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Mostrando entradas de noviembre, 2020

A. Schopenhauer, "El mundo como voluntad y representación".

"El hombre corriente se ve enteramente satisfecho y colmado por lo cotidiano, queda absorbido por él, encuentra por doquier iguales suyos y posee ese gusto por la rutina que le es negado al genio. (...) Así alguien prudente, en tanto que y mientras lo sea, no será genial, y alguien genial, en tanto que y mientras lo sea, no será prudente. (...) Ya se sabe que resulta raro encontrar aparejada una gran personalidad con una predominante sensatez, sino que más bien al contrario los individuos geniales a menudo están sometidos a vehementes afectos y pasiones irracionales. (...) Tampoco quiero dejar de mencionar que he conocido a cierta gente con una gran superioridad intelectual acaso no eminente, pero sí rotunda, que al mismo tiempo delataban un ligero viso de demencia. Conforme a ello, pudiera parecer que toda elevación del intelecto por encima del promedio ordinario es algo así como una anormalidad que predispone a la locura".

A. Schopenhauer, "El mundo como voluntad y representación".

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"La razón es de naturaleza femenina: solo puede dar a luz después de haber sido preñada. Por sí misma no tiene nada más que las formas hueras de su operar".

Bob Black, "La abolición del trabajo".

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"Todos los trabajadores industriales (y oficinistas) son empleados y padecen formas de vigilancia que aseguran la sumisión. (...) La degradación que la mayoría de los trabajadores experimenta en el lugar de trabajo es la suma de variopintas humillaciones que cabe agrupar bajo la denominación de disciplina. (...) El trabajo convierte la libertad en una parodia. Según el discurso oficial tenemos derechos y vivimos en democracias. (...) La burocracia estatal controla hasta el menor detalle de la vida cotidiana. (...) La jerarquía que hay en una oficina o una fábrica es del mismo tipo que la que hay en una prisión o en un monasterio. De hecho, como han demostrado Foucault y otros, las prisiones y las fábricas aparecieron más o menos al mismo tiempo, y quienes las gestionaban se inspiraron conscientemente en sus técnicas de control respectivas".

Maradona

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Si todos queríamos tanto a Maradona no era por su genio, sino por sus sombras. Podemos admirar a Messi o a Cristiano; pero nunca se creará una religión en torno a ellos. Cualquiera que haya visto jugar a Maradona no ha visto fútbol, ha visto magia, pero lo que hoy ha estremecido al mundo no es la pérdida del futbolista, sino del ser humano, del ser sufriente. Nadie adoraría a Jesucristo dos mil años después de no haber sido crucificado, y con Maradona sucederá algo similar, puesto que ha muerto el mito, pero comienza la leyenda.
No es difícil adivinar la mediocridad en el rigor y la compostura, por eso Unamuno dudaba entre razón y fe, entre realidad e idealidad; también Kierkegaard, y algo parecido sucedía con los antiguos griegos, quienes dibujaban dioses que engullían a sus propios hijos, y es que la excepcionalidad tiene más de abismal que de otra cosa.

Censura

Censura ha habido, hay y habrá, pero en España, en lo que a historia reciente se refiere, podemos diferenciar entre dictadura dura y dictadura blanda: con Franco la gente estaba distraída, y la distracción se puede corregir con un simple chasquido de dedos, con una proclama; de ahí la necesidad de endurecer las medidas al respecto; sin embargo, en la sociedad actual, la población está abducida y, por ende, no supone peligro alguno, es inofensiva. <<Que griten en Facebook y Twitter, que se exiban y desfogen en Tik-Tok o Instagram. Mientras sigan en la caverna, son inofensivos>>, se dicen los líderes de la actualidad.

Una jornada particular

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Hay una escena en la que Sophia Loren, protagonista de "Una jornada particular", dice lo siguiente: <<A una mujer inculta se le puede hacer cualquier cosa>>. Lo que me lleva a plantear la siguiente analogía: a una sociedad inculta se le puede hacer cualquier cosa. Jesús de la Palma

Marina Garcés, "Nueva ilustración radical".

