Entradas

Mostrando entradas de junio, 2023

Escribir sobre cualquier cosa

Alguien como yo podría escribir sobre cualquier cosa. Me refiero a los lugares y sentimientos en común. De gatos, por ejemplo. De los gatos de la casa del final de la calle o de los de la casa abandonada que está cerca de donde vivió mi padre cuando era niño. ¿Quién me iba a decir que terminaría viviendo tan cerca de donde él creció? Más aún, su nieto, que se llama igual, y tiene su misma barbilla partida, al igual que yo, también pasará su infancia en el mismo lugar. Mi padre se iba andando hasta la calle Pavaneras, donde estaba la Escuela de Maestría Industrial, para ahorrarse los dos reales que le costaba el tranvía. Un buen trecho. El mismo trecho que hace a diario una mujer de edad madura que se viste con colores llamativos, con una sofisticación de impacto, y que tiene a toda la población atenta. Hasta se habla de ella en los grupos de Facebook de la zona. Todos nos preguntamos quién será. Yo me la he cruzado de cerca y es divina. Puedo escribir sobre cualquier cosa con tal de es...

Estadísticas

No sabemos cuántas personas se suicidaban al día en la Antigüedad. No existía tal cosa entonces como la estadística. Hoy hay hasta asignaturas en la universidad. A mí se me atravesó una; aún así, la aprobé. Conservo el libro, todo subrayado y manoseado, a la manera de un trofeo. Actualmente se lleva la cuenta de todo, hay estadísticas hasta de los países más felices, ¿habrase visto cosa más delirante? Lo que no me parece desacertado es el estudio estadístico de las muertes por suicidio. Cada día de 2021, once personas se quitaron la vida en España. Este dramático suceso acontece aun a expensas de los psicofármacos de última generación y las políticas, cada vez más crecientes, en favor de la salud mental. De otro ámbito tenemos la fiebre del discurso optimista, que ocupa hasta el último vestigio de la conciencia social. Ayer mismo, en Cortefiel, donde la media de edad de los clientes está por encima de los cuarenta años, camisetas de un Mickey Mouse con sonrisa de oreja a oreja. En la A...

Según que cosas

Empiezo a estar mayor para según qué cosas. Antes me ha salido al paso una foto de John Wayne de vacaciones en México, y según la fecha en que estaba datada, le he calculado al actor cuarenta años de edad. Aparece en bañador y con una camisa abierta.  Me veo mayor, entre otras cosas, para posar en bañador. También para estar fuera hasta muy tarde. Vuelvo paulatinamente a mis orígenes, me refiero a la niñez. Madurar no es hacerse niño, sino recobrar conscientemente ciertos hábitos saludables de la infancia. Recuerdo, por ejemplo, la primera vez que salí con mi padre de madrugada; de camino a la cochera, me llevaba a urgencias, y me advirtió que no me separará de él, pues la noche era peligrosa. El miedo se apoderó de todo mi pequeño ser de aquel entonces. Ahora me veo bien con ropa oscura y holgada, pasando desapercibido.  El tiempo también lo percibo de otro modo. No transcurre con lentitud y por lo tanto la excitación es menor. Puedo disfrutar de la lectura y el silencio; de ...

Diario de lecturas

“Diario de lecturas, interpretaciones y acontecimientos cotidianos”. Este es otro de esos posibles títulos que se me ocurren de cuando en cuando para ese libro del que ya hay buena parte escrito y que nunca verá la luz como tal.  Este título es más prosaico que cualquiera de los otros, de los que no me acuerdo, pero sí sé que tenían algo más de originalidad. Si tuviera que editarlo hoy me saltaría el orden cronológico y comenzaría con una entrada que hablara de la muerte. La idea de la muerte me lleva preocupando desde que tenía diecisiete años. Para bien y para mal.  Mi madre murió por la tarde; mi padre, por la mañana. Siempre le he encontrado sentido a morir de noche.  El orden siguiente del resto de entradas sería cronológico, que es lo más coherente para llevar a cabo una lectura atenta. Esto mismo que escribo es una entrada más del diario. De un calurosísimo día de finales de junio. El verano es un tormento, tanto en la playa como en la ciudad. Si pudiera me ahorrar...

Amor

Sócrates no dice «solo sé que no sé nada». Se acerca a ello en uno de los “diálogos dudosos”, el “Téages”, a saber: «Yo soy una persona que, por así decirlo, no sé nada, excepto un insignificante conocimiento, el del amor».  Del amor habla Sócrates en “El banquete”, donde nos dice que el Amor es el dios más antiguo y es para nosotros principio de los mayores bienes. Allí mismo, Erixímaxo da un consejo para aliviar el hipo si es muy pertinaz, a saber: «Coge algo con lo que puedas hacerte cosquillas en la nariz y estornuda». Amor es lo que siento yo ahora mismo mientras escribo esto con mi hijo conmigo, que acaba de tomarse el biberón y tiene hipo.  Dice agó y se chupa las manitas. En el principio del diálogo, me refiero a “El banquete”, Apolodoro se dirige a Glaucón en estos términos: «Hasta entonces yo vagaba al azar de un lado para otro y, en la creencia de que hacía algo importante, era más digno de lástima que cualquier otro, y no menos que tú ahora, que crees que debes ocu...

