Pensar la vida
Que ruede el tiempo rápido y silencioso, para que se oculte la vida de la vista, que pensar en ella es pensar en acabarla, pues la vida es para vivirla; si acaso, y sobre todo, pensar en lo que dentro de esta acontece, en sus principios físicos y metafísicos, pero no considerarla a bulto, como si cualquier cosa. “Pensar en la vida” no es “pensar la vida”, hay una diferencia crucial: el apetito vital, que con la primera opción se pierde y con la segunda se conquista.
Jesús de la Palma
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