La vida íntima

Leo diarios y llevo un diario. El diario íntimo, aquel que refleja en sus páginas el discurrir de lo cotidiano como testimonio anejo al orden de acontecimientos sociales, políticos y económicos que le ha tocado vivir a su autor, pues hay no pocos detalles esenciales y veracidad de lo que ocurre en el mundo en la narración de un almuerzo o una merienda; en una anodina tarde de domingo o en la percepción del mundo a través de un dolor de muelas. La historiografía, por su parte, enfocada a narrar los grandes sucesos, no está exenta incurrir en dictámenes erróneos, corrompidos por intereses espurios. Ya lo advierte Plutarco en la Vida de Alejandro: «No escribimos historias, sino vidas, pues por regla general, no es en las empresas de mayor gloria donde se hallan testimonios de virtud o vicio, sino que a menudo una situación pasajera, una frase o una broma reflejan mejor el carácter que batallas de muchos muertos o los más vistosos ejércitos y asedios de ciudades». Con el correr de los siglos, la Escuela de los Annales, dentro de una visión global e interdisciplinar de la historia, pero bajo un prisma eminentemente socioeconómico, ha sido determinante para rescatar del silencio la historia de la vida corriente de la gente.

Jesús de la Palma 

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