Minos

Para distinguir a las personas buenas y a los hombres perversos, Sócrates nos advierte en el “Minos” de que «en lo que hay que tener la máxima precaución es en evitar hablar sin fundamento cada vez que se va censurar o elogiar a alguien». Según este principio, el mundo estaría repleto de hombres perversos, ya que una mayoría aplastante de ciudadanos se dedica a replicar el debate político, y los políticos, dueños del mensaje, no hacen sino hablar sin fundamento cada vez que van a elogiar a un compañero o censurar al contrincante. Jesús de la Palma 

Vueltas concéntricas

Escribir el diario. Escribir como si estuviera perdido y andara concéntricamente en una selva espesa, dejando huellas visibles de mi paso, por si alguien se interesara en la búsqueda de mis mensajes. Escribir para buscar respuestas, no para darlas. Ayer, visita de M. Fue corta: C. tenía pronto una misa de difunto. Comimos helado y M. además tomó café. Vio al bebé cambiado. «¡Cómo ha crecido, y lo guapo que está», exclamó. Hablamos de amor y trabajo.  Más tarde, C. se fue a misa, M. a casa de una amiga, según nos dijo, y yo al gimnasio. Cuarenta minutos de cardio y trescientas calorías quemadas: ¿el helado? También varias series de cuádriceps y gemelos. Al volver, C. y yo cambiamos impresiones mientras cenamos. Principalmente, ella me cuenta, ya conoce mi rutina gimnástica. Al aparcar el coche, en un estacionamiento habilitado, dos mujeres se dirigen a ella: «Por favor, no aparque aquí, nos tapa la luz de la ventana». Ella: «Solo voy a estar un rato. Voy a misa y vuelvo». Ellas qued...

Mesa de celebración

Ayer, en la mesa de celebración del bautizo, me permití la licencia de lanzar una consigna tras el brindis: «Prohibido hablar de política». Familiares todos ellos, estuvieron conformes. Ninguno sabía, y por supuesto me abstuve de comentarlo, que en realidad estaba pensando en el vago recuerdo de unas palabras del “Diario” de Pizarnik, que ahora consulto y reproduzco fielmente a continuación: «Odio lo general, lo lejano, lo mediato. Odio las leyes de la vida, los procesos irremediables, las situaciones resignadas». Jesús de la Palma 

Las agujas del reloj

Las agujas del reloj marcan las diez, o las doce o las dos. Es igual. ¿Dónde estoy? Antes decía mierda y cosas por el estilo. Ahora no. Hoy he leído, pero de pasada; no me he sentado a leer. Si me devolvieran todo el tiempo que he pasado escribiendo me quitaría algún que otro año de encima. En cuanto a la lectura, es tiempo siempre, siempre, siempre; siempre, siempre, ganado. Escribir es una aventura incierta. Cansancio y pensamientos agitados. Melancolía en una dosis adecuada. Pizarnik para dormir. «¡Deseo vivir!» puede ser un grito desesperado de suicidio. Así mismo lo manifiesta un 19 de julio de 1955. Apenas unos días después, sentencia de este modo un lacrimógeno monólogo: «Estoy desesperada». Un mes más tarde: «Morir. No sentirme nunca más. Qué desesperación». La alegría de vivir, como materia viva y natural que es, gusta de ocultarse; hay que ir en su busca. El reloj se ha parado. La escritura está fuera del tiempo. Si me devolvieran todo el tiempo que he pasado escribiendo, me ...

Bautismo

Imagen
Hoy ha recibido el bautismo mi segundo hijo. Ahora ambos pertenecen a la Iglesia Cristiana.  Ha sido una ceremonia íntima, y el sacerdote ha sido de lo más cercano con todos nosotros y muy afectuoso con mi hijo.  Es un señor mayor, le calculo ya pasada la edad de jubilación. Una vez finalizada la ceremonia, nos ha confesado que al levantarse se ha cuestionado si sería capaz de afrontar las tareas del día, a saber: oficiar dos misas, visitar a tres enfermos y, por último, el bautizo. Le ha pedido al Señor que le diera fuerzas y Este lo ha acompañado.  Esta confesión del párroco me ha hecho recordar a cuando era niño y después joven y quería ser mayor de lo que era en realidad. Cuando no sabía que los años pesan como bloques de mármol a la espalda.  Una vez finalizada la ceremonia, me he acercado a él y le he pedido consejo bibliográfico para acometer un estudio sistematizado de la Biblia. Hemos quedado en hablar por guásap. Jesús de la Palma 

Nave del delirio

En televisión, más concretamente en “Nave del delirio”, la camarilla de comentaristas, junto al dúo estrella de charlatanes, “analizan” el caso del sumergible “Titan”. En un momento dado, cuestionan los comentarios críticos vertidos en redes sociales contra los multmillonarios de a bordo. «Son seres humanos», aducen. Perros de presa al servicio del poder como son, callan, sin embargo, que el deber del ciudadano medio, oprimido por definición, es tener conciencia de clase, y dada la deriva de los acontecimientos en el mundo actual, no se me ocurre una postura más coherente que la de mostrar un firme rechazo frente a la figura del rico, no digamos ya a la del multimillonario, representante máximo de la inmoralidad; más aún, de la maldad más estúpida y abominable. Jesús de la Palma 

Opinión

Cincuenta minutos de cardio y seis series de hombros y abdominales. Durante el cardio, una clase de teología (YouTube): “Verdades bíblicas sobre profetas y profecía”. Anoto bibliografía. Más tarde, cincuenta páginas de Platón: “Alcibiades”. ¿Los ricos, por el simple hecho de serlo, tienen derecho a opinar sobre cualquier cuestión; es válida la opinión de un rico por el mero hecho de serlo? Una pregunta tan pertinente hoy como hace dos mil quinientos años. Jesús de la Palma 

Héroe

Tres y diez de la tarde. Enciendo el televisor y está puesto DMAX: anoche estuve viendo “Forjado a fuego”. Ahora dan un documental sobre John Dillinger, el legendario atracador de bancos. Entrevistan a uno de sus descendientes más cercanos; sobrino nieto, creo haber escuchado. Un señor mayor que se muestra orgulloso de su ascendencia, lo que no me extraña en absoluto. Jesús de la Palma 

