Autoficción

Vuelvo a visitar un blog al que le seguí la pista durante un tiempo, hace ya años;  unos diecisiete, que son casi veinte; lo que viene siendo en la era de la blogosfera como dos siglos, porque hoy los días dan para lo que antaño los años, y los años, como digo, equivalen a los siglos. Y es que hoy todo transcurre a la vertiginosa velocidad de la luz. En la era cavernaria no había tiempo para pensar porque la ley del hombre, en estado salvaje, era luchar cada día por su subsistencia; en la era digital no hay tiempo para pensar porque el pensamiento, si entendemos por este un proceso largo y sosegado de meditación, ha desaparecido de nuestras vidas. Hoy todos los acontecimientos
socioeconómicos se originan a golpe de titulares, cuyo derecho de publicación se arroga la plataforma X. En lo referente al blog de marras, que es de autoficción y cuyo título es homónimo, he vuelto hoy para ver si seguía en pie en medio de esta guerra sin cuartel en el mundo internauta, donde a diario se libra una encarnizada batalla por ver quien miente más o dice más disparates, y, en efecto, y para mí regocijo, seguía vivo. Lo regenta un profesor de instituto de filosofía almeriense, y la última entrada escrita es de ayer mismo, 13 de noviembre de 2023. Escribe sobre «la necesidad oficial de un diario de lecturas». ¡Qué proeza! ¡Qué tesón! Los blogs como este, no obstante, opino, son en este momento de turbulencias ideológicas y de todo tipo, como búnkeres antimisiles o como librerías de viejo o como libretas de papel donde escribir a mano; en definitiva, refugios seguros donde guarecerse de las habladurías de mentidero; de la violencia y la estupidez que gobiernan hoy donde quiera que uno mire.

Jesús de la Palma 

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