Droga ideológica

La Academia Española de Dermatología y Verenología recomienda una ducha diaria como máximo, advirtiendo de que la piel puede perder hasta un 25% de su hidratación natural en el proceso; no obstante, no me extrañaría encontrarme con el eufórico y delirante mensaje de algún influencer asegurando que ducharse menos de cinco veces al día es de guarros, así como no ir dos veces al día al gimnasio, de gordos, o no conducir un Ferrari, de fracasados. En las redes sociales se puede encontrar droga ideológica con un noventa y nueve por ciento de pureza, y a manos llenas, tan peligrosa o más que el fentanilo. Esta mañana me he lavado la cara y he metido el peine debajo del grifo para peinarme; me duché anoche, en previsión, porque esta mañana me he levantado antes que de costumbre. Me he acordado de mi padre, que también se duchaba antes de acostarse, y por la mañana se lavaba la cara y metía el peine debajo del grifo. Mi padre me hablaba de su padre, mi abuelo, que murió joven y al que no llegué a conocer; un hombre nacido hace dos siglos, a finales del XIX. Mientras metía el peine debajo del grifo me imaginaba cómo reaccionaría una persona del XIX, o principios del veinte, si lo dejaran unas cuantas horas a solas con un perfil virgen de Instagram, donde la plataforma le hiciera únicamente sugerencias de los perfiles más exitosos.

Jesús de la Palma 

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