Hoy, que tan al día están los eslóganes veganistas, y los que, en un alarde de cinismo, anteponen la salud ante todo, llegando incluso a despreciar el valor del dinero; dirigidos, cómo no, por parte de las élites a una población cada vez más empobrecida y desesperanzada; cabe recordar la charla de Lazarillo de Tormes con su tercer amo, más avaro y rastrero que los dos anteriores: "Vivirás más y más sano —me respondió—. Porque, como decíamos hoy, no hay tal cosa en el mundo para vivir mucho que comer poco. —Si por esa vía es —dije entre mí—, nunca yo moriré, que siempre he guardado esa regla por fuerza, y aun espero, en mi desdicha, tenerla toda mi vida". Jesús de la Palma