Minos

Para distinguir a las personas buenas y a los hombres perversos, Sócrates nos advierte en el “Minos” de que «en lo que hay que tener la máxima precaución es en evitar hablar sin fundamento cada vez que se va censurar o elogiar a alguien». Según este principio, el mundo estaría repleto de hombres perversos, ya que una mayoría aplastante de ciudadanos se dedica a replicar el debate político, y los políticos, dueños del mensaje, no hacen sino hablar sin fundamento cada vez que van a elogiar a un compañero o censurar al contrincante.

Jesús de la Palma 

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