En el andén

De nuevo escribe mi amigo de Facebook, el que  no sabe que existo, el que recorre los cementerios porque no tiene nada mejor que hacer, el que habla de personas reales, sin apellidos, pero con nombres, el que habla del padre, del desempleo; de ogros y colibríes; de literatura, de psicología; de borrachos; de desesperanza y desesperación. Ayer relataba que dos hombres, en el andén, hablaban de Duraznito: "En el barrio había un pibe que lo llamaban Duraznito. Se ahorcó. Se ahorcó. Problemas de adicción". Hoy se pronuncia con dos metáforas, a saber: "El cielo, hoy, es una pizarra gris". "Mi corazón es una mancha roja en la que flota a la deriva un cadáver comido por los peces".

Jesús de la Palma

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