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Mostrando entradas de marzo, 2023

Finitud

He agotado pronto a Juan Manuel de Prada, al menos en su faceta de conferenciante y entrevistado. Lo cual no quiere decir que no dé más de sí. Sí creo que debo aclarar que, a mí pesar, se me ha gastado el interés demasiado pronto, al menos antes de lo que esperaba. Me queda el De Prada articulista, al que no tengo prisa por conocer, pero por el que subsiste aún cierto interés.  Las personas se agotan; nos agotamos para los otros, que van y vienen. Yo mismo, escritor de redes y blogs, sea eso lo que fuere, lo percibo en quienes me leen, que también van y vienen, o, simplemente, se van. La explicación, creo, es bien sencilla: somos finitos y de recursos muy limitados.  Ningún lector se adscribe a un solo escritor; se los lee y, en el mejor de los casos se vuelve a ellos con el tiempo; quizá nos acompañen en el recuerdo, pero nunca vamos con ellos de la mano, eso sería fanatismo o idolatría, lo cual no lo creo saludable para ninguna de las partes.  En una entrevista que veía anoche a De P

La soledad del escritor

La inspiración ha de venir leyendo, o, en su caso, tras haber leído. La lectura es la principal fuente de inspiración del escritor, la palanca propulsora que lo empuja a ese abismo que es escribir. Abismo porque aísla; no me imagino a nadie que esté más solo que un escritor.  El genio lo es por talento, pero la genialidad hay que exprimirla como se ordeña una ubre, y eso solo se consigue a base de trabajo y constancia.  En la escritura, como en todo lo demás, también hay trampas. Tennessee Williams advierte de esto a los incautos en sus “Memorias”, porque, insisto, la inspiración ha de venir leyendo. Dice así: «Podría citar a muchos escritores fecundos y honestos que derivaron hacia la bebida, especialmente en la edad madura. En cambio, desde luego, no aconsejaría a ningún autor joven que emprenda ese camino en tanto que no le sea impuesto, en tanto que pueda seguir con su trabajo sin recurrir a los estimulantes». A continuación narra su experiencia con un apuesto y joven amante, guion

Padres

Alguien escribe sobre la muerte de la madre y me conmueve. Nadie habla con los padres lo que en un futuro, cuando ya no estén, desearía haberles dicho. Son las preguntas y el afecto que ya no serán los que nos dejan huérfanos y anhelantes. Hoy se me ocurren mil preguntas que hacerles, mil afectos que prodigarles. Pero ya no están. Nada hubiera cambiado de haberlo sabido. Que no te mientan. Hoy les preguntarías mil veces lo mismo y mil cosas más; pero no cuando estabas a tiempo. Dios creó el arrepentimiento por algo. Lo que pasó ya no cuenta, es ese vacío monstruoso, que no te deja pensar con claridad y contra el que nada cabe, excepto la angustia o la indiferencia. Tú no tienes la culpa. No existían estas preguntas porque tú no eras el que eres. Hoy no existen ellos y a la vez tú existes un poco menos, y eso no te permite pensar con claridad. El autoflagelo es el pequeño tributo que se le paga al amor para que de cuando en cuando asome a la memoria. Mira a las estrellas. Busca dos, sie

Los visitantes

Si en la anterior ocasión conseguí ascender a la página 55 del testimonio de Céline, ayer me planté a la altura de la 45. “De un castillo a otro” es un testimonio infumable, lo cual he anotado en la portadilla del libro por si en otra ocasión, transcurridos los años, me da por acercarme a él. Vuelvo, pues, a retomar el itinerario lector que tenía marcado y prosigo con la trilogía de Yuval Noah. En uno de los capítulos refuerza la teoría de “Los visitantes”, la película estelarmente protagonizada por Christian Clavier y Jean Reno. En estos días estoy, a su vez, escuchando entrevistas realizadas a Juan Manuel de Prada. La última, por Pablo Iglesias. De Prada es un intelectual católico e “independiente”, con un particular punto de vista y un extraordinario bagaje cultural a los que se les puede sacar mucho rendimiento si se le escucha con atención. Uno de los autores que menciona y del que me hecho eco, con su “Cristo, ¿vuelve o no vuelve?”, es Leonardo Castellani. Hoy por hoy estoy conve

