Qué mala prensa tiene la mentira, pero qué necesaria es. Hoy le he dicho a mi mujer que me mintiera, que me dijera que todo iba a salir bien, quería escuchar que siempre íbamos a estar juntitos, hasta que una noche, ya de viejecitos, el Señor nos llevara con él mientras durmiéramos. Qué buena prensa tiene la verdad, pero según transcurren los años más alejada la quiero de mi vida, porque la verdad tiene mucho de reaccionaria, y la mentira, de zalamera, y yo ya empiezo a agradecer que me regalen el oído, porque la mentira apesta, es cierto, pero la verdad asfixia.

Jesús de la Palma

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