They shoot horses, don't they?

No me cae bien Andreu Buenafuente ni su mujer ni su equipo de colaboradores; no me hacen gracia; tampoco me gusta Íker Jiménez, aunque he aprendido a soportarlo. Me gusta más Gloria, la protagonista de They shoot horses, don't they?, que Jane Fonda; Jane Fonda no me dice nada, no me caen bien los activistas. Me gusta Drew Barrimore como mujer, ¡qué mujer! Ese es el tipo de mujer en el que me fijaría si volviera a ser joven. No me cae bien Clint Eastwood, y tampoco me gustan sus películas; me cae muy bien Antonio Banderas, aunque no me transmite nada, o muy poco, como actor. No me cae bien Woody Allen, pero adoro sus películas. De entre los escritores, destacaría a Cela, que no solo me gusta como escritor, también me gusta mucho el personaje. ¡Qué carisma! De Francisco Umbral no sé nada, casi nada, excepto lo que sé por el documental Anatomía de un dandi, que me gustó mucho, pero ahora, tiempo después, pensando en él, me doy cuenta de que no me ha dejado poso. La exaltación fue fruto de la sugestión del momento. Como figura pública me gusta David Beckham, su mujer, nada; Beckham, incido, únicamente como figura pública, lo cual engloba su faceta futbolística, aunque yo no entiendo casi nada de fútbol, pero todo el mundo sabe apreciar un buen gol de falta. No me gusta mi yo de hace diez años; mucho menos mi yo de hace veinte, aunque de ese, en cierto modo, me compadezco; en el de mi adolescencia prefiero no pensar, aunque es mi recuerdo más vivo; la única parte que recuerdo de mí con cariño es la niñez. Me cae bien Alejandro Sanz y me gusta su música, que antes detestaba; me gusta Leonardo DiCaprio como actor, me fascina; pero no soporto su faceta activista. No me gustan Bruce Jenner ni Caitlyn Jenner, pero tras visionar Untold, su figura me infunde bastante respeto. Admiro el cante de Camarón de la Isla; me compadezco del hombre, también me compadezco de Robin Williams, pero me gustan más como actores Robert de Niro, Al Pacino, Jack Nicholson o Matthew McConaughey. Este último, sobre todo en Dallas buyers club. Me gusta hablar y estar solo; y por eso, aunque con reservas, soy activo en Redes Sociales; no me gustan los hombres que hablan poco y tampoco los que siempre están en compañía; en cuanto a las mujeres, prefiero las que hablan poco y no me molesta que siempre estén en compañía. Aunque lo que a mí me guste o no, poco tiene de relevante, ¿qué relevancia puede tener lo que diga alguien que ni siquiera sabe si le gusta la vida?

Jesús de la Palma

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