El alivio de la palabra

Me imagino a Cioran escribiendo en Facebook, o incluso  haciendo directos de madrugada, para combatir el insomnio, en Instagram. Lo leo en sus “Cuadernos” mientras estoy en la sesión de fisioterapia. Reclama que el Gobierno debería poner a disposición del público alguna sala o algún edificio en los que la gente pudiera reunirse, hablar, hacer discursos, aliviarse con palabras. Finalmente, esos edificios, esas salas, existen, pero ha sido la iniciativa privada quien los ha implementado. La necesidad de comunicación del ser humano es insaciable, no obstante, y quizá precisamente por esto, el propio Cioran, unas páginas atrás se muestra contrario a su exposición ulterior, lo que, para el caso, resulta más válido aprehenderlo como matiz, a modo complementario, que como dictamen, a saber: «Solamente de tarde en tarde debería el hombre tener la libertad de abrir la boca. Y la función esencial de la sociedad debería ser el exterminio de los charlatanes».

Jesús de la Palma 

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