Poetas
Los poetas nacen por accidente. Cuando dos estrellas vuelven a sus casas para descansar tras una larga jornada de trabajo y una se queda dormida al volante y choca con otra en un accidente mortal, de ahí nace un poeta; de la muerte de dos estrellas, porque el nacimiento de un poeta siempre es un acontecimiento trágico, aunque nadie lo sepa; solo él. Los poetas son errores mágicos. Los poetas escriben con amor, con tanto amor que lo gastan muy rápido y después ya no saben qué hacer con su vida y, o se mueren jóvenes, como Baudelaire, o terminan en un manicomio, como Leopoldo María Panero; porque ser poeta no es cualquier cosa, no es escribir sobre amor, es vivir muriendo por amor; por amor a una vida sin correspondencia. El genio poético es una maldición para el poeta y una bendición para el mundo. Las estrellas fugaces son conductores suicidas que nunca mueren porque no tienen con quien colisionar; las estrellas que colisionan entre sí y que dan a la vida un poeta son estrellas solitarias que siempre circulan por vías secundarias, porque, como los poetas, siempre van en paralelo a la vida.
Jesús de la Palma
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