Al observar semejante obra de ingeniería, semejante prodigio, fruto de la mente humana, pienso lo que muchos: somos capaces de lo peor y de lo mejor. Lo mezquino y lo elevado conviven en cada uno de nosotros con total naturalidad, en habitaciones contiguas, y vivimos, por esto, siempre en el límite de lo racional. Hoy se habla de pandemia, pero no se habla de ignorancia, de mansedumbre; de proselitismo, de codicia.
Jesús de la Palma
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