Tumba mediterránea

Si el fondo del Mediterráneo está sembrado de cadáveres de inocentes de los que nadie se preocupa, es por culpa de oligarcas y multimillonarios y similares especímenes. Jesús de la Palma 

Titán

El caso de los cinco pasajeros que embarcaron en el sumergible Titán para visitar los restos del Titanic y llevan días, cinco, desaparecidos, me lleva a pensar en las cifras de inmigrantes desaparecidos que baraja la Organización Internacional para las Migraciones, que son abrumadoras; y no solo eso, pues quienes allí mueren son personas que huyen de la guerra o la pobreza.  A ellos, a diferencia de los otros, nadie los busca ni se preocupa por su paradero más allá del mero interés estadístico. En lo personal, me gusta el mar desde la orilla.  En cuanto a los turistas submarinos, me sorprende que cada uno pagara la estratosférica cantidad de doscientos cincuenta mil dólares.  La prensa habla de un multimillonario acompañado por varios millonarios. Pienso ahora qué haría yo si dispusiera de esa cantidad para gastar despreocupadamente y se me ocurre que la invertiría en una biblioteca, donde pasaría las horas y los días entregado al estudio, para luego salir a pasear por lo...

Pantallas, narcisismo, individualismo y pobreza

Se habla de pantallas, de narcisismo e individualismo. Se culpa, de nuevo, a la víctima, pues se habla de una sociedad abstraída por las pantallas, ensimismada en su imagen y recluida en su mismidad, cuando se debería hablar de pobreza y precariedad laboral, de imposibilidad de crear un proyecto de futuro en familia, en comunidad. Walter Benjamin arroja luz sobre un tema como este, universal y atemporal, en “Calle de sentido único”, a saber: «La suciedad y la miseria crecen a su alrededor como muros construidos por manos invisibles. Es mucho lo que él individuo puede soportar con respecto a sí, pero siente una justa vergüenza si su mujer lo ve soportarlo o lo sufre ella misma, así, el individuo puede soportar el sufrimiento mucho más mientras esté solo, y todo mientras lo oculte. Pero uno nunca puede hacer las paces con la pobreza si esta cae como una sombra gigantesca sobre su pueblo y su casa». Jesús de la Palma 

Manada de lobos

Entro a una gran superficie comercial, y en la planta donde se encuentra la librería, me detengo en el estand principal, donde se acumulan ingentes cantidades de libros que no son de autoayuda ni novela rosa o comedia popular, sino de desviación ideológica. Parecen hacer suyo el lema del Ingsoc: «La ignorancia es la fuerza». Disfrazados de intelectualismo batallador, se presentan con títulos tan extravagantes como: “Contra la mayoría”, “Me duele España” o “El gran impostor”. Y es que restarle peso a las humanidades en el currículo académico bachiller, y en la vida en general, es como soltar una manada de lobos en medio de un rebaño de ovejas.

Canción de cuna

Anoche acunaba a M. A. y le cantaba una canción, inventada sobre la marcha, en la que le decía «qué precioso que es mi niño y qué nombre tan bonito que tiene», y utilizaba su propio nombre como estribillo, para continuar con la improvisada cancioncilla, hasta que se durmió. El propio Platón, fundador de la pedagogía en la temprana infancia, dictamina en “Las leyes” que lo indicado para acallar al niño no es el silencio, sino el cantar, pues el movimiento exterior lo libera del miedo interior y lo apacigua. Jesús de la Palma 

Grandeza y miseria del hombre

Veinte de junio. Doce y treinta y cinco de de la noche. Llueve con violencia en Granada. Es algo del todo atípico para esta época. Las lluvias por las que muchos clamaban hace poco más de un mes, se han presentado a lo largo de todo este tiempo en generosa abundancia. Truenos. El estruendo me impide dormir. No sé nada del cambio climático, pero prefiero que llueva.  Acabo de leer la carta apostólica del Santo Padre Francisco, “Grandeza y miseria del hombre”, en el cuarto centenario del nacimiento de Pascal.  Me quedan solo cincuenta páginas para terminar la “Paideia” de Jaeger.  Estoy más cerca de Dios de lo que nunca antes lo había estado.  Me siento amado. Sigue lloviendo.  Jesús de la Palma 

Ojos entrenados

En “Un padre”, Sibylle Lacan dibuja al suyo leyendo en vacaciones: «Una tarde fuimos a dar un paseo por el mar. Un marinero dirigía la lancha equipada con un pequeño motor. El espectáculo era magnífico. Mi padre, no obstante, no levantó la nariz de su Platón». Si he reparado especialmente en este pasaje es porque yo también me he visto leyendo a Platón en vacaciones, más concretamente, en las playas de Chipiona, y a Tucídides en la sala de espera del hospital, y a Aristóteles en la lavandería. Leer para mirar el mundo con ojos entrenados. Jesús de la Palma 

Lecturas (18/06/2022)

Hoy he leído ciento treinta páginas. Para mí es bastante. Estoy satisfecho. Aunque como es sábado, quizá antes de irme a dormir llegue a las ciento cincuenta. También he visto en Youtube la biblioteca de Luis Alberto de Cuenca, que consta de unos veintiocho o treinta mil ejemplares, entre ellos numerosas primeras ediciones valiosísimas. He pensado entonces en la mía y casi me ha dado vergüenza. Me queda el consuelo de las bibliotecas públicas. Y no solo eso, he pensado que para leer hay que tener tiempo, y si se quiere leer algo que merezca la pena, una base cultural decente, porque el saber está construido de abajo a arriba; tiene unos cimientos. Entonces he pensado en eso que se dice ahora de que todo el saber está en Internet. Pero ¿quién tiene tiempo y guía para hacerse con todo ese saber aparentemente gratuito? Finalmente, el saber vuelve a quedar para los apellidos compuestos y preposicionales. El saber sigue vedado, aun con Internet. Mañana son las elecciones en Andalucia, pero ...

