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Mostrando entradas de septiembre, 2021

They shoot horses, don't they?

No me cae bien Andreu Buenafuente ni su mujer ni su equipo de colaboradores; no me hacen gracia; tampoco me gusta Íker Jiménez, aunque he aprendido a soportarlo. Me gusta más Gloria, la protagonista de They shoot horses, don't they?, que Jane Fonda; Jane Fonda no me dice nada, no me caen bien los activistas. Me gusta Drew Barrimore como mujer, ¡qué mujer! Ese es el tipo de mujer en el que me fijaría si volviera a ser joven. No me cae bien Clint Eastwood, y tampoco me gustan sus películas; me cae muy bien Antonio Banderas, aunque no me transmite nada, o muy poco, como actor. No me cae bien Woody Allen, pero adoro sus películas. De entre los escritores, destacaría a Cela, que no solo me gusta como escritor, también me gusta mucho el personaje. ¡Qué carisma! De Francisco Umbral no sé nada, casi nada, excepto lo que sé por el documental Anatomía de un dandi, que me gustó mucho, pero ahora, tiempo después, pensando en él, me doy cuenta de que no me ha dejado poso. La exaltación fue frut

Progreso es entendimiento

Se es afortunado no cuando se es rico o se está enamorado, sino cuando se sabe expresar con palabras lo que se siente. Expresarse fuera del catálogo de expresiones fijas, consuetudinarias, es saberse, y es este saberse la ruptura con una forma inercial de relacionarse con el mundo. Sí, con cuántas personas hablamos a lo largo del día; pero, ¡ay, conversar!; conversamos, con suerte, con solo unas pocas y exclusivamente en momentos puntuales a lo largo de nuestras vidas. Con los pueblos sucede lo mismo que con los individuos, mientras que se expresen en términos antagonistas, derecha/izquierda, no habrá esperanza de progreso, porque progresar no es andar diez pasos para después retroceder veinte; progresar es mantener una línea ascendente en el tiempo en cuanto a la adquisición de derechos y libertades. Progreso es entendimiento, diálogo, universalidad, comprensión, abolición del particularismo. En fin, educación, autogestión emocional; pero se imponen el sentimentalismo en forma de doct

El loco de la colina vive

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Yo también me había olvidado por un tiempo de Jesús Quintero, y eso que me considero uno de sus más fervientes admiradores. Desaparecido de la escena televisiva, uno se pone a sus cosas y se le olvidan los referentes; se nos olvidan hasta los propios muertos, reparando en ellos de cuando en cuando, ¿cómo no se nos van a olvidar los ídolos? La tarea de la supervivencia es fatigosa hasta la exasperación. Hoy he leído algo sobre el admirado y negligente hombre de negocios; sobre el personaje televisivo más pintoresco, porque ser pintoresco no es ser un fantoche, como pasa en estos días de horas bajas; ser pintoresco, a la forma quinteriana, es ser único y elevado, humana e intelectualmente elevado; "genio y figura", como se dice en nuestra tierra, Andalucía. Leí no hace tanto en el Diario de Sevilla que se le atribuyen estás dos frases entre quienes bien lo conocen: "No me fío del que nunca ha fumado porros ni se ha emborrachado", y "A veces tengo miedo porque cre

Becerro de oro

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Afirmar de forma categórica, como hacen algunos, que Dios no existe y así pretender derribar, con una frase, siglos de tradición religiosa, es algo tan ridículo como negar la evidencia científica o la relevancia de la filosofía en la historia. La religión, cualquiera, es un saber ancestral, una filosofía perenne, "un conjunto universal de verdades y valores comunes a todos los pueblos y culturas". No son de extrañar, sobre todo entre los jóvenes -y no tan jóvenes-, expresiones y conductas que atentan contra los valores religiosos, amparadas en un huero descreimiento disfrazado de agnosticismo, pues han derribado la Cruz para adorar el "becerro de oro". En un programa de radio diferido, escuchaba hace algunas noches la anécdota de un colaborador, quien relataba que, visitando una catedral con una familia amiga, observó cómo una de las hijas pequeñas de aquellos, preguntó al padre que quién era ese, haciendo alusión al Cristo crucificado. Se quejaba, el colaborador, e

