Patrimonio intelectual

Me he puesto, como parte de arriba del pijama, una camiseta de los Beastie Boys. He corregido el relato para el concurso, creo que por vez definitiva. Me ha costado enfrentarme a él, llevaba días posponiéndolo. Hoy es domingo. Ayer me compré mis primeros auriculares inalámbricos. Ella tiene unos y me ha convencido de que son la mejor opción. Me ha dicho que mañana me los configurará. No se ha terminado de despertar en mí el menor interés por la tecnología, es un ámbito en el que sobrevivo con cierta dificultad y desinterés. He leído cincuenta páginas, la meta marcada. Si supiera vivir no escribiría ni leería. Pero no sé, por lo que aprendo cada día. No solo se aprende leyendo; escribiendo uno pone a prueba sus conocimientos y su destreza narrativa, al tiempo que fomenta el desarrollo cognitivo. Mientras cenábamos le preguntaba por el relato. Le ha gustado. Con el correr de las páginas se preguntaba cómo me las iba a ingeniar para darle un final. Hablando de futuro, me he referido a la importancia de atesorar un patrimonio intelectual para poder legárselo a Manuel Abril. 

Jesús de la Palma 

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