“Sapiens”

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Termino “Sapiens (De animales a dioses)” y rompo mi itinerario lector, como de costumbre. Solo un inciso, un libro; después continuaré con la ruta marcada. ¿Qué es la vida sin aventura, sin improvisación? No sirvo para nada excepto para rebelarme. Comienzo, como digo, “De un castillo a otro”, de Céline. Lo abro y encuentro un marcapáginas por la página cincuenta y cinco. Tengo el libro desde hace bastantes años. Lo he elegido porque en un momento del día, no sé por qué, he recordado su pasado colaboracionista, y lejos de disuadirme de su lectura, me genera intriga. El estilo de escritura es particular. Me va a costar hacerme a él. En la página diez ya he dudado sobre si continuar. No recuerdo qué me hizo abandonar su lectura hace, esto es seguro, más de una década. No obstante, y ya que soy del 75, rescato un fragmento en el que me he visto reflejado: «¿Me repito?... ¿chocheo?... tengo derecho... ¡todos los que pertenecen a otro siglo tienen derecho a chochear!... y, ¡Dios!, ¡de quejar

10 000

Hoy, las élites políticas y económicas castran ideológicamente a las masas, para someterlas a una rendición incondicional, del mismo modo que hace 10.000 años los humanos empezaron a castrar toros con el fin de crear bueyes. Jesús de la Palma 

Teorías de género

El lenguaje inclusivo, las teorías de género y el feminismo militante, llevadas al extremo, convertidas en ideología, o en dogma, como en efecto lo están siendo, son herramientas de desconexión de la realidad. El primero anula la identidad, principal herramienta que tiene el ser humano para posicionarse políticamente como sujeto de derecho y reclamar sus necesidades y anhelos; las segundas disipan del horizonte cualquier oportunidad de establecer arraigo mediante relaciones sociales sólidas y comprometidas, las cuales confieren al ciudadano la confianza y la responsabilidad en las cuales se basa la vida digna; el tercero crea un cisma entre hombres y mujeres, que lejos de unir fuerzas y luchar contra los poderes fácticos y represores, se detienen en discusiones infructuosas, mientras las élites gobernante y económica campan a sus anchas por el camino del latrocinio y la atrocidad, dejando un indiscriminado número de víctimas a su paso, independientemente de si son mujeres, hombres, niñ

Créditos

El crédito bancario ha pasado de ser una herramienta de crecimiento para las sociedades, el motor de las economías florecientes, a ser el látigo de siete colas de la clase trabajadora y la bomba de inflado de las élites económicas. Jesús de la Palma 

17/03/2023

Conocí a Yuval Noah Harari leyendo “El amanecer de todo”, de David Graeber y David Wengrow. Se le menciona en el capítulo tres. El sábado me compré su trilogía. A martes, voy por la mitad de “Sapiens (de animales a dioses)”. Cojo del armario lo que tengo más a mano para vestirme. Lo mismo me pasa con las lecturas. Me gustaría ir al cine a ver “Ballena”, la última interpretación de Brendan Fraser, pero es a las diez y media y eso para mí es muy tarde. Esperaré a las plataformas digitales. Para esta entrada del diario me inspiro en el estilo de escritura de Édouard Levé, a quien leí recientemente. Escribe sin puntos y aparte; al menos en su “Autorretrato”. Me repito en las ideas. Juan Manuel de Prada es un fundamentalista católico, aun así me gusta escucharlo. No sé cómo he podido vivir tantos años renegando de la fe. No sé vivir sin fe. Siempre he tenido fe, hasta cuando negaba a Dios con toda la rabia y la frustración de la juventud. Hoy trato de conjugar fe y antropología. Esta mañana

Evolución

Yuval Noah se remonta a 13 800 millones de años antes del presente para hablar de la aparición de la materia y la energía. Y a 2,5 millones de años para la creación de utensilios por parte de los humanos. La historia del ser humano es, pues, evolutiva. «Para criar a un humano —nos dice Noah en las primeras páginas de su “Sapiens (de animales a dioses)— hace falta una tribu. Así, la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales fuertes». Esto, extrapolado al plano sociológico del presente, nos traza una línea identificativa del cataclismo actual, donde la gran marea humana está condenada a la involución; empobrecida y aislada tras una pantalla, prisionera de la necesidad, ideológicamente secuestrada, incapacitada para las relaciones sociales y, por ende, para la la vida; mientras que una minoría, digamos un reducido grupo de privilegiados, comandados por un uno por ciento de superricos, se reserva el derecho a la evolución. Jesús de la Palma 

