Café de mañana

Café de mañana en la cafetería jazzística. Hojeo el XLSemanal. No pretendo congraciarme con confabulaciones prejuiciosas; simplemente constatar un hecho con lo de a continuación: Pérez-Reverte tiene cuna. Así lo deja entrever él mismo en su último artículo de la semana, al que titula El armario de las horas felices y donde hace mención a una abuela ilustrada y una tía funcionaria de carrera. Asimismo confiesa haber crecido entre tres bibliotecas, a saber, la de sus padres, la del abuelo paterno y la de la abuela materna; lo que no está mal para una época, aquella, de tipismo franquista, donde el analfabetismo campaba a sus anchas entre los hogares más humildes. Con el correr de las páginas, el artículo de De Prada. Lo titula “Periodismo farlopero”, donde, a falta de abuela, reivindica una vez más su independencia intelectual a la hora de ejercer su labor periodística frente a lo que él llama de ordinario la izquierda caniche y la derecha de distorsiones cognitivas y delirios lisérgicos, porque, y en esto no le quito razón, De Prada, en sus propias palabras, tiene «la paz de espíritu suficiente para expresarme al margen de banderías». De este modo, utiliza como excusa para hablar (¿otra vez?) de sí mismo «el ataque rabioso lanzado por Hamás desde Gaza contra los colonos judíos y la respuesta inmoderada de Israel».

Jesús de la Palma

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