Rumanía

Mircea Cărtărescu describe en “Solenoide” Bucarest, su ciudad natal, con un estilo crudo y directo que hace que