“Los de siempre”

A veces quisiera ser uno de esos hombres que se congratulan de ser “los de siempre”. ¿Para qué atravesar mil etapas? Una Ilíada, una Odisea. Aquellos combaten o sufren, vencen o los derrotan; pero nunca se detienen para preguntarse el porqué. Su lucha es ciega, enconada; pura supervivencia, no hay en ellos la menor motivación psicológica. Son siempre los mismos, no se vuelven más complejos, y cuando se les pregunta, responden impasibles: «¿Para qué?, la vida es más sencilla que todo eso». Jesús de la Palma 
Estoy leyendo antropología novelística para disuadirme de emprender un proyecto innecesario. Mi meta es el diario: reconstruir el azar de cada momento. Jesús de la Palma 

Papá

Mi padre siempre iba rápido. Paseábamos y sin querer se me ponía delante. Yo le llamaba la atención: «¿Es que tienes prisa?». Yo soy de paso lento, dubitativo. Mi padre, a diferencia de mí, siempre supo adonde ir. Hemos caminado mucho juntos, mi padre y yo, tan diferentes y tan amigos. Jesús de la Palma 

17/03/2023

Ayer recibimos la visita de P. Ha vuelto de Inglaterra tras cinco años. Ahora tiene que empezar de cero. C. y ella salieron a tomar café. No es lo mismo empezar de cero con un grado en Bellas Artes que con una ingeniería. P. es muy espiritual; le contaba a C. que Plutón estaba alineado con Acuario y tenía un mal presentimiento. Mientras ellas estaban fuera terminé de leer “Autorretrato”, de Levé. En la última página hace alusión al suicidio de un amigo: el matrimonio se dispone a salir para jugar al tenis, una vez fuera, él le dice a ella que espere un momento, que se le ha olvidado algo en la casa: «bajó al sótano y se pegó un tiro en la cabeza con la escopeta que había preparado cuidadosamente». En Francia se suceden las protestas por la reforma de las pensiones. Mi padre, que ya no está entre nosotros, se jubiló a los sesenta con la pensión íntegra. Fue un niño de la posguerra y, escuchándolo, yo crecí pensando en las virtudes de mi tiempo. En Instagram, un joven y autodenominado pr

Portadilla

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El próximo libro que voy a leer es de segunda mano, lo compré en una “librería de viejo”. En la portadilla hay una anotación, a saber: “Crítica literaria, 3° filología. Curso 79—80”. En el 79 yo tenía cuatro años y no sabía qué era la crítica literaria. Más de cuarenta años después sigo sin tener demasiadas nociones al respecto. Me pregunto qué habrá sido de esa persona. Me gustaría encontrarme con ella para tomar un café y charlar. Calculo que lo empezaré entre hoy y mañana, cuando termine con “Autorretrato”, de Édouard Levé. De este último libro sigo subrayando, aunque he de reconocer que estoy defraudado. Lo último, esto, en la página 80: «Quiero que graben en mi tumba este epitafio: “Hasta pronto”». En lo que me concierne, preferiría la incineración; en cuanto al epitafio, si se diera el caso, lo dejaría en blanco; creo haber dicho ya bastante. Por otra parte, no quisiera volver a pisar este suelo, he tenido suficiente con vivir una vez. Jesús de la Palma 

“PROSTITUTAS”

En diferentes puntos de Granada y la periferia hay un grafiti hecho con una plantilla que publicita una página de citas. Llevaba viéndolo años sin prestarle más atención de la que le prestaría a cualquier otro anuncio de algo que no me interesa. Hoy lo he vuelto a ver; en esta ocasión, con la particularidad de que justo debajo, alguien había escrito de forma rudimentaria, también con espray, y en mayúsculas, una nota de advertencia: «SON PUTAS». Como iba con ella en el coche, he considerado oportuno comentarlo: «Me parece bien la advertencia, pero no el lenguaje soez y denigrante; podrían haber escrito “PROSTITUTAS”». Jesús de la Palma 

