El Día de Todos los Santos es granadino
Que cada uno opine a su antojo, pero el Día de Todos los Santos es granadino. Aquí tenemos el humilde pero ceremonioso recuerdo del Hermano Gutiérrez, hombre santo y esforzado cuestor, que con su resplandeciente y perenne sonrisa como arma, se atrevía a cruzar cualquier puerta, por importante y soberbia que esta fuera; siempre recolectando para sus angelitos de Dios. También tenemos la imagen viva de Fray Leopoldo, otro humilde limosnero, caracterizado por su generosidad hacia los más necesitados y su disposición a ofrecerles consejo y comprensión; declarado de forma solemne beato por la Iglesia católica. Tenemos asimismo el cementerio de San José, considerado cementerio monumental , que además tiene sus propias rutas turísticas, y pertenece a la “ruta europea de cementerios históricos"; situado en las inmediaciones de la Alhambra. En Granada murieron mis abuelos y mis padres; para mí, santos todos ellos, porque santo es el que vence a la muerte permaneciendo en la memoria de los que lo sobrevivieron, y a mí todos ellos se me siguen apareciendo. Hoy mismo he visto a mi padre cuando iba a coger el coche, que estaba aparcado justo donde hace dos años, por estas fechas, y sobre la misma hora, hablaba con él por teléfono. Él en Granada, su Granada, y yo aquí, lejos, pero siempre con la tierra en mente. Por si fuera poco, tenemos el Paseo de los tristes, un camino a la orilla del Darro que invita al recogimiento, si se quiere, recordando así a los difuntos mientras se lo recorre; el cual acaba su calzada majestuosamente a los pies de una Alhambra imponente. ¿Cómo no va a ser granadino el Día de Todos los Santos?
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