El niño más bonito del mundo

Hoy es el segundo cumplemés de Manuel Abril. Está gordito y yo lo llamo “mi gordito”, además de “mi príncipe azul” y “el niño más bonito del mundo”. En el primer biberón del día, eructito y pedete de metralleta con sorpresa. Siempre que los termina le pido un eructito: «Dale un eructito a papá». La RAE recoge el término “pituso”, pero también lo llamo “pitusino” o “pitusillo”. Y también le digo que «este niño es mío, para mí solito». Y le pregunto quién lo ha traído a esta casa, y le respondo con otra pregunta: «¿Una cigüeña?». Le doy muchos besos y lo mezo; anoche se quedó dormido en mis brazos con este juego cruzado. Para mí es el niño más bonito del mundo, aunque sé que todos los bebés son los niños más bonitos del mundo. No hay un bebé más guapo que otro. Pero, claro, ¿qué va a decir un padre? Ayer fue con su mamá a una reunión de lactancia y cuando salieron le pregunté a ella si no era el bebé más guapo de todos. Ella me respondió lo que yo ya sabía: que todos eran muy bonitos....

El infierno de los sentimientos

Termino los dos libros de Sibylle Lacan en un par de ratos. Los empecé ayer por la noche y los termino hoy por la tarde. Han merecido la pena, que no es poco. En el primer libro, el del padre, desasosiego. Lo hablo con ella, aunque no profundizo, estoy sobrepasado por la emoción. La frialdad para con los hijos debe de ser el infierno de los sentimientos. En la última página, subrayo un renglón: «Lo único que me llena, que da peso a mi existencia; me refiero, por supuesto, a la escritura». Además, anoto varias citas en el frontispicio. Por orden cronológico: “La muerte del propio padre es inimaginable”. “No hay que dejar a los muertos demasiado solos”. “No dejaré que nadie diga que la adolescencia es la edad más bonita de la vida”. La última se refiere a una triste anécdota en la que una viejecita pide al carnicero bofe para su gato y, cuando sale, el carnicero, con ademán despreciativo, se dirige a los concurrentes: «Ella dice que es para su gato, pero es para ella». En lo que a mí res...

Salud mental

Imagen
Cuando Sibylle interroga a su padre, Jaques Lacan, sobre su enfermedad, este le responde: «En el siglo XIX se habría dicho que eres neurasténica». La propia Sibylle testimonia: «Otra persona que no citaré habla de “melancolía” y pretende que no se cura nunca». Más adelante, en el libro (“Un padre”), arroja luz sobre su padecimiento: «La idea del suicidio empezó a obsesionarme como única solución a tantos sufrimientos. Casi nada cambiaba a pesar del análisis. Una noche en la que fui a ver a mi padre “con urgencia”, desesperada, le planteé una pregunta primordial: ¿en qué me convertiría cuando el ya no estuviera ahí para asegurar mi vida material?». Esto me lleva a pensar en el debate político actual sobre la avalancha de suicidios diarios, y el consecuente problema de salud mental, que se pretende solucionar, únicamente, proveyendo al sistema sanitario con más psicólogos y psiquiatras por habitante. Jesús de la Palma 

Llamada

No importa cuándo ni cómo, moralmente hablando, uno está siempre en deuda con los hijos. Hoy me llama mi hijo mayor: «No tengo ganas de hablar, cuéntame tú algo». Sé lo que le interesa y me entrego denodada y placenteramente a la conversación. Poder cumplir el requerimiento de un hijo es una licencia para poder respirar en paz. Jesús de la Palma 

21/03/2023

Conocí a Yuval Noah Harari leyendo “El amanecer de todo”, de David Graeber y David Wengrow. Se le menciona en el capítulo tres. El sábado me compré su trilogía. A martes, voy por la mitad de “Sapiens (de animales a dioses)”. Cojo del armario lo que tengo más a mano del armario para vestirme. Lo mismo me pasa con las lecturas. Me gustaría ir al cine a ver “Ballena”, la última interpretación de Brendan Fraser, pero es a las diez y media y eso para mí es muy tarde. Esperaré a las plataformas digitales. Para esta entrada del diario me inspiro en el estilo de escritura de Édouard Levé, a quien leí recientemente. Escribe sin puntos y aparte; al menos en su “Autorretrato”. Me repito en las ideas. Juan Manuel de Prada es un fundamentalista católico, aun así me gusta escucharlo. No sé cómo he podido vivir tantos años renegando de la fe. No sé vivir sin fe. Siempre he tenido fe, hasta cuando negaba a Dios con toda la rabia y la frustración de la juventud. Hoy trato de conjugar fe y antropología....