Perros o gatos

En la página de Wikipedia de Édouard Levé ocupa más espacio el apartado dedicado a sus obras que el de su biografía. Este último es inusualmente breve. Édouard Levé se ahorcó. Tiene un libro que se llama “Suicidio”, es su último libro; no lo he leído, pero la sinopsis aclara que no hace alusión a su ideación suicida. Me compré “Autorretrato” porque era un autor suicida. No tengo pensado suicidarme, pero sí he conocido a personas que se han suicidado. Subrayo una frase de su libro, «me gustan más los perros que los gatos», pensando que a mí me sucede lo contrario. Eso me tranquiliza. Jesús de la Palma 

Autorretrato

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Escribir como Édouard Levé sería como decir que no me gustan las camisetas de pico con un botón en un lateral o que en mi casa orino sentado porque vivo con una mujer; y así, encadenando frases más o menos insustanciales, con alguna que otra confesión de más impacto, llegar a completar unas cien páginas en letra de tamaño para el que no hacen falta gafas. En eso consiste su “Autorretrato”.  Lo leo tras más de una década y ya no soy el mismo y doy por hecho que la fascinación que recuerdo que me causó en su día hoy no es tal. Sí me llama la atención que escriba de corrido; lo mismo que me pasó con el estilo fragmentario de “Ordesa”, de Manuel Vilas. Tiendo a copiar estilos, esto es que si estoy leyendo a un determinado autor, me puedo llegar a dejar influenciar por su modo de escribir. Aunque más o menos ya voy encontrando mi estilo propio. Al menos sé lo que no quiero ser. Soy más bien un francotirador; no encajo en el preciosismo, no me interesan demasiado los circunloquios ni los adj

De Petronio (Giuseppe) a Levé

Termino de leer “Historia de la literatura italiana”, de Giuseppe Petronio. Algo más de mil páginas que abarcan un espacio de seis siglos, y apenas unos cuantos renglones, no más de diez, a siete u ocho mujeres. A través de la historia de la literatura se estudia la psicología, la historia y la política. Estoy muy satisfecho con la lectura, y valoro el esfuerzo y el genio del autor. Rompo mi itinerario lector mediante un breve inciso: pretendo releer de una sentada, o de dos, “Autorretrato”, de Édouard Levé. Está escrito de corrido, sin puntos y aparte. Me lo compré en Madrid, en una pequeña librería del centro. Me lo compré porque era un autor suicida. Tengo bastantes libros de suicidados. Cuando lo leí por primera vez, hace años, no subrayaba los libros. En esta ocasión, de las primeras diez páginas, que son las que llevo leídas, he subrayado casi todo. Una de las frases, además, la entrecomillo; dice así: «Como soy gracioso, se creen que soy feliz». Jesús de la Palma 
Frente al horror de la historia, que no cesa, hoy por hoy me siento más cercano a los desencantados que a los reformadores. Jesús de la Palma 

Stromboli

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Abro uno de los dos tomos del “Diccionario internacional del psicoanálisis” para hacer una consulta y me encuentro con esta viñeta que dibujé hace algunos años, inspirada en una escena de “Stromboli, tierra de Dios”, dirigida por Roberto Rossellini y protagonizada por Ingrid Bergman y Mario Vitale. El infierno son los otros. Jesús de la Palma

La vida contaminada

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Hemos salido a caminar y le comentaba mi desengaño sobre todas las cuestiones concernientes al curso de los acontecimientos políticos y económicos a nivel mundial. Le digo que solo me importa el nosotros, nuestra familia. Por lo demás, lo que tenga que ser, será. ¿Quién soy yo para especular sobre una posible guerra entre Estados Unidos y China?, como he leído a un profesor de universidad esta mañana en su perfil de Facebook, comentando un artículo de The ecónomist. No sé mañana, pero hoy estoy convencido de que nada tiene solución. Por lo demás, anoto como próxima lectura, entre otras, “La conciencia de Zeno”, tercera novela de Italo Svevo, donde se narra la historia de Zeno Cosini, un rico burgués que debe escribir la historia de su vida por orden de su psicoanalista, pero que al acabar el libro, llega a la conclusión de que el tratamiento no tiene sentido, y que tampoco el psicoanálisis puede devolverle la salud, pues «la vida actual está contaminada en sus mismas raíces» y «cualqui