Un hombre del siglo XXI

Javier es un hombre del siglo XXI. Es médico, bombero, policía, juez, abogado, matemático, escritor, editor, yutuber e instagramer. Vive solo, es totalmente independiente, y su círculo más íntimo lo conforman unas quinientas personas, entre familiares y amigos. En Redes Sociales tiene al menos dos millones de seguidores. Javier vive solo, no tiene hijos porque aún es joven y siempre será joven; tiene éxito con las mujeres, siempre sabe lo que quieren; les hace el amor en silencio y con decisión y nunca las llama al día siguiente, deja que ellas se acerquen a él. A sus padres les compró un chalé en Menorca y a cada una de sus amantes le busca un puesto fijo en un Ayuntamiento y les compra un piso en la calle de atrás. Javier es un hombre del siglo XXI, hecho a sí mismo, tanto es así, que nació solo, mientras su madre estaba de vacaciones en Benidorm. La llamó por teléfono después de la siesta y le dijo que estuviera tranquila, que descansara, que el ya se las arreglaba para nacer. Mient

¡Madre mía!

"¡Madre mía!". Siempre me ha  gustado mucho esa expresión, porque es muy socorrida y porque yo quería mucho a mi madre cuando estaba aquí, a mi lado, y ahora que no, todavía la quiero más; por ese principio inexplicable de que siempre queremos más lo que no tenemos. "Madre mía", además, expresa asombro, y la filosofía comienzó con la capacidad de asombro, y a mí la filosofía me gusta mucho porque no dejo de asombrarme y quiero saber siempre qué subyaye tras la sensación de sorpresa inicial. Se puede vivir, no obstante, dando todo por entendido, acatando las normas sin cuestionarse lo más mínimo acerca de estas, de hecho, es como más a gusto se vive: asombrandose de lo que hay que asombrarse y no asombrándose de por qué la gente se asombra de lo que le dicen que hay que asombrarse. Jesús de la Palma

Stop suicidios

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Hace unos días (10/09/2021) se conmemoró el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Los debates sobre el suicidio siempre se han dado en círculos intelectuales, la literatura y la filosofía están sembradas de referencias a la idea del suicidio, ahí tenemos a Séneca, Shopenhauer, Shakespeare o Cioran. La problemática del suicidio ha estado presente desde que el hombre es hombre y, lamentablemente, es una cuestión que siempre se muestra de actualidad; a día de hoy, no importa cuándo se haga la consulta, encontramos estadísticas actualizadas con las alarmantes crifras del suicidio en adolescentes. El suicidio es un problema que nos obstinamos en silenciar, y es  por esto que, frente al auge desenfrenado de una realidad ficticia, fabulada, la cual se empeñan en imponer los usuarios de las Redes Sociales de forma masiva, cabe reivindicar espacios de reflexión en todos los canales de difusión de información (radio y televisión, y sus correspondientes perfiles en Facebook, Twitter, Insta

La risa amarga

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No tengo tan claro que la vida sea para tomarla a pequeños sorbos, porque al final lo único que se aprende, si es que llega uno a viejo, es que nunca se termina de aprender, así que para el caso, nada pierde el que ha vivido a toda mecha, muriendo joven y creyendo saberlo todo, porque lo único que se ha perdido, en el mejor de los casos, es una gran decepción. Se puede vivir a toda mecha y ser un solitario, un taciturno empedernido. De la risa sí pienso que es para tomarla a pequeños sorbos, porque pasar por la vida a carcajada limpia, aparte de ser de mala educación, es una llamada desesperada, un grito a la vida; a una vida que nos ignora. Vivir a carcajada limpia es como querer llamar la atención de una mujer mediante aspavientos. Hay, sí, una forma de risa estruendosa y deshinibida disculpable: la risa amarga del que ríe solo. Jesús de la Palma