Alldaynewyork

“Alldaynewyork” es una página de Instagram. En su última publicación aparece su administrador mostrando una mansión en McAllen, Texas, por un precio que daría para un pequeño apartamento en Nueva York. Pregunta al público si saben la diferencia, a lo que él mismo responde: «He buscado en Google, y la tercera mejor actividad que se puede realizar allí es ir a la biblioteca. Ahí lo tienes». Entro en los comentarios y predominan los chascarrillos, hasta que atisbo algo de sentido común. Alguien le pregunta: «Qué tienes en contra de las bibliotecas?». La respuesta es escueta: «No soy fan». Por mi parte, utilizo la lectura para escapar de runrún ideológico, de la precariedad dialógica que tiene secuestrado el lenguaje, como el condenado que utiliza un punzón para picar en la pared y escapar de prisión. Jesús de la Palma 

Cincuenta y cincuenta

Cincuenta minutos en la máquina de cardio. Esto porque tiene pantalla y conexión a Internet. Normalmente estoy media hora. Se me ha pasado el tiempo volando, mientras veía una clase de teología. Me ha llamado la atención que el cura se apoyara en un iPad. Llevaba clériman y, al cuello, una prominente cruz de madera que colgaba de una guita.  Una vez fuera, cincuenta páginas de la paideia Isocrática. En palabras de Jaeger:  «Isócrates, como el representante más destacado de la retórica, la antítesis clásica de lo que representaban Platón y su escuela». «En el “Nicocles” —prosigue Jaeger–, Isócrates pone en boca del joven monarca un discurso dirigido a sus súbditos, en el que expone sus principios de gobierno». Lo que me lleva a pensar en Maquiavelo.  Mañana recibo un libro con el que haré un paréntesis en el ciclo de lectura que tengo previsto, que me ocupará hasta final de año, o incluso más allá. Se trata de “Un padre”, de Sibylle Lacan.  Soy un asiduo lector de dia...

En beneficio de la salud

Mi idilio intelectual con Javier Santaolalla, unilateral, por otra parte, ha durado apenas unos días; menos de una semana. Hoy he dejado de seguirlo en Instagram tras ver una publicación en la que aparece entrevistando a Ana Botín. Y es que a mi edad empiezo a estar delicado del estómago y debo tener cuidado con lo que consumo, no me vaya a causar una indigestión, o, peor aún, náuseas y vómitos repentinos. A veces uno debe priorizar, y en esta ocasión he decidido sacrificar el conocimiento en beneficio de la salud. Jesús de la Palma 

Una vida dotada de sentido.

Vuelvo sobre el ejercicio de la charla como propósito. Si atendemos a la ingeniosa máxima hipocrática (“Epidemias”) que nos dice que «el pensar es para el hombre el paseo del alma», la charla sobre ese mismo pensar, que es la materialización de la idea, puede definirse como el principio de una vida dotada de sentido. Jesús de la Palma 

Lugares donde uno querría estar

El mundo está repleto de lugares donde uno querría estar; tanto físicos como emocionales. En mi caso particular principalmente quiero estar con mi familia. Luego hay lugares en los que uno piensa y que las redes sociales le sugieren, que resultan harto apetecibles. Pero lo más importante son las personas, ellas son quienes hacen apetecible el espacio. Vuelvo a la charla, ayer escribí sobre ella como  bálsamo. La charla como espacio incandescente, zarza ardiente, capaz de inflamar el corazón sin hacerlo estallar. La charla como oasis entre un infinito desierto dialógico de chismes, embustes y ofensas. Ayer mismo, en Instagram, un lugar donde habría querido estar: un físico, un filósofo y un teólogo. ¡Qué charla! Jesús de la Palma 

Intimidades

En alusión a su estreñimiento, Ionesco se manifiesta en su diario en los siguientes términos: «Estas angustias del cuerpo me impiden pensar, impiden mi libertad». Se queja de que, después de meterse un supositorio en el ano y esperar hasta las diez y media, cuando los demás de la casa han terminado de evacuar, en la espera no puede concentrarse en la lectura de las “Confesiones” de san Agustín. Me pregunto si al escribir estas líneas pensaba que terminarían siendo publicadas y traducidas a varios idiomas.Tengo dos ediciones de sus “Diarios”, la de Gedisa, con una pésima traducción, y que no recomiendo, y otra de Páginas de espuma, no solo de más calidad en cuanto a la traducción, sino en la edición completa; aun así, se echa de menos en ambas un estudio introductorio. Jesús de la Palma 

Agradecimiento

En el prólogo al libro IV de su “Paideia”, Jaeger tiene unas emotivas palabras de agradecimiento para su esposa y dactilógrafa, tanto de este como de los tres volúmenes anteriores: «Quiero aprovechar esta oportunidad para dejar testimonio del profundo agradecimiento que debo a mi esposa por lo mucho que ha contribuido a preparar mi libro para su publicación, con una paciencia y una perseverancia incansables». Me paro en seco antes de pasar la página y recuerdo el “Diario” de Ionesco, donde dedica algunos pasajes a su esposa: «¡Rodica, tan valiente, tan viejecita! Toda impaciencia de mi parte es un crimen para con ella. A mediodía me ha dicho: “Tú puedes no estar alegre, pero, al menos, dirígeme la palabra”. Ella cree que mi silencio es indiferencia». Entonces me he acordado de este mismo medio día, el mío, el nuestro; mientras almorzábamos, ella me ha preguntado si voy a ir a votar en las próximas elecciones. Le he respondido con la misma pregunta y, tras su respuesta, le he vuelto a r...

Ionesco

En alusión a su estreñimiento, Ionesco se manifiesta en su diario en los siguientes términos: «Estas angustias del cuerpo me impiden pensar, impiden mi libertad». Se queja de que, después de meterse un supositorio en el ano y esperar hasta las diez y media, cuando los demás de la casa han terminado de evacuar, en la espera no puede concentrarse en la lectura de las “Confesiones” de san Agustín. Me pregunto si al escribir estas líneas pensaba que terminarían siendo publicadas y traducidas a varios idiomas.Tengo dos ediciones de sus “Diarios”, la de gedisa, con una pésima traducción, y que no recomiendo, y otra de Páginas de espuma, no solo de más calidad en cuanto a la traducción, sino en la edición completa; aun así, se echa de menos en ambas un estudio introductorio. Jesús de la Palma 