"Nacido en el ámbito del urbanismo y desarrollado ideológicamente en Silicon Valley, el término solucionismo tiene su propia utopía: la de transportar a la humanidad a un mundo sin problemas. En este mundo sin problemas, los humanos podrán ser estúpidos porque el mundo mismo será inteligente: sus objetos y sus dispositivos, los datos que lo conformarán y las operaciones que lo organizarán. (...) Humanos estúpidos en un mundo inteligente: es la utopía perfecta. (...) La credulidad de nuestro tiempo nos entrega a un dogma de doble faz: o el apocalipsis o el solucionismo".

Marina Garcés, "Nueva ilustración radical".

"El hecho decisivo de nuestro tiempo es que, en conjunto, sabemos mucho y que, a la vez, podemos muy poco. Somos ilustrados y analfabetos al mismo tiempo".

Nueva ilustración radical

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Este virus que nos asuela, que asuela al conjunto de la humanidad, es la punta del iceberg de un sistema capitalista caduco. La pandemia no ha hecho sino acelerar un proceso a cuyo desenlace ya estábamos predestinados. Yo era una de esas personas que allá por marzo clamaba por que algún reputado economista alzara la voz, quizá porque esperaba, ingenuamente, una transición dulce hacia un renovado modelo económico; pero si algo nos muestra la Historia es que el rodillo dinerario, cuando se pone en marcha para su regeneración, no hace prisioneros, y siempre se cobra las mismas víctimas, los soldados rasos, esto es, las clases medias. La filósofa Marina Garcés, en su reciente ensayo "Nueva ilustración radical (2017)", nos ilustra del siguiente modo al respecto, a saber: "Cuidarnos es la nueva revolución. Quizá este es hoy uno de los temas clave que van desde el feminismo hasta la acción barrial o la autodefensa local. Pero estos cuidados de los que tanto hablamos
A todas aquellas pobres gentes que aún se preguntan para qué sirve la filosofía, y la desdeñan como materia menor, o incluso insignificante, inservible; cómo no, desde el más absoluto desconocimiento, habría que remitirlos a la lectura de Vigilar y castigar , de M. Foucault, para que comprobaran que, gracias a filósofos, legisladores y humanistas, hoy no se condena a los pobres, subyugados desde la cuna al hambre y la desesperación, a la horca o la guillotina; al escarnio y las más atroces torturas. Jesús de la Palma

Carta de Joseph Conrad a R. B. Cunninghame Graham (año 1898).

"Lo que vuelve trágica a la humanidad no es que seamos víctimas de la naturaleza, es que seamos conscientes de ello. Está muy bien formar parte del reino animal en las condiciones de esta tierra, pero en cuanto adviertes tu esclavitud, el dolor, la ira, el conflicto, empieza la tragedia. (...) Nuestro refugio es la estupidez".

E. Becker, "La negación de la muerte".

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"El ser humano, literalmente, se sume en el ciego olvido mediante juegos sociales, engaños psicológicos, preocupaciones personales tan alejadas de la realidad de su situación que son formas de locura, locura acordada, locura compartida, locura disfrazada y dignificada, pero locura de todos modos".

Thomas Ligotti, "La conspiración contra la especie humana".

Una depresión grave hace que tus emociones se evaporen, reduciendo tu persona a una cáscara vacía y solitaria en un paisaje desolado. Las emociones son el sustrato de la ilusión de ser alguien entre otros que son alguien, y también de la sustancia que vemos, o creemos ver, en el mundo. No saber esta verdad elemental de la existencia humana equivale a no saber nada en absoluto. (...) En una novela traducida como Momento de libertad, que se publicó diez años antes de su suicidio en 1976, el autor y crítico cultural noruego Jens Bjørneboe escribió que <<quien no haya experimentado una depresión plena, solo y durante un largo periodo de tiempo, es un crío>>.

Fernando Vallespín, "La mentira os hará libres".