Filosofía de la redención

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Tenía este libro en mente desde hacía tiempo, finalmente lo compré en frebrero y lo he tenido en reposo hasta hace unos días; me sucedía con él como con esas prendas que tanto nos gustan, pero que no nos atrevemos a utilizar por si se estropean; en este caso, como una reliquia; similar a una Biblia, que se compra y se deja en el estante. Era un libro "que había que leer", y en cuanto a algo se le otorga el título de imprescindible, deja automáticamente de parecérnoslo; como esa prenda básica del armario que siempre esta ahí, tentándonos, pero que nunca nos decidimos por ella, hasta que un día nos la probamos y termina por envolvernos. Eso mismo me ha sucedido con Filosofía de la redención, una obra dinámica, con la profundidad adecuada, irrigadora de una sensibilidad y sabiduría sobresalientes, lo cual implica que resulte amena, asequible (al menos a mi entender); una obra compendiosa, multidisciplinar (ética, estética, política y metafísica), con una introducción y un prólog

Mix & Match

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Entro en Mix & Match con ella y me enamoro de este conjunto. Se lo señalo y coincidimos. Le pregunto si conoce las zapatillas Veja y me dice que no. Le digo que son la obsesión de toda instagramer que se precie como tal. Pienso en la reciente ceremonia de los Met Gala y la excentricidad del vestuario, tanto femenino como masculino. Me la imagino entonces a ella vestida así, como en la foto, calcetines incluídos y chaqueta vaquera sobre los hombros. Enloquezco. Se prueba varios vestidos, yo ejerzo de jurado, aunque la decisión final es suya. Siempre me han gustado las mujeres sencillas, tímidas, con el caminar ligeramente torpe. Recuerdo que siendo un adolescencente le mostré a mi madre de lejos a una chica que me gustaba. "Anda como un pingüino", me dijo. Jesús de la Palma

You know I'm no good

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Se podría leer Noches blancas, de Dostoevsky, mientras se escucha en bucle You know I'm no good, de Amy Winehouse y, aun así, enamorarse de la mujer equivocada. Porque el amor no atiende a razones. Hay mujeres que se enamoran del hombre equivocado y hacen de ello su cruzada, convirtiéndose en víctimas heroicas que, en la mayoría de ocasiones, se alzan con la victoria. Pero nunca un hombre enamorado de la mujer equivocada ha dejado de ser un paria a ojos del mundo. Que el marido de la adúltera está indefenso frente al escarnio público lo reflejan de excelente forma Roberto Rossellini en Stromboli, Bergman en Noche de circo o Martin Scorsese en Casino. Jesús de la Palma

¿Soñar es gratis?

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Cada vez que alguien dice que soñar es gratis, un angelito del cielo pierde una de sus alas, un bosque se quema, un arroyo se seca y un repartidor de Globo se cae de la bicicleta. Los que saben dicen muchas cosas malas sobre la vida, ya en el Libro del Eclesiástico,  Jesús ben Sirá, quien era un poquito menos viejo que Matusalén, decía que: "La vida de todos los seres humanos es miserablemente dolorosa". Y también que: "La vida no representa otra cosa que preocupaciones, temor, esperanza y, al final, la muerte". Hoy lo que pasa es que tenemos el comercio de por medio, y parece que así los países son un poco más amigos entre ellos y al menos no hay tantas guerras entre compradores y vendedores y la vida es lo más parecido a un decorado de cartón piedra donde el agua de los arrollos es fresca y clara, la gente sonríe y los pajarillos cantan. Hoy, en eso que llaman el primer mundo, las guerras son comerciales, y las armas son las televisiones, radios, redes sociales y

Inocentes

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Yo nunca he estado en un manicomio y tampoco he visitado a nadie en uno; pero sé de buena tinta que allí hay solo buenas personas. Para saber que en los manicomios nada más que hay buenas personas basta con mirar al cielo y preguntarle al Señor por qué pecamos y quiénes son los inocentes entre nosotros. Sé todo esto porque yo un día se lo pregunté y me respondió con un resplandor tan grande que casi me deja ciego; pero es que esa es la única forma que tiene de comunicarse con nosotros: iluminándonos. Pero como es todopoderoso, a veces, sin mala intención, se le va un poquito la mano con la luz. Nada preocupante, se restriega uno los ojos con los puños hacia fuera y otra vez vuelve la vista a su ser. Un día, como digo, le pregunté al Señor por qué estaban los locos en los manicomios y me respondió que los encerraban allí por culpa de los hombres de espíritu funcionarial, cuyo principal tema de conversación es la política; hombres que obedecen indignamente a sus esposas y que jamás pierd

