Ojos entrenados

En “Un padre”, Sibylle Lacan dibuja al suyo leyendo en vacaciones: «Una tarde fuimos a dar un paseo por el mar. Un marinero dirigía la lancha equipada con un pequeño motor. El espectáculo era magnífico. Mi padre, no obstante, no levantó la nariz de su Platón». Si he reparado especialmente en este pasaje es porque yo también me he visto leyendo a Platón en vacaciones, más concretamente, en las playas de Chipiona, y a Tucídides en la sala de espera del hospital, y a Aristóteles en la lavandería. Leer para mirar el mundo con ojos entrenados.

Jesús de la Palma 

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