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Como decía D'Israeli, la política es el «arte de gobernar a la humanidad mediante el engaño». En efecto, el espacio de lo político se ha visto siempre como una esfera especialmente propicia para la mendacidad, la hipocresía y la simulación. Y, sin embargo, los políticos de hoy apenas necesitan recurrir a la mentira. ¿Para qué hacerlo si es posible engañar por otros medios? Entre éstos el más eficaz es la construcción de la realidad a la medida de sus intereses. Han adquirido auténtica maestría en el arte del enmascaramiento detrás de marcos, narrativas u otros instrumentos dirigidos a manipular la percepción del mundo. Sobre todo en unos momentos en los que necesitan encubrir su impotencia frente a los dictados de la economía detrás de todo tipo de estratagemas. Su objetivo es convencernos de que son algo más que meros gestores de un sistema económico sobre el que han perdido toda capacidad de iniciativa, impedir que veamos que la democracia ha devenido ya casi en un mero simulacro
En la era del individualismo, del consumo, de la pérdida de la conciencia histórica y, en conclusión, del abandono de la propia conciencia, hemos pasado del "sapere aude, ten el valor de servirte de tu propia razón", al "no pienses, ya lo hacemos nosotros por ti". Jesús de la Palma
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Con las Redes Sociales, que limitan el contacto físico y, por lo tanto, nos aislan de una parte esencial para nuestro desarrollo emocional; con el uso extendido de los emoticonos y la consecuente limitación del ejercicio del lenjuaje y, por ende, del pensamiento, esto es, del juicio crítico; con el predominio del discurso único, nos hallamos en el mayor proceso de involución intelectual de la historia moderna. ¡Qué lejos queda aquel noble anhelo del ilustre filósofo I. Kant, el de una sociedad ilustrada, donde cada individuo fuese capaz de servirse de su propia razón! Jesús de la Palma

Thomas Ligotti, "La conspiración contra la especie humana".

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"Todo cambió desde que tuvieron vida propia y supieron que tenían vida propia. Hasta se les hizo imposible creer que las cosas hubieran sido alguna vez de otra manera. Ahora eran dueños de sus movimientos. (...) Durante mucho tiempo no habían tenido vida propia. Ahora que la tenían no podían volver atrás".
Nunca he pretendido llevar la razón, es más, ni siquiera sé de qué me hablan cuando me hablan de la razón, yo soy un hombre sencillo, mi postura es mucho más simple: me resisto (siempre lo he hecho) al lavado de cerebro, al adoctrinamiento. En palabras de Thomas Ligotti: "Las conclusiones a las que el temperamento lleva a una persona, sean o no refractarias a las de la sociedad mundial, simplemente no se pueden someter a análisis". Jesús de la Palma

Miguel de Unamuno, "Del sentimiento trágico de la vida".

"El dolor es la sustancia de la vida y la raíz de la personalidad, pues solo sufriendo se es persona. (...) Los hombres felices que se resignan a su aparente dicha, a una dicha pasajera, creeríase que son hombres sin sustancia, o, por lo menos, que no la han descubierto en sí, que no se la han tocado. Tales hombres suelen ser impotentes para amar y ser amados, y viven, en su fondo, sin pena ni gloria. (...) Digamos que una formidable corriente de dolor empuja a unos seres hacia otros, y les hace amarse y buscarse, y tratar de complementarse, y de ser cada uno el mismo y los otros a la vez".
Me fascina la psicología inversa femenina, la de aquellas mujeres que dedican sus vidas a salvar a un hombre que se resiste a la salvación. Jesús de la Palma

Lucas G. Aldonati, "La seguridad de lo incierto (reflexiones filosóficas en tiempos de pandemia)".

"El gran mandato del tener que hacer para no aburrirse, o tener que hacer para matar el tiempo, demuestra la enfermedad que padece nuestro siglo. El aburrimiento preocupa, aterroriza, hace temblar. El tiempo detenido angustia, invita a pensar. El hombre moderno no quiere pensar, sino hacer. (...) El hombre que esquiva el aburrimiento esencial es aquel que reniega de sí mismo como aquello que es y que tiene posibilidad de ser. El hombre de pensamiento calculador, el hombre alejandrino, moderno y erudito es, particularmente, una suerte de máquina que produce sin escuchar(se), sin deterner(se), sin pensar(se)".

Lucas G. Aldonati, "La seguridad de lo incierto (reflexiones filosóficas en tiempos de pandemia)".

