Cines Verdi

Anoche, como el sábado pasado, puse en la tele Cines Verdi TV. Daban Amor, de Haneke. La cogí a algo más de la mitad. Pero ya la había visto anteriormente y también escribí sobre ella. El final me volvió a sobrecoger. Cuánto dolor, sutileza y belleza juntos. Haneke se reserva su derecho al silencio. Es cine para adultos, para mentes emancipadas. Es una cinta lenta, donde todo transcurre en interior. Largas escenas donde nada sucede excepto la poesía del silencio y el movimiento pausado. Se oyen los pasos y el crujir de la madera. 



Más tarde dieron Van Gogh, de Maurice Pialat. Al principio no me hacía con el rostro del actor, pero a los pocos minutos ya me había ganado su interpretación. Leí Cartas a Theo hace años y no lo tengo fresco en el recuerdo, pero la cinta me refrescó la memoria, por lo que entiendo que se hizo un retrato más o menos fiel de su testimonio. La tuve que dejar a la mitad porque ya era tarde, pero me gustaría volver a verla. Se trata desde el principio la enfermedad del alma que lo aquejaba; una insidiosa melancolía. Hoy se hablaría de brotes psicóticos. Me gustaron la escenografía y el vestuario. En una de las secuencias luce un pañuelo de seda al cuello que le otorga, junto a ese misterioso halo de abatimiento, que también viste, un aire bohemio a la par que solemne.

Jesús de la Palma




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