Demolición en suspenso

Hay personas que por talante y el favor de las circunstancias muestran una serenidad demasiado olímpica, una seguridad nunca enturbiada por una duda. Personalmente, me siento más cercano de las que, en palabras de José Sbarra, son “una demolición en suspenso”; de modo que mi único consuelo frente a aquellas es confiar en que Dios les haya reservado otra vida en la que tengan toda una eternidad para reflexionar sobre su posición aquí, en la Tierra. Jesús de la Palma 

Decorado

Ayer paseamos por el Albayzín. Era un domingo atípicamente soleado y caluroso para mediados de marzo. Es un barrio de contrastes; tanto por sus gentes, jipis, gitanos, payos y extranjeros, como por su arquitectura; suntuosos cármenes y viviendas ruinosas. El expresidente Clinton, desde el Mirador de san Nicolás, dijo que era «el atardecer más bello del mundo». De camino a la Plaza Larga, donde merendamos dos pestiños que nos supieron a gloria, pasamos por una de esas viviendas en estado lamentable; nos sorprendió que estuviera habitada: se oían voces en el interior de varios que conversaban. En la ventana, un gato; la sensación me llevó sentir compasión tanto por sus habitantes como por el pobre animal. Esto me llevó a pensar en esa misma mañana, cuando, mientras miraba el móvil, me asaltó uno de esos testimonios motivacionales: que circulan por las redes «En España, así como en Occidente, vivimos en un decorado».

Desfacer entuertos

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El chalado de don Quijote, que más que “desfacer entuertos” los buscaba, invitaba a Sancho a confiar en el tiempo, «que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades». En un vídeo motivacional que circula por las redes, se sientan a conversar varios hombres en edad madura; tales como Tom Hanks, Robert de Niro, Adam Sandler, Jamie Foxx y alguno más. Entre sonrisas cómplices, se dicen los unos a los otros que cuando te sientas mal, pienses que todo es pasajero y que el tiempo es tu aliado. Personalmente lo he visto en una página de Instagram que combate activamente el suicidio; sin embargo, no es difícil entender que ese discurso, viniendo de actores de éxito y por ende millonarios; un grupo privilegiado con todo tipo de recursos a su alcance para combatir problemas de cualquier índole, es una perversión en sí mismo. Es un discurso perverso porque reafirma el “estado de cosas” de un mundo donde son norma la desigualdad y la injusticia; es perverso porque responsabiliza a la víct

Obey

C. me anima a que escriba sobre ello. «Para tu diario», insiste. Me quiere y sabe que escribir me hace bien. «¡No sabes lo que me acaba de pasar¡», fue lo primero que me dijo, nada más entrar en la cafetería y sentarse en la mesa donde la esperaba. Se había parado un instante en el escaparate de una inmobiliaria, y un hombre de mediana edad; pelo cano, coleta, fumador, le espetó parsimoniosamente: «Eres una zombi de la sociedad».  Jesús de la Palma 

El amor es un lujo

El término “aporofobia” fue acuñado en los años 90 por la filósofa Adela Cortina, para dar nombre a un fenómeno que afecta especialmente a las personas en situación de “sinhogarismo”. Pero la aversión al pobre es una cuestión que viene de antiguo; en un pasaje de “Eva”, la novela de Giovanni Verga, la propia protagonista explica que el amor es “un lujo”, y que quien no es lo bastante rico no se lo puede permitir. Jesús de la Palma 

La novela

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«Durante algunos siglos, solo algunos ricos podían permitirse el lujo de los libros. Ian Watt, que ha analizado las condiciones materiales del público en la Inglaterra del siglo XVIII, señala que entonces era menos caro emborracharse con ginebra que comprar un periódico», de este modo reflejan los condicionantes de la lectura R. Bourneuf y R. Ouellet en su ensayo de 1972 “La novela”. En el siglo XXI, sin embargo, el analfabetismo se da por exceso y no por defecto; los periódicos y sus diarias avalanchas de (des)información, al alcance de todos, tienen al público ideológicamente secuestrado y emocionalmente aturdido. Por otra parte, una biblioteca universal circula de forma gratuita por la Red en forma de PDF o ePub, como un fantasma al que todos ignoran. Jesús de la Palma 

