Apolo

Continúo con la lectura de “Los mitos griegos”, de Robert Graves. En las anotaciones al pie de cada capítulo leo que «los atenienses no eran amantes de la guerra a no ser para defender su libertad o alguna otra poderosa causa, y despreciaban a los tracios por ser unos bárbaros que habían hecho de la guerra un pasatiempo». Asimismo, que Apolo, enemigo del barbarismo, predicó la moderación en todo y tuvo bajo control durante la época clásica las ciencias en general y la música, la poesía, la filosofía, la astronomía y las matemáticas y la medicina en particular. Leo a su vez que Jacinto, el joven príncipe espartano, fue en clave mitológica el primer hombre que cortejó a otro hombre. No deja de ser paradójico, pues, que en la sociedad actual se hable de progreso cuando la mayoría de las guerras se inician por intereses económicos, cuando la sexualidad se halla postrada a los pies del capitalismo y ha perdido cualquier propósito narrativo, y cuando la poesía y la filosofía han sido desterradas de las aulas y el debate público.

Jesús de la Palma 

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