Miguel de Unamuno, "Del sentimiento trágico de la vida".

"Nadie ha probado que el hombre tenga que ser naturalmente alegre. Es más: el hombre, por ser hombre, por tener conciencia, es ya, respecto al burro o a un cangrejo, un animal enfermo. La conciencia es una enfermedad. Ha habido entre los hombres de carne y hueso ejemplares típicos de esos que tienen el sentimiento trágico de la vida. Ahora recuerdo a Marco Aurelio, San Agustín, Pascal, Rousseau, René, Obermann, Thompson, Leopardi, Vigny, Lenau, Kleist, Amiel, Kierkegaard, hombres cargados de sabiduría más bien que de ciencia".

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