Rico come pobre

Hay muchas verdades, pero especialmente una que me preocupa: el rico roba al pobre, lo arrincona, lo humilla, lo analfabetiza, lo explota, lo martiriza y lo responsabiliza de su situación. Me preocupa, además, que el pobre idolatre al rico en una suerte de síndrome de Estocolmo coral. Me preocupa la aporofobia. Me preocupan las cárceles llenas de pobres y me pregunto cuántas de las once personas que se suicidan a diario en España son pobres. Jesús de la Palma 

Alexis Landot

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Cuando veo los vídeos de Alexis Landot, quien practica escalada libre a pulso, y sin arnés, me da el corazón un vuelco. Siento el vértigo como si yo mismo estuviera ahí arriba. Pienso en sus padres. Pero ¿está loco este chico? Yo también fui joven y salí al mundo sin armadura. La vida tiene esa parte sútil que los jóvenes no entienden y desafían para demostrar que pueden con ella. Pero la vida, prudente y silenciosa, siempre tiene la última palabra y, llegado el caso, se reivindica a través de la muerte. Jesús de la Palma

Mansedumbre

El papel preponderante de los gobiernos parece ser la ideologización de las sociedades, su adiestración para la mansedumbre. De esto tenemos un cercano ejemplo durante el encierro de 2020, cuando se impulsaron las iniciativas de los balcones: aplausos y proclamas como “resistiré” o “todo saldrá bien”. Tres años después comprobamos que muchos no resistieron el envite económico y que las cosas han salido peor que mal en todos los sentidos: la cesta de la compra es inasumible para la mayoría de las familias, el acceso a la vivienda se ha convertido en materia utópica; la acumulación de riqueza por parte de los bancos, las eléctricas y las grandes multinacionales; el fantasma de la guerra que planea sobre nuestras cabezas. Ya en el XIX, como exponente de una pésima literatura para el pueblo, Giovanni Prati cantaba en una balada: «Entre nuestras esposas y los niños / trabajamos cantando; quien posee tesoros, el sueño pierde, / quien posee intelecto, su corazón consume». Una literatura que,

Mil páginas

Hoy he leído unas cien páginas.  Para leer historia, filosofía o ensayos de más de mil páginas hay que cultivar el hábito lector.  Por ahora sigo con la ruta lectora que planifiqué no hace mucho. En mi empeño por conocerlas de memoria, he añadido las relecturas de la Ilíada y la Odisea, aunque no sea más que una fantasía. He anotado también un libro nuevo a la lista de deseos: “El yo soberano (ensayo sobre las derivas identitarias)”, de Élisabeth Roudinesco. Antes veía en Instagram el testimonio de Samuel L. Jackson. Habla de cómo su hija lo salvó de una sobredosis a sus cuarenta y tres años. La página se llama “Celebridades sobrias”, pero en inglés. Siento admiración por las personas que han sido borrachas y drogadictas y han conseguido encauzar sus vidas.  No creo que nadie pueda leer drogado.  Compadezco a los borrachos y a los drogadictos, y me inspiran rechazo quienes no los ven como personas enfermas, necesitadas de ayuda. La figura del intelectual mediático me inspira recelo, au

Confesionario

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Alessandro Verri, en una carta a su hermano de 1783: «Desde luego, yo ahora no podría escribir como lo hice en “Il Caffe”... Aquellas máximas ahora me parecen las de un mozo que aún no conoce lo básico y se entretiene con lo accesorio». Esta confesión me deja clavado en la hoja. Tengo que transcribirla y compartirla. Es un espejo, la ventanilla de un confesionario. Jesús de la Palma 

Miseria

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Cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, con tono paternalista, asegura que «los abuelos y las abuelas no quieren las pensiones para ellos, sino para sus hijos y nietos», y que «son ayudas al pago de la luz del hijo que no puede pagar la luz; es la ayuda para ir al supermercado a comprar las cinco cosas que no puede comprar la hija», está recreando los regímenes estamentales del pasado, donde los mendigos se apiñaban alrededor de palacio para respirar el olor de la comida, y romantizando el sufrimiento de una sociedad condenada al trabajo para permitir el ocio de quien por todos es servido y a nadie sirve. Jesús de la Palma 

