Adrian

Paso el día escribiendo el relato para el concurso. Le hablo a ella de las bases y de lo suculento del premio. Es la trigésimo octava edición y es en español, pero abierto a todos los países. Le digo que la principal motivación que me ha llevado a plantearme concursar es probarme que puedo cumplir el reto. Como Rocky frente a Apolo, no creo que vaya a ganar. Al igual que él se contenta con aguantarle al campeón los quince asaltos, a mí me vale con ser capaz de escribirlo. Establezco esta analogía, que a primera vista pudiera parecer de lo más peregrina, porque esta noche han emitido “Rocky” en Trece TV. De nuevo me ha costado contener la emoción en los momentos finales, cuando medio ciego llama a Adrian sin importarle lo más mínimo haber perdido el combate contra Apolo. El aplomo y la nobleza de Rocky son modelos de conducta para nuestro tiempo como lo eran las obras homéricas en el suyo. “Rocky” debería verse al menos una vez por curso a partir de sexto de primaria y hasta llegar al último año de secundaria.

Jesús de la Palma

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

Lecturas nocturnas

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”