Zancos por títulos académicos.
Lo que hace triunfar la narrativa de Barley Nigel en “El antropólogo inocente” es su estilo desenfadado, alejado de toda ínfula académica. Es por ello por lo que tras leer un pasaje en el que narra cómo se encuentra con una pareja joven y norteamericana de misioneros en la África más profunda y escribe: «Todos nosotros desprendíamos el intenso aroma de la educación superior», uno solo puede que sonreírse al pensar en esas pobres gentes que caminan por la vida con zancos hechos a partir de sus títulos académicos.
Jesús de la Palma
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