Teeteto
Sócrates termina su deleitante “Teeteto” con la siguiente frase: «Ahora tengo que comparecer en el Pórtico del Rey para responder a la acusación que Meleto ha formulado sobre mí. Pero mañana temprano, Teodoro, volveremos aquí». ¿No cabe, pues, preguntarse si hay un gesto más noble por ese amor a la sabiduría que es el único que hace viable la vida entre los hombres? Dedicarse a debatir sobre qué es el saber mientras se tiene encima la espada de Damocles, qué gesto de valentía y honradez. Ya lo advierte el propio Sócrates en la “Apología”, a saber: «A mí la muerte, si no resulta un poco rudo decirlo, me importa un bledo». De este modo, ¿cómo no iban a desterrar la filosofía de las aulas y el debate público esta plaga de sabandijas que tenemos como gobernantes?
Jesús de la Palma
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