De santos

Leo para aprender, normalmente cosas que siempre conviene callar, porque en los libros, según qué libros, principalmente se aprenden cosas poco ortodoxas. Leyendo "La filosofía perenne", de A. Huxley, por ejemplo, he aclarado un concepto que tenía bastante turbio, por olvidado, y es el del conocimiento interior o autoconocimiento, ese concepto tan en boga en nuestros días y que, lamentablemente, se ha desprestigiado de forma preocupante, a tal punto que se ha extendido la idea de que cualquiera, prácticamente con solo mirase
el ombligo, con un busto de Buda en la estantería de encima de la televisión y dos velas rojas prendidas flanqueándolo, puede conocerse a sí mismo. Una tarea, no obstante, la del autoconocimiento, para la cual, nos advierte Huxley, solo están predestinados los santos, ni siquiera los sabios. Cioran, por su parte, en "De lágrimas y de santos", nos dice: "Es imposible acercarse a los santos mediante el conocimiento. (...) La santidad en sí no es lo interesante, sino solo las vidas de los santos. (...) ¿Llegaré algún día a ser tan puro que no pueda reflejarme sino en las lágrimas de los santos?".

Jesús de la Palma

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