Evolución

Yuval Noah se remonta a 13 800 millones de años antes del presente para hablar de la aparición de la materia y la energía. Y a 2,5 millones de años para la creación de utensilios por parte de los humanos. La historia del ser humano es, pues, evolutiva. «Para criar a un humano —nos dice Noah en las primeras páginas de su “Sapiens (de animales a dioses)— hace falta una tribu. Así, la evolución favoreció a los que eran capaces de crear lazos sociales fuertes». Esto, extrapolado al plano sociológico del presente, nos traza una línea identificativa del cataclismo actual, donde la gran marea humana está condenada a la involución; empobrecida y aislada tras una pantalla, prisionera de la necesidad, ideológicamente secuestrada, incapacitada para las relaciones sociales y, por ende, para la la vida; mientras que una minoría, digamos un reducido grupo de privilegiados, comandados por un uno por ciento de superricos, se reserva el derecho a la evolución.

Jesús de la Palma 

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