Una buena charla

Detrás de una buena charla, sin yoísmos ni críticas ni chismes a terceros, que es manjar de los dioses, hay necesariamente muchas horas lectura. Jesús de la Palma 

Esposas

En el prólogo al libro IV de su “Paideia”, Jaeger tiene unas emotivas palabras de agradecimiento para su esposa y dactilógrafa, tanto de este como de los tres volúmenes anteriores: «Quiero aprovechar esta oportunidad para dejar testimonio del profundo agradecimiento que debo a mi esposa por lo mucho que ha contribuido a preparar mi libro para su publicación, con una paciencia y una perseverancia incansables». Me paro en seco antes de pasar la página y recuerdo el “Diario” de Ionesco, donde dedica algunos pasajes a su esposa: «¡Rodica, tan valiente, tan viejecita! Toda impaciencia de mi parte es un crimen para con ella. A mediodía me ha dicho: “Tú puedes no estar alegre, pero, al menos, dirígeme la palabra”. Ella cree que mi silencio es indiferencia». Entonces me he acordado de este mismo medio día, el mío, el nuestro; mientras almorzábamos, ella me ha preguntado si voy a ir a votar en las próximas elecciones. Le he respondido con la misma pregunta y, tras su respuesta, le he vuelto a r...

Lluvia

Imagen
Fin de semana en el pueblo. Niños. Aún se duerme a gusto y se está bien en la calle. Mi hora de merendar, tanto en la casa como en la cafetería, son las seis y media. Ayer, media tostada de jamón con tomate y una manchada; hoy también manchada, como siempre, y la tostada, de paté. No me gusta el verano, lo soporto. Con las primeras lluvias y noches frescas que preludian el otoño me siento mejor en el ánimo. Por las noches, antes de acostarme, me gusta escribir; también leo. Escribir es un bálsamo y un ejercicio de contrición; leer, una obligación, un deporte, un retiro espiritual; inmersión y emersión; bautismo existencial. La lectura es el verbo y la escritura la carne. Sylvia Plath comienza sus “Diarios” un primero de julio de 1950 con esta cita: «Tal vez nunca sea feliz, pero esta noche estoy satisfecha». Escribir es lo que me hace irme a dormir satisfecho; leer es el ineludible trabajo de arado previo que planta la semilla de una escritura fructífera. Cada renglón escrito debe esta...

Un día feliz

El conocimiento me sitúa en el mundo. Tengo pasión por el conocimiento. No es amor, es necesidad. Aunque amar es necesitar. Hoy tan solo he leído un par de páginas de la “Paideia” Jaegeriana y otras tantas de una tesis defendida en 2013 y titulada “Comportamientos sexuales, masculinidad y ciudadanía en la Atenas clásica: El discurso de Esquines contra Timarco”. En la portadilla se cita a Butler, Beauvoir y Foucault. He leído a Beauvoir y a Foucault; también a Paul Preciado; no a Butler.  En cuanto a la “Paideia”, voy por la página mil treinta y nueve, donde se teoriza sobre la “República” de Platón. En parte no he leído hoy mucho porque he vuelto a escuchar una clase sobre el diálogo de marras para aclarar conceptos que no termino de asimilar. Como hemos comido fuera, le he hablado a ella de la fuente inagotable que es Platón y le he puesto un ejemplo de cómo a través de este se puede interpretar el debate político actual. Un día sin lectura, al menos sin el cupo de páginas al que ...

Luz que ciega

Anoto varios libros en el horizonte que guiarán mi itinerario lector. La mayoría los tengo, otros están pendientes de ser adquiridos. Quizá el proyecto me ocupe hasta el invierno o incluso más allá, esto último si me desvío, como suele ser costumbre. La vida misma es una desviación del estado límbico original. Leo principalmente para aprender a lidiar con la frustración, que es el pan nuestro de cada día, y para honrar a los que tengo cerca y no dejarme cegar por la luz de fuera. Jesús de la Palma 

Algo grande

Un amigo me pregunta por guásap que si he leído a Walt Whitman. Al instante me asalta a la mente su imagen, la he visto corriendo por las redes innumerables veces. Internet puede ser una buena escuela si le da un uso adecuado. Por ejemplo, en filosofía yo he conseguido diferenciar el busto de Sócrates del de Aristóteles a primer golpe de vista. En lo referente a Whitman, le contesto: «Creo que sí, aunque no estoy seguro. Hay un libro en uno de los muebles; en la portada aparece una guitarra o el esbozo de esta, de todos modos, no sé si lo he leído o no». Tras enviar el mensaje, e inquietado por la duda, me levanto a buscar en donde creo que puede estar el libro. Lo encuentro y está; también la guitarra; una guitarra abstracta que más pareciera un huevo frito. El inconveniente es que no es de Whitman, sino de Wallace Stevens. Es noche cerrada y hojeo el libro para dormir; tengo algunos libros de poesía, como el de Stevens, que no he leído; “Ventanas altas”, de Philip Larkin, entre ellos...

