Demolición en suspenso

Hay personas que por talante y el favor de las circunstancias muestran una serenidad demasiado olímpica, una seguridad nunca enturbiada por una duda. Personalmente, me siento más cercano de las que, en palabras de José Sbarra, son “una demolición en suspenso”; de modo que mi único consuelo frente a aquellas es confiar en que Dios les haya reservado otra vida en la que tengan toda una eternidad para reflexionar sobre su posición aquí, en la Tierra.

Jesús de la Palma 

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