Caos y confusión

Me invade la sensación de vivir en un mundo regido por ideologías posapocalípticas, donde todo es confusión y caos.

En la valla pública publicitaria que hay enfrente del supermercado, han fijado el cartel de una obra de teatro donde se trata el lesbianismo con «ironía, picardía y humor». Al menos esto último es lo que aseguran los publicistas encargados de dar difusión al espectáculo; todo ello sazonado con una advertencia que transcribo a continuación: «Eso sí, no vengan con niñ@s a no ser que tu educación sea libre. Advertidos quedan». 

Me preguntaba desde ayer qué entenderían ellos por “educación libre”, mientras me aguijoneaba la idea de dedicarle una reflexión al asunto. Hasta que esta mañana me he levantado, he leído el artículo semanal de Juan Manuel de Prada, titulado “Animales de compañía”, y me la ha puesto él mismo en bandeja, a saber: «El capitalismo no es un mero sistema económico, sino que posee una visión totalizadora y articulada del hombre, una antropología corrosiva que se funda no solo en la liberalización del consumo, sino también de las costumbres. En cualquiera de sus fases (pero más todavía en esta fase global), el capitalismo necesita instaurar una “religión erótica” que moldee a las gentes, convirtiéndolas en la papilla humana que requiere para concentrar la riqueza».

Jesús de la Palma 


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