Amor a la siciliana

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Anoche dieron en La 2 Amor a la siciliana, una tragedia en clave de humor satírico que retrata una Italia posfascista, ocupada por los aliados americanos. Dos de los personajes más pintorescos, inspirados en Wally y Dave, de No me chilles, que no te veo, son Mimmo (cojo), y Saro (ciego). Mimmo y Saro llevan más de veinte años juntos, soportándose y apoyándose mutuamente como buenos amigos, siendo Mimmo los ojos de Saro y Saro las piernas de Mimmo. En una de las escenas finales, Mimmo le confiesa a Saro, en un momento de intimidad, que verdaderamente siente algo más que amistad por él. Está enamorado. A lo que Saro, fríamente, y restándole importancia al asunto, le responde que bastante tienen con presentarse al mundo como dos lisiados como para que encima los tomen por maricones. Uno no puede sino sonreírse ante semejante despliegue de humor negro; en mi caso, me levanté del sofá y fui en busca de ella, que estaba en la ducha, para contarle aquella escena maravillosa. Porque la vida va

Guns N' Roses

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Recuerdo ir con mi padre, cogidito de la mano, a comprar pasteles a las monjas de clausura, a las Agustinas Recoletas del Santísimo Corpus Cristi. "Ave María Purísima", se presentaba él, con su voz fuerte y reposada . "Sin pecado concebida", respondían ellas. Nos preguntaban por la famila y después nos despachaban. También íbamos, esto más de tarde en tarde, a los Hermanos Obreros de María, a llevar los juguetes que yo ya no quería y a saludar al Padre Gutiérrez, uno de esos hombres santos que hace ya encontró su lugar en el cielo. Yo fui un niño que rezaba y hablaba con Dios; un niño católico, apostólico y romano; un niño que escuchaba cada día el "Vaya usted con Dios" y el "Hasta mañana, si Dios quiere"; un niño de los que iban a misa cada domingo. Hasta que un día escuché a Guns N' Roses y después a Venom y a Ozzy, y ahí terminó mi periplo cristiano. Hoy soy un hijo pródigo que quiere volver a creer pero no sabe cómo, llevo años intentándo

La cabecita

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La cabecita nos dice cosas. ¡Qué cosas nos dice la cabecita! A mí me ha dicho hoy que miedo por esto, pero, miedo, miedo. ¡Qué preocupación! Así, de buenas a primeras, porque cuando todo parece estar en pausa, nuestra cabecita no está contenta, y tiene, la muy puñetera, que darnos qué hacer, que para eso le pagan. Ay, si yo supiera quién le paga. Iría para ya y... El otro día, hace un par de semanas, sin ir más lejos, cuando más contento estaba, zas, por lo de marras. Y aquello fue, ni más ni menos, miedo por que se acabara el contento; eso a lo que los psicólogos llaman sentimiento de culpa subjetivo. El caso es no dejarnos respirar. Esta cabecita nuestra, ¡ay! Pasados los cuarenta la cosa se pone seria. Pero no vaya usted a creerse, o es que ya no recuerda cuando joven: que si miedo al suspenso, a no gustarle a ella, a no encajar en el grupi, a las malditas espinillas, al matón de turno. ¡Se acababa el mundo! La única diferencia con la adultez es la perspectiva de toda una vida por d

De santos

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Leo para aprender, normalmente cosas que siempre conviene callar, porque en los libros, según qué libros, principalmente se aprenden cosas poco ortodoxas. Leyendo "La filosofía perenne", de A. Huxley, por ejemplo, he aclarado un concepto que tenía bastante turbio, por olvidado, y es el del conocimiento interior o autoconocimiento, ese concepto tan en boga en nuestros días y que, lamentablemente, se ha desprestigiado de forma preocupante, a tal punto que se ha extendido la idea de que cualquiera, prácticamente con solo mirase el ombligo, con un busto de Buda en la estantería de encima de la televisión y dos velas rojas prendidas flanqueándolo, puede conocerse a sí mismo. Una tarea, no obstante, la del autoconocimiento, para la cual, nos advierte Huxley, solo están predestinados los santos, ni siquiera los sabios. Cioran, por su parte, en "De lágrimas y de santos", nos dice: "Es imposible acercarse a los santos mediante el conocimiento. (...) La santidad en sí no

Aldous Huxley, "La filosofía perenne".

