Lectura de diarios

La lectura de diarios es un acto íntimo; si la lectura ya lo es de por sí, la lectura del diario íntimo lo es doblemente. Siempre que hablo de ello recuerdo la estremecedora frase de un asesino convicto que escuché en el programa televisivo America's hardest prisons (Las prisiones más duras de América), a saber: «No hay nada más íntimo que el asesinato». Esto, porque considero que «no hay nada más íntimo que la lectura del género diarístico». Hoy martes, que me he levantado con un intenso dolor de cabeza, y que afortunadamente ha remitido después de tomarme una pastilla con agua y más tarde una taza de café con leche, recuerdo un fragmento de los “Diarios” de Sylvia Plath donde describe su despertar de un frío día de febrero: «El mal cuerpo y la resaca por haber tomado más vino de la cuenta y haber trasnochado se disipan con un vaso de gaseosa fresca y una reconfortante taza de café recién hecho». En cuanto a mí, ya no tengo la juventud de Plath para beber hasta tener resaca al día siguiente, por lo que achaco mi dolor de cabeza a una mala postura mientras dormía. Pero su lectura me acompaña y me anima a escribir sobre ello, porque el sentido de la vida radica en eso, en no estar ni sentirnos solos.

Jesús de la Palma 

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