Titán
El caso de los cinco pasajeros que embarcaron en el sumergible Titán para visitar los restos del Titanic y llevan días, cinco, desaparecidos, me lleva a pensar en
las cifras de inmigrantes desaparecidos que baraja la Organización Internacional para las Migraciones, que son abrumadoras; y no solo eso, pues quienes allí mueren son personas que huyen de la guerra o la pobreza.
A ellos, a diferencia de los otros, nadie los busca ni se preocupa por su paradero más allá del mero interés estadístico.
En lo personal, me gusta el mar desde la orilla.
En cuanto a los turistas submarinos, me sorprende que cada uno pagara la estratosférica cantidad de doscientos cincuenta mil dólares.
La prensa habla de un multimillonario acompañado por varios millonarios. Pienso ahora qué haría yo si dispusiera de esa cantidad para gastar despreocupadamente y se me ocurre que la invertiría en una biblioteca, donde pasaría las horas y los días entregado al estudio, para luego salir a pasear por los alrededores, sin alejarme demasiado, dado que el resto del tiempo que tuviera libre de obligaciones lo dedicaría a escribir.
Jesús de la Palma
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