Noche de Reyes

He leído poco hoy, apenas un par de páginas mientras esperaba a la secadora en la lavandería. 

Una entrevista al excapo Michael Franzese realizada por Dj Vlad. «Crecí odiando a la policía». Aún escucho el eco de su sentencia. Más adelante, en el transcurso de la conversación, narra cómo los seguimientos a su padre por parte del FBI eran abiertos, y no encubiertos, como se conciben en la actualidad. Asegura que siempre había un coche de policía en la puerta de su casa. No dejo de pensar en el personaje durante un buena parte del día. Sobrevivir a la mafia y no ser repudiado por aquella no es cosa baladí. Leo los comentarios del vídeo y el criterio unánime es de alabanza. Todos coinciden en lo prodigioso de la hazaña de Franzese. 

A última hora me he acercado a comprar ropa de cama; la tienda estará como a unos trescientos metros de la casa. Un par de puertas antes de la tienda, una librería de libros usados en el bajo de un edificio centenario. Ha sido toda una sorpresa. He entrado y estaba bastante bien nutrida. 

—Buenas tardes, ¿tienes algo de Filosofía?

—Sí, pero está todo un poco mezclado. Llevamos quince días abiertos. 

He visto hasta un título de Cioran, ahora no recuerdo cual. Psiquiatría, Historia, Psicología, Filosofía...

Nada más salir me he imaginado entablando amistad con el librero. Es algo mayor que yo; poco. Tenía un bigote prominente y moldeado. Aún me cuesta creer que haya visto ese oasis en mitad del desierto.

Es noche de Reyes. He escrito algo a mano para mañana en una tarjeta. Unas palabras emotivas para una jornada siempre entrañable. 

Jesús de la Palma 


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