Aniversario

El lunes pasado, día cinco (hoy es miércoles), se cumplieron veinticuatro años sin mi madre. No me acordé de ello todo lo que habría querido, lo que supone todo el día, cada minuto, cada segundo, y hoy me fustigo por ello.  ¿Cuánto me acordé? ¿Se pueden medir los recuerdos? Ahora mismo estoy en eso. Me acordé lo necesario.  Durante el almuerzo se lo he comentado a ella. «¿Te acordaste?». «Sí, claro».  Mi padre falta desde hace seis meses y cinco días.  Hay fotos de ellos por toda la casa. J., mi hijo mayor, me decía ayer que tengo dos hijos.  Jesús de la Palma 

Gente invisible

Imagen
En la página “Invisiblepeople (Instagram)”, una chica sin hogar sonríe mientras narra su historia. Ahora mismo está en en Portland, Oregon, y pide para una hamburguesa con patatas con un cartel muy ingenioso. «Llevo aquí una semana, pero normalmente vivo en los bosques; la gente no es muy amable en las ciudades», se dirige al entrevistador.  En el gimnasio, veinticinco minutos de ejercicio cardiovascular y ciento noventa calorías quemadas. Lo busco y equivale a media hamburguesa. En la máquina se puede ver la tele y rutas de viajes por diferentes continentes; pongo La 1: las violentas protestas de los ganaderos en Castilla y León. Más tarde, Platón. En palabras de Jaeger: «La “República” es, ante todo, una obra de formación humana. No es una obra política en el sentido usual de lo político, sino en sentido socrático (cuidado del alma)». El alma de nuestro tiempo está muerta. Los poderes económicos la han asesinado. Según José María Álvarez (“Estudios sobre psicología patológica”): ...

Cosmos

Vuelvo a la frase que preside el perfil de Instagram de Javier Santaolalla: “Leer como forma de vida”. Si nos bebiéramos todos los mares y ríos de la Tierra, siendo optimistas, adqiriríamos un 0,01 del conocimiento posible.  Hablar de conocimiento es hablar de inconmensurabilidad. Ya los presocráticos apuntaban al cosmos, y su posicionamiento nos puede servir como metáfora. Platón lo advierte en El banquete: “Los necios y los ignorantes no aspiran a adquirir conocimiento, pues el verdadero mal de la incultura está precisamente en que sin saber nada se cree saber mucho”. Jesús de la Palma 

Leer como forma de vida

Descubro a Javier Santaolalla gracias a una página de filosofía en Instagram: “charlasdefilosofia (muy, pero que muy recomendable)”. Es doctor en física e ingeniero, y canario, y guapo, según ella; bueno, y según cualquiera; eso se sabe al primer golpe de vista. Pero, y aquí viene la cuestión; también es simpático. Esto último lo digo porque al haber compartido en mis “historias” una de sus publicaciones, más en concreto una sobre el Big Bang, va el tío y reacciona con un corazón, lo cual no hacen todos, y menos con 1,8 millones de seguidores. Aparte de eso, nada, que quien no lo conozca, que lo siga, que la ciencia nunca está de más. Ah, y para rematar, como si no tuviera ya virtudes el muchacho, que además es joven, en su descripción reza: “Leer como forma de vida”. Jesús de la Palma 

Años

Si los años no te han servido para quitarte importancia, no te han servido para nada. Jesús de la Palma 

Educarse

Afortunadamente, y gracias a diversas plataformas audiovisuales, hoy se puede asistir a clases impartidas por profesores universitarios de forma gratuita y sin salir uno de su casa. Pero es que donde uno verdaderamente se educa no es en la universidad, sino en la senda de estudio trazada a lo largo de toda una vida. Esta idea, que no es mía, y con la que estoy de acuerdo, es de un catedrático de literatura comparada; quien, paradójicamente, asegura a su vez, y en esto no concuerdo con él, que la república platónica solo puede haber sido ideada por un psicópata; esto último por haber desterrado el autor la poesía del Estado Ideal. Jaeger, por su parte, en “Paideia”, nos ilustra al respecto: «En los juicios modernos no siempre se tiene en cuenta con la debida claridad la relación existente entre la crítica platónica de la poesía y la posición peculiar que el poeta ocupaba entre los griegos como educador de su pueblo». Jesús de la Palma 

Poder de sugestión

El poder de sugestión de la mente es, tanto para bien como para mal, inconmensurable. Hay que trabajar en ello a diario, como una cama que hacer, una cocina que fregar o un cuerpo que ejercitar. El sábado subíamos por una pendiente muy pronunciada y mi sobrino se apeó de la bici. «Toma, tito». La cogí, y para impresionarlo, la levanté en varias ocasiones a la manera de una mancuerna de gimnasio. Me sonrió tímidamente, pero sin saber muy bien qué más hacer o decir. Al día siguiente, después de la ducha, metía barriga y sacaba pecho frente al espejo mientras me alababa unos cuarenta y siete años “tan bien llevados”; más tarde, selfi en el gimnasio, con pose de fortaleza. Jesús de la Palma 

Respiración

Escucho la respiración de M. A. mientras duerme encima de mí. Todo está en silencio.  Mi padre dio su último suspiro a mi lado. Lo llaman sedación paliativa, y dura una media de tres días entre estertores. No dejamos de respirar desde que nacemos. Recuerdo cuando me pusieron a M. A. en los brazos nada más nacer. Como estaba muy tranquilo y apenas hacía ruido ni se movía, le ponía el dedo debajo de la nariz para sentir su respiración. De ordinario no pensamos que respiramos. ¿Cuántas veces respiramos a los largo de una vida? Lo he buscado y no hay resultados.  Yo cuento a veces los pasos, los escalones, los tragos de agua; los minutos y las monedas; las personas en una sala, una habitación o a una mesa; pero nunca la respiración. No hace mucho vi una publicidad de alguien que “enseñaba a respirar” y no lo tomé en serio. Busco en la aplicación de Kindle y hay un reguero de títulos sobre el “arte de respirar”, todos relacionados con el mindfulness, entre ellos: “Respirar es un su...

