Un comienzo magistral

Se me ha ocurrido otro magistral comienzo para la novela. De nuevo rozando el éxtasis. En lugar de «yo, señor, no soy malo». Diría algo similar a «la justicia es para quienes pueden pagarla...». Por fin podría relatar todo lo que quería, porque en el prólogo aseguraría, y lo remacharía bien claro, que todo lo allí narrado se trababa sola y exclusivamente de elementos ficcionales. En esta ocasión, y a diferencia de como me ha sucedido en las anteriores, no he pensado en posibles editoriales a las que enviar el “manuscrito”; sino que serían mis hijos quienes heredaran el legajo y se preocuparan de buscar cómo publicarlo. Me decía a mí mismo que tampoco tenía porque ser un delirio, si, total, aquí nadie cree que se vaya a morir; entonces ¿qué de malo había en que yo pensara en consagrarme como escritor cuando ya no estuviera? Estoy ya demasiado vivido para poner el foco en otro vicio que no sea la escritura, que, por cierto, lleva implícita la lectura. De modo que vivo soñando que algún día escribiré una gran novela del mismo modo que sueño que viviré para siempre. 

Jesús de la Palma 

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