Búnker

Un sueño angustiante. Veo caer al mar un avión de pasajeros con mis propios ojos. Relaciono el furioso soplar del viento con cazas de guerra que nos sobrevuelan. Cerca, una explosión. Experimento el terror.

Para el hoplita, ciudadano-soldado de las Ciudades-Estado de la Antigua Grecia, lo normal era estar en campaña de guerra, y lo excepcional, permanecer en un campo de entrenamiento de la ciudad; lo que hoy llamaríamos base militar. 

Me fui a dormir con unas páginas de “Palestina, cien años de colonialismo y resistencia”, de Rashid Khalidi. Antes, algo cansado de mí mismo, prometiéndome que no volvería a escribir nada, había buscado en la televisión alguna película.

Me despierto con ímpetu narrativo, mi búnker particular contra la batalla cotidiana.

Jesús de la Palma 

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