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"El santo es aquel que sabe que cada momento de nuestra vida humana es un momento de crisis. (...) Para el que ama a Dios, cada momento es un momento de crisis, la educación espiritual es incoparablemente más difícil y penetrante que la instrucción militar. Hay muchos buenos soldados; pocos santos".

Calles y Plazas

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Aquí no llueve, apenas si llueve; de lo cual me he enterado hoy, a los días de llegar. De ahí el paisaje desértico, casi westerniano. También me entero de que una estatua de Unamuno preside, quizá haciendo honor a la soledad que persigue a todo aquel que dedica su vida al arduo e ingrato ejercicio de pensar, una de esas llanuras indescriptibles, uno de esos parajes desérticos que cubren el terreno como un áspero manto de tierra y piedras. Las playas son su forma de redención, su mayor atractivo; infinidad de kilómetros de playas paradisiacas con todo tipo de parafernalia turística en alguna que otra, dejando lugar para la imaginación en todas las demás. Mi padre me contaba que mi abuela paterna, cuando visitaba alguna ciudad y le preguntaban, respondía: "Calles y plazas". Mi abuela paterna era maestra, no sé de qué especialidad, porque cuando yo tenía veinticuatro años ella tenía cien, y murió a los ciento uno, y los jóvenes nunca se interesan por las cosas de los viejos; sin

Mentiras

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Dicen que menos es más, pero no dicen que entenderlo cuesta sangre, sudor y lágrimas; toda una vida; dicen que el amor se da a primera vista, pero no que el precio del amor no es de este mundo, y se paga con moneda de fuera, pero nadie sabe de qué planeta; dicen que aquel es bueno y que el otro es malo, pero no dicen que quizá aquel tuvo suerte y el otro cayó en desgracia; dicen que un amigo es para siempre, pero no dicen que para tener amigos tienes que tener trabajo, casa, hijos y mascota, y tampoco dicen por qué los locos y los que no tienen casa no tienen amigos. A mí me dijeron una vez una cosa al oído, tan bajito, tan bajito, que casi me quedo sordo, porque entre nosotros nada es lo que parece. Me dijeron que las cosas eran así, de esta manera; pero yo no me lo creí y decidí coger el camino de los libros, y desde entonces he dejado de ser el que era, y ahora, tras cada libro, soy un hombre nuevo; mudo de idea a cada poco, y aprendo, aprendo tanto como puedo; he aprendido, sobre t

Michael K. Williams

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Me gustaba el rap de los noventa porque aún estaba por llegar a la gran escena, y eso le otorgaba un aura de misterio que se me hacía irresistible. Recuerdo perder horas de sueño para ver Rap City en BET, gracias a la televisión por cable. Dentro de aquel movimiento, surgió a escena lo que se llegó a denominar como "Gansta rap", que reivindicaba el violento estilo de vida que se daba entre la juventud de los suburbios neoyorquinos. Siempre, desde chico, quise saber qué se llevaba a cabo en las cárceles y en los manicomios; no sabía por qué, pero intuía que se me ocultaba algo; la vida en la superficie y su teatro de segunda siempre me hicieron sospechar, y me interesaba llegar al fondo de la cuestión, a lo que me ayudaron, cómo no, entre otros, Celine, Artaud, Alexandre M. Jacob, Gerard de Nerval; Cela, por supuesto, y hasta Nietzsche. La primera vez que eschuché un grupo de "gansta rap" fue en 1995: una amiga que fue a Nueva York me trajo una cinta de Moob Deep, &q

¡Otro mundo!

Radios y televisiones; medios de comunicación en general, nos marcan el camino: qué decir, qué pensar, dónde depositar el voto; a quién y cómo amar, en qué trabajar y cómo emplear el tiempo libre. Lo que es bueno y lo que es malo. Un universo falaz de entendimiento general. Luego están los libros. ¡Otro mundo! Dependiendo de cuáles, si se sabe escoger, lejos de encontrar verdades absolutas, se encuentra diálogo, reflexión, alternativas; críticas fundamentadas, edificantes. A través de los libros escapamos a la realidad impuesta y exorcizamos mitos y prejucios; no encontramos líneas trazadas; por contra, se inicia un apasionante camino de búsqueda, y se alcanza, entonces, la verdadera mayoría de edad; se escapa a la prisión del lenguaje común, orquestado por políticos, anunciantes y empresarios. Entre los lectores, inevitablemente, se forman guetos, y hay aun quien conforma una isla en sí mismo. Una vez iniciado el viaje de la lectura no hay vuelta atrás, las cadenas se han roto para si