Telerrealidad

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Según Giuseppe Petronio, «en la segunda mitad del siglo XVI, el género nuevo y característico de la cultura barroca fue “la comedia del arte”», en parte por el carácter extrovertido de la época, propensa a ver el mundo sobre todo como un espectáculo. «La comedia del arte —prosigue Petronio— no era psicológica o de caracteres, sino de acción o intriga; ello significó que con el tiempo, al desaparecer las causas sociales, se recurriera cada vez más a tramas más complicadas y menos convincentes, a una mímica cada vez más burda y a una comicidad cada vez más deslenguada». La cuestión es que leyendo a Petronio, no puedo sino establecer un claro paralelismo entre “la comedia del arte” y la sociedad de la telerrealidad. Jesús de la Palma 

Ciencia y filosofía

En el siglo XVI, con la separación de la ciencia con respecto a la teología y a la filosofía, ocurrió el hecho cultural con más implicaciones para el futuro. Cinco siglos más tarde, un paroxismo de aquello. Esta mañana lo hablaba con ella: en un futuro no muy lejano nos implantarán dispositivos subcutáneos de seguimiento e identificación. «Nada quedará al azar», le decía. «Entre otras cosas, se acabarán las infidelidades conyugales —proseguía—, pero ¿a qué precio?». Jesús de la Palma 

Manuel Abril

De primero, Manuel, por mi padre; de segundo, Abril, por el mes de nacimiento. Manuel Abril.  Mientras leo sobre el barroco y el barroquismo y el conceptismo, ella clasifica la ropa del bebé. Me comenta tallas y modelos: «Esto para verano, primavera o invierno». «Esto es precioso, y esto para cuando tenga un año». Yo levanto la vista del libro y, según la prenda, asiento o comento.  Es domingo por la tarde, ella, en su mundo, y yo, en el mío; los dos en el sofá, en el mismo barco.  Amor es esto.  Giambattista Marino, quien era consciente de sus propios límites, confiesa en el tercer libro de “La lira”: Templo la cítara, y para cantar las loas / de Marte, elevó mi estilo y poesía, / más el intento es vano, e imposible juzgo / hablar de otra cosa que de amores».  ¿Qué sé yo, también, excepto de amor? Jesús de la Palma 

Homo operarious

El hombre es un ser hacedor, un homo operarius . Si Cioran fue un suicida vocacional, esto se debió principalmente a su situación de desempleo: cuando la administrativa de la clínica le pregunta si está parado o trabajando, éste se desmorona al punto de sentirse más humillado que si lo hubieran tildado de asesino (“Cuadernos 1957-1972”, pág., 173, Tusquets).  En la correspondencia mantenida entre Maquiavelo y su amigo Francesco Vettori (1474-1539), el propio Maquiavelo hace alusión, en un periodo en el que se encontraba obligado al ocio forzado, a su necesidad de darle la vuelta aunque fuera a una piedra con tal de estar haciendo algo.  No obstante estos dos concluyentes testimonios, en el imaginario colectivo se recurre a la cómica y recurrente idea del vago desempleado, con la que se estigmatiza, sin razón, al que ha caído en desgracia por azares del destino.  Un relato, éste, que triunfa por la amplia difusión y credibilidad que se le otorga desde las altas esferas, dejando recaer t

Violencia paciente

Sentido, sensibilidad y santidad, o lo que es igual: estudio, amor y recato. Derrotar al destino mediante una violencia paciente, tranquila y desarmada. Jesús de la Palma 

Recapitalización

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  Si en los siglos XIV y XV se dio una suerte de refeudalización, hoy tenemos una recapitalización o consolidación del capitalismo más salvaje: “necropolítica ( Achille Mbembe)” y “capitalismo de la vigilancia (Shoshana Zuboff)”. Si lo más llamativo de aquella época fue “el contraste entre el fluir subterráneo de la crisis y, a la vez, la lozanía con que florecieron —en la superficie, entre las clases acomodadas— manifestaciones imponentes de lujo y de arte”, hoy tenemos pujando a la industria tecnológica y a la del lujo, mientras la ciudadanía se debate entre comprar carne o poner la calefacción. Jesús de la Palma