La sonrisa de un bebé

M. A. todavía no sonríe, si acaso, un esbozo de sonrisa. Esta misma mañana, uno después del biberón. Su rostro era la cabal definición de satisfacción. La finalidad del universo se condensa en la sonrisa de un bebé. La finalidad del universo se condensa en la sonrisa de un bebé. La felicidad de la generación presente de cada tiempo se deposita siempre en manos de la siguiente. Jesús de la Palma 

No tengo obra

No tengo obra. Unos cuantos papeles íntimos en forma de blog y publicaciones de Facebook. Un diario de lecturas, acontecimientos y sentires.  Ayer, cuando salimos de la merienda y fuimos a la plaza a jugar con el avión, L. me enseñó improvisadamente cómo lanzarlo para que tuviera un mayor recorrido. Esto después de que yo me inventara una serie de pasos ridículos, para impresionarlo, que no hacían sino lanzarlo hacia arriba para que cayera en picado. Hay que lanzarlo recto.  No tengo obra porque ni siquiera sé cómo preparar un biberón correctamente. Ayer, al verme, C. me enseñó un mecanismo de lo más rudimentario que trae la lata de leche para sacar las cucharadas rasas y que yo había pasado por alto. Ayer, mientras hacíamos la maleta, escuchaba una clase sobre el Quijote. Hay tantas interpretaciones. Tengo pendientes, por ahora, el curso de Nabokov y el ensayo “Hacen falta cuatro siglos para entender a Cervantes”, de Alfonso Martín Jiménez. Quiero volver a leer el Quijote, y ...

Tarde de sábado

L., mi sobrino chico, cuatro añitos, mira con atención a su primo M. mientras duerme, le cambian el pañal y lo amamantan. Quiere que crezca para jugar con él. Me lo llevo a merendar y nos sentamos a la mesa y tomamos café con leche y Cola Cao y sendas tostadas de aceite, tomate y jamón serrano. Le pregunto que cuántos amiguitos tiene. Dos: J. y A. Se saca una zapatilla, se la pongo. El Cola Cao está caliente. «Tito, quema». «Tito, vamos a la plaza a jugar con avión». «¿A ver el móvil?». «No, el móvil, no». En la barra, dos parejas; alternan con cubalibres. Cuando me levanto a pagar, inevitablemente escucho la conversación: sobre cómo es mejor la elaboración de la mayonesa, sin con aceite de oliva o de girasol. Me llama la atención que sea mejor con aceite de girasol; estamos en la Subbética, tierra de olivares. Jesús de la Palma 

Un lugar mejor

Ayer asistí a una conferencia sobre el pensamiento platónico. En la última parte de esta, se trató la alegoría de la caverna. Al salir, y a semejanza de aquella, me fui de allí pensando que la filosofía es un lugar mejor, y que el que le dedica su tiempo y entrega pasa del gallinero a un compartimento intividual, donde hay más espacio y sábanas limpias, se atenúa el ruido ambiental y se respira mejor aire; se escapa a ese tercer mundo semántico que embota la mente y embrutece el comportamiento. Jesús de la Palma 

Europeos

En el gimnasio, reguetón. Él, con el deje bobalicón característico de esa música, dice algo así como que la ve a ella en las “estoris” de Instagram y no lo puede soportar. Experimento entonces un considerable alivio por haber podido vivir la adolescencia y la juventud sin acceso a Internet. En lo tocante al género musical, hay que reconocerle al reguetón, no obstante, que el español esté de marcada actualidad en el mundo anglosajón. A este respecto, se pronunciaba hace unos días Loquillo, de “Loquillo y los trogloditas", a saber: «El reggaetón no forma parte de mi cultura, yo lo respeto mucho, pero no forma parte de mi cultura. Yo soy europeo, no soy latino».  Loquillo, supongo, desconoce la etimología del término “latino”. Gustavo Bueno, por su parte, preguntado por el título de su libro “España frente a Europa”, respondía: «El título original había de ser «España contra Europa». Hemos suavizado la carga de negatividad, pero responde igualmente a la advertencia de que la tradició...

Catequesis prebaustismal

Anteayer fuimos a la catequesis prebaustismal. Fue tarde, a las nueve de la noche, aunque, por las fechas, casi era de día. Estuvimos dentro de la iglesia alrededor de cincuenta minutos. Interminables, por otra parte. Los bebés no se portaron mal. M. A. no tardo mucho en dormirse, y los demás, quitando algún llanto esporádico, estuvieron tranquilos.  Desde que nos pusimos en contacto con la parroquia, hemos tratado con el sacristán y demás satélites que giran en torno al cura, que para todos los menesteres administrativos, anda desaparecido. No es que tuviera unas altas expectativas en cuanto a la charla, pero al menos esperaba que se presentara el cura. No fue así. Una señora, ayudante de la parroquia, nos estuvo hablando del “regalo de la vida” y nos contó su experiencia personal. «Lo mejor de la vida no cuesta dinero», aseguraba. Citó algunos pasajes bíblicos y nos trató como si fuéramos niños pequeños que nos enfrentáramos al mundo por primera vez.  Los sobres del “donativ...

Altas capacidades

Como padre, sé el inconmensurable amor que se siente hacia los hijos, pero esto no impide  que tome conciencia de que la realidad vaya casi siempre en otra dirección que los sentimientos. Para el padre, sus hijos son los más guapos e inteligentes de entre todos, pero eso no quiere decir que en realidad lo sean.  Según el psicopatólogo José María Álvarez (“La invención de las enfermedades mentales”): «El axioma de la certeza solo se observa, en nuestra opinión, en la paranoia y en la melancolía». Esto es que lo que diferencia al loco del cuerdo es la certeza. Un loco nunca duda.  C. es docente y experimenta en primera persona el afán de muchos padres por que reconozcan a sus hijos como de “altas capacidades” cuando en realidad no las tienen; son niños inteligentes, sin más, como tantos otros. Esta misma mañana lo comentábamos en el desayuno. Yo le decía que a todos esos padres habría que mostrarles un vídeo de Carlos Blanco, con tan solo trece años (YouTube), donde explica...