Ophelia

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Los ricos temen que se les acabe la vida y los pobres que no les dé para la vida. ¿Quién gana? Ninguno. Todos somos perdedores en la carrera por la vida, por la buena vida. La vida, la buena vida, ni siquiera es para los inocentes, pues ellos son las víctimas primeras, la diana adonde van a parar todas las flechas, las envenenadas y hasta las perdidas; nadie como ellos carga con el peso del mundo. ¿Quiénes son los héroes? Los que no soportan la existencia, ellos son los iluminados. Nos marcan el camino al resto. Las grandes hazañas son cuestiones baladíes frente a la firme conclusión de que vivir no vale la pena, porque no hay acto más heroico que el de ir de avanzadilla en la batalla más cruenta, que es vivir, y ellos son, los que no soportan la vida, al extremo de acabar con la propia, quienes nos recuerdan a cada instante que vivamos, porque vivir solo tiene un precio, el de la propia vida, y nadie siente tanto la vida como el que se la quita, y es por ello que ellos, los inocentes,

Poetas

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Los poetas nacen por accidente. Cuando dos estrellas vuelven a sus casas para descansar tras una larga jornada de trabajo y una se queda dormida al volante y choca con otra en un accidente mortal, de ahí nace un poeta; de la muerte de dos estrellas, porque el nacimiento de un poeta siempre es un acontecimiento trágico, aunque nadie lo sepa; solo él. Los poetas son errores mágicos. Los poetas escriben con amor, con tanto amor que lo gastan muy rápido y después ya no saben qué hacer con su vida y, o se mueren jóvenes, como Baudelaire, o terminan en un manicomio, como Leopoldo María Panero; porque ser poeta no es cualquier cosa, no es escribir sobre amor, es vivir muriendo por amor; por amor a una vida sin correspondencia. El genio poético es una maldición para el poeta y una bendición para el mundo. Las estrellas fugaces son conductores suicidas que nunca mueren porque no tienen con quien colisionar; las estrellas que colisionan entre sí y que dan a la vida un poeta son estrellas solitar

Los pacientes del Estado

En su trabajo "Los pacientes del Estado", el sociólogo Javier Auyero analiza cómo las filas de espera son un capital político para la dominación: "Hacer esperar a los pobres es una herramienta de control para el poder que les permite vigilar y castigar. A la vez, genera una subjetividad en los pobres, quienes creen que 'deben' esperar y que, en ese sentido, actúan como buenos esperantes. A través de pequeños progresos y avances que se informan de manera escueta, pequeñas recompensas, mantienen la expectativa de las personas, indicándoles que la espera no es totalmente en vano. Este es el marco de la espera en el que se subordina aún más la espera simbólica".

El infierno particular

El hermanito tiene gafas y va con un sombrerito de campaña y unas chanclas de Pokémon. Se agarra fírmemente a la mano del papá y sonríe. Estamos en el supermercado. Su hermana va sentada en el carro, que empuja la madre. "Elena, no puedes estar siempre enfadada, que te va a salir una arruguita aquí", le dice el padre, con voz infantil, y le señala el entrecejo. La niñita le gira la cara, ahondando en su tragedia particular. No vuelvo a pensar en ello hasta que vamos en el coche, de vuelta, a dejar la compra, y le comento a ella lo importante de una educación que fomente la tolerancia a la frustración. Pienso en lo vivido. "El infierno está aquí y allí, al alcance de la mano", me digo. Esa niñita también tiene el suyo, su pequeño infierno particular. Jesús de la Palma

