Diaristas

Con las personas sucede como con las montañas, creemos conocerlas mejor cuanto más alejados de ellas estamos. Alguien que vea la montaña desde la ventana del dormitorio creerá conocerla mejor que el senderista que acude a explorarla cada vez que tiene ocasión. Traigo este símil a colación por un diarista de Facebook, que también tiene algunas de las páginas del diario publicadas según establecen los cánones editoriales, bajo el homónimo título de “Diarios”. Hace tiempo que no deja ver imágenes suyas en la plataforma de marras; no hace mucho indagué, por si encontraba alguna del pasado, pretendía volverme a familiarizar con su rostro, hacerlo a su ser actual; las había borrado todas. «Suficiente hace con exponerse mediante la palabra escrita», pensé. No obstante, cuanto más lo leo, menos creo conocerlo. Tenemos una idea preconcebida de quien vemos de lejos y de tarde en tarde, y sin embargo, del que narra su vida diariamente, todo lo que nos surgen son dudas, pues lo mismo que siempre encontramos novedad en la montaña que a menudo visitamos, y más si cabe cuanto más asidua sea nuestra presencia, desde la ventana nos parece la misma de siempre. 

Jesús de la Palma 

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