"La infección por la información es tanto o más grave que la infección por el virus. Así que tenemos dos pandemias al mismo tiempo: la del miedo y la de la enfermedad. (...) La información y los datos que se propagan por los distintos medios de comunicación buscan la emoción, el envenenamiento y, ante todo, la destrucción del juicio propio".

Byung-Chul Han, "Sopa de Wuhan".

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"Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme para defenderse de la pandemia. Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos. Un cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. (...) En China no hay ningún momento de la vida cotidiana que no esté sometido a observación, se controla cada clic, cada compra, cada contacto, cada actividad de las redes sociales. (...) El Estado sabe por tanto dónde estoy, con quién me encuentro, qué hago, qué busco, en qué pienso, qué como, qué compro, adónde me dirijo".  

Lucas G. Aldonati, "La seguridad de lo incierto (reflexiones filosóficas en tiempos de pandemia)".

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"Se ha instalado la idea de que sin Estado y soberano que gobierne por la espada, retornaríamos a un estado de naturaleza en el cual el hombre es un lobo para el hombre, es decir, viviríamos en guerra, en una amenaza constante en la que no es posible una vida segura, la protección de bienes o garantías de cuidado en ninguna de sus formas. Por tanto, se asume que sin Estado sería imposible la idea de paz, propiedad privada o, en definitiva, que la vida tenga valor alguno. Pero todas estas garantías tampoco están cubiertas en el Estado civil. A raíz de la pandemia se han puesto bajo amenaza la propiedad privada, la propiedad intelectual, e incluso el sentido de lo propio. (...) Hemos cedido la libertad por gran temor y por una pizca de confianza en el otro, pero para ello fue necesario que nuestra pereza y nuestra ociosidad encontraran a quien pudiera asumir la responsabilidad de cuidarnos. ¿Hasta dónde nos está llevando esta pereza? (...) El pueblo, lejos de manifestar vitalidad y,

¿Qué es la ilustración?

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Kant, en las primeras líneas de "¿Qué es la ilustración?", anota lo siguiente: <<Ilustración significa el abandono por parte del hombre de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo>>. Para Kant, minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse guiado por algún otro. Más adelante, anota lo siguiente: <<Tras entontecer primero a su rebaño, e impedir cuidadosamente que esas mansas criaturas se atrevan a un solo paso fuera de las andaderas donde han sido confinados, les muestran luego el peligro que les acecha cuando intentan caminar solos por su cuenta y riesgo>>.
Unamuno, en Del sentimiento trágico de la vida : "Toda concepción racional de Dios es en sí misma contradictoria. La fe en Dios nace del amor a Dios, creemos que existe por querer que exista. (...) La razón no nos prueba que Dios exista, pero tampoco que no pueda existir. (...) Creer en Dios es, en cierto modo, crearle, aunque Él nos cree antes. Es Él quien en nosotros se crea de continuo a sí mismo".

Miguel de Unamuno, "Del sentimiento trágico de la vida".

"Nuestras doctrinas no suelen ser sino la justificación a posteriori de nuestra conducta, o el modo como tratamos de explicárnosla para nosotros mismos. (...) Así todo hombre, que es un hipnotizado también, pues que la vida es sueño, busca razones de su conducta".

Miguel de Unamuno, "Del sentimiento trágico de la vida".

"Nadie ha probado que el hombre tenga que ser naturalmente alegre. Es más: el hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al burro o a un cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfermedad. Ha habido entre los hombres de carne y hueso ejemplares típicos de esos que tienen el sentimiento trágico de la vida. Ahora recuerdo a Marco Aurelio, San Agustín, Pascal, Rousseau, René, Obermann, Thompson, Leopardi, Vigny, Lenau, Kleist, Amiel, Kierkegaard, hombres cargados de sabiduría más bien que de ciencia".

Miguel de Unamuno, "Del sentimiento trágico de la vida".

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"Uno de mis mejores amigos, con quien he paseado a diario muchos años enteros, cada vez que yo le hablaba de este sentimiento de la propia personalidad, me decía: <<Pues yo no me siento a mí mismo; no sé qué es eso>>".