Nueva ilustración radical
Este virus que nos asuela, que asuela al conjunto de la humanidad, es la punta del iceberg de un sistema capitalista caduco. La pandemia no ha hecho sino acelerar un proceso a cuyo desenlace ya estábamos predestinados. Yo era una de esas personas que allá por marzo clamaba por que algún reputado economista alzara la voz, quizá porque esperaba, ingenuamente, una transición dulce hacia un renovado modelo económico; pero si algo nos muestra la Historia es que el rodillo dinerario, cuando se pone en marcha para su regeneración, no hace prisioneros, y siempre se cobra las mismas víctimas, los soldados rasos, esto es, las clases medias. La filósofa Marina Garcés, en su reciente ensayo "Nueva ilustración radical (2017)", nos ilustra del siguiente modo al respecto, a saber: "Cuidarnos es la nueva revolución. Quizá este es hoy uno de los temas clave que van desde el feminismo hasta la acción barrial o la autodefensa local. Pero estos cuidados de los que tanto hablamos quizá empiezan a parecerse demasiado a los cuidados paliativos. Por eso, quizá, el imaginario colectivo de nuestro tiempo se ha llenado de zombis, de dráculas y de calaveras. (...) La insostenibilidad del sistema económico también es cada vez más evidente. Pero ¿cuál es la raíz de la impotencia que nos inscribe, de manera tan acrítica y obediente, como agentes de nuestro propio final? ¿Por qué, si estamos vivos, aceptamos un escenario post morten?".
Jesús de la Palma
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