sus angelitos de Dios. También tenemos la imagen viva de Fray Leopoldo, otro humilde limosnero, caracterizado por su generosidad hacia los más necesitados y su disposición a ofrecerles consejo y comprensión; declarado de forma solemne beato por la Iglesia católica. Tenemos asimismo el cementerio de San José, considerado cementerio monumental   , que además tiene sus propias rutas turísticas, y pertenece a la “ruta europea de cementerios históricos"; situado en las inmediaciones de la Alhambra. En Granada murieron mis abuelos y mis padres; para mí, santos todos ellos, porque santo es el que vence a la muerte permaneciendo en la memoria de lo

Noche de las Ánimas

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Me ha pasado lo que a Gustavo Adolfo Bécquer en la víspera del día de Todos los Santos. A él, tal y como narra en “El Monte de las Ánimas, lo despertó «a no sé qué hora, el doble de las campanas; su tañido monótono y eterno me trajo a las mientes esta tradición que oí hace poco en Soria.Intenté dormir de nuevo; ¡imposible! Una vez aguijoneada, la imaginación es un caballo que se desboca, y al que no sirve tirarle de la rienda. Por pasar el rato, me decidí a escribirla, como, en efecto, lo hice». Y así mismo hago yo, que escribo de madrugada porque un mosquito o mosquilla me ha zumbado en el oído de madrugada y me han venido a visitar los fantasmas del presente, pasado y futuro, que vienen vestidos no con sábanas ni cadenas, ni tampoco emiten los alaridos propios de los condenados que se dedican a perturbar la conciencia de los vivos. No. Los míos son fantasmas de este tiempo, sofisticados, con móviles y ropa de las grandes franquicias y que tienen acceso a las plataformas de programaci