Cuando somos jóvenes e inseguros pretendemos llevar razón a toda costa, pero con la edad aprendemos que la razón solo trae catástrofe y desengaño, y que la razón viene por defecto, como todo lo malo, y que para alcanzarla solo hay que actuar con sentido común, sin excesos ni excentricidades. Llevar razón no tiene mérito alguno, y solo cuando comprendemos esto comenzamos a tener razón, porque a partir de ahí nuestros argumentos dejan de apoyarse sobre aspavientos y frases grandilocuentes.

Jesús de la Palma

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