Robinson Crusoe

En la arepera, dos adolescentes pagan con el teléfono. Le digo a ella que yo a la edad de ellos no habría imaginado tener una cuenta bancaria. El sistema extendiendo sus tentáculos, controlando, rapiñando cada céntimo del ciudadano medio. ¡No! Me resisto a la "nueva normalidad". Salimos de la arepera y nos dirigimos al paseo marítimo. Jóvenes sentados en los bancos públicos, no tienen adonde ir, el ocio nocturno brilla por su ausencia. Mientras paseamos, le digo que no importa el coeficiente intelectual: he experimentado, mediante el diálogo, cómo quien menos hubiera imaginado, ha sucumbido al discurso único. Huele a mar, la brisa nocturna me reaviva el ánimo, paseamos cogidos de la mano, ahora ausentes de los problemas del mundo. Solo nosotros. Echo de menos un helado de Los Italianos. "Vamos en un momento a Los Italianos, me apetece una tarrina de nuez y avellana", bromeo (estamos a dos mil quilómetros de distancia). Le digo: "¿Sabes qué?, yo no sufro el sínd

Noche de circo

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Entramos a Ikea, y en un mueble, encuentro un libro abierto. Está en sueco, o eso creo. Como me llaman la atención las imágenes, dado que me recuerdan a la estética de "Noche de circo", de I. Bergman, lo cierro, para ver el título: Anna Bergman, "Teater Kläder". Noche de circo se desarrolla en un universo oscuro, de tragedia, donde ni siquiera el suicidio sale bien. Yo tengo la película en formato físico, pero estoy lejos, así que la busco y está disponible en línea. Otro día volveré a verla, quizá el fin de semana que viene. Recuerdo las primeras escenas: miseria, cinismo, inquina, celos, patetismo, humillación; mofa, escarnio; risas hirientes, carcajadas asesinas. ¡Inolvidable! Un viacrucis pagano, un espejo que revela los entresijos del alma humana. Jesús de la Palma

Puerto del Rosario

En la arepera, dos adolescentes pagan con el teléfono. Le digo a ella que yo a la edad de ellos no habría imaginado tener una cuenta bancaria. El sistema extendiendo sus tentáculos, controlando, rapiñando cada céntimo del ciudadano medio. ¡No! Me resisto a la "nueva normalidad". Salimos de la arepera y nos dirigimos al paseo marítimo. Jóvenes sentados en los bancos públicos, no tienen adonde ir, el ocio nocturno brilla por su ausencia. Mientras paseamos, le digo que no importa el coeficiente intelectual: he experimentado, mediante el diálogo, cómo quien menos hubiera imaginado, ha sucumbido al discurso único. Huele a mar, la brisa nocturna me reaviva el ánimo, paseamos cogidos de la mano, ahora ausentes de los problemas del mundo. Solo nosotros. Echo de menos un helado de Los Italianos. "Vamos en un momento a Los Italianos, me apetece una tarrina de nuez y avellana", bromeo (estamos a dos mil quilómetros de distancia). Le digo: "¿Sabes qué?, yo no sufro el sínd

En el andén

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De nuevo escribe mi amigo de Facebook, el que  no sabe que existo, el que recorre los cementerios porque no tiene nada mejor que hacer, el que habla de personas reales, sin apellidos, pero con nombres, el que habla del padre, del desempleo; de ogros y colibríes; de literatura, de psicología; de borrachos; de desesperanza y desesperación. Ayer relataba que dos hombres, en el andén, hablaban de Duraznito: "En el barrio había un pibe que lo llamaban Duraznito. Se ahorcó. Se ahorcó. Problemas de adicción". Hoy se pronuncia con dos metáforas, a saber: "El cielo, hoy, es una pizarra gris". "Mi corazón es una mancha roja en la que flota a la deriva un cadáver comido por los peces". Jesús de la Palma

Plaza Nueva

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Hay un dicho en Granada que reza así: "Soy tan albaicinero, que cuando bajo a la Plaza Nueva, me siento extranjero". En mi caso no es así, soy granadino por circunstancia, esto es, forzosamente, porque a mí Granada no es que me guste o me disguste, es, más bien, que me siento extranjero hasta en mi tierra. Uno sabe, no vaya usted a creerse, lo importante que es tener patria en este mundo tan ingrato, y que solo por eso, ya tendría uno que sentirse millonario; pero, oiga, aquí sucede como con los ricos, que aun teniendo en abundancia, aprecian lo que no tienen. Crecí a los pies de la Alhambra, como quien dice, porque del Paseo de los Tristes a la calle Zacatín hay cinco minutos andando, y desde ahí, veinte o veinticinco al Mirador de san Nicolas. ¡Ay!, el Mirador de san Nicolas, si ustedes pudieran verlo; pero yo siempre lo he tenido a tiro de piedra, al igual que la Alhambra, y esa es la maldición del niño rico; vean ustedes, si no, el caso de Scott Newman; porque somos human

Con altura

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Rosalía tiene una canción que se llama "Con altura" y que se te mete dentro tan fácilmente como el discurso hueco del político de turno, pero yo prefiero el soul añejo de Adrian Younge o el quejío de Camarón, porque aun siendo más difíciles para el oído, son tan puros que una vez que entran, pasan a formar parte de tu carácter. Desde que conozco a Billy Joel he dicho que en mi funeral me gustaría que pusieran muy bajito "Tomorrow is today", porque me gusta más que Elton John y porque es una canción tristísima, tan triste que uno no sabe que hacer con tanta tristeza y al final termina llorando de alegría. A mí me gusta la música como a tantos otros, como a casi todo el mundo, aunque sí pienso, como Nietzsche, que la vida sin música sería un error, pero yo ya tengo la edad suficiente como para saber que la vida, sin música o con ella, es un error; aun así, dentro de lo malo, poder escuchar a Adrian Younge, Billy Joel o Camarón, me redime del pecado original. Jesús de

¡Horror!

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Anoche, un documental de La 2. Otro. Esta vez sobre la barbarie y la sinrazón de la guerra de Vietnam. ¡Horror! <<Es imposible que las palabras describan lo que necesitan saber aquellos que no saben lo que el horror significa>>, nos dice el coronel Kurtz en Apocalypse now. También la muerte, el asesinato de Kennedy: esa imagen dará la vuelta al mundo por los siglos de los siglos. Su muerte, su asesinato, escapa al ámbito de la razón, más pareciera una escena del teatro de lo absurdo, pero a la altura de una tragedia griega. ¡Horror! En esa imagen se resume visualmente el desvanecimiento de un imperio; una imagen que culmina con la lucha de Jackie Onassis por la vida. ¡Horror! Jesús de la Palma

Circo

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Lo único que veo esporádicamente en la televisión son los documentales nocturnos de La 2, cuando no me vence el sueño, First dates y, también, de cuando en cuando, consciente del proceso de embrutecimiento al que voy a ser sometido, las noticias de La 1. Anoche, tras finalizar First Dates, comenzó Todo es verdad, capitaneado por Risto Mejide, pero no duré frente a la pantalla más de cinco minutos. Además de la falta de interés que mostré ante el tema a debatir, la cancelación y de nuevo reapertura de contenido para adultos en OnlyFans, no termino de creerme la pose de Risto Mejide, gafa oscura de perdonavidas icluida. Si me dedico a él por un momento es por su aura de credibilidad, aceptada por el gran público, que le ha otorgado la potestad de dictaminar lo que es verdad y lo que no respaldada con una cuota de pantalla nada desdeñable. Cualquiera podría pensar, con los datos en la mano, que Risto es un mago de los números y un genio de la comunicación, yo mismo he llegado, tiempo atrá

El Ogro

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Vuelve a escribir ese "amigo" de Facebook que escribe tan bien y que hasta hoy dudaba que supiera de mi existencia; digo hasta hoy porque hoy precisamente he comentado su última publicación. Sí, ha vuelto a escribir este "amigo misterioso", del que no he encontrado ni una sola foto en su perfil. Solo sé lo que cuenta, y cuenta que tiene cuarenta y cinco años y que visita cementerios porque es al único lugar donde puede ir porque en todo el ejercicio pasado no ha generado ni un solo peso (argentino). Hoy ha vuelto a escribir ese "amigo misterioso", que más pareciera un personaje sacado de una novela de Dostoyevski, quizá el narrador de "Noches blancas", alguien que pasea sin rumbo y no tiene amigos. Hoy ha vuelto a escribir y, como de costrumbre, no me ha defraudado. Se lo he mostrado a mi mujer y ha convenido conmigo en que sí, que relata muy bien. Hoy ha escrito sobre el padre: lo llama "Ogro (con mayúscula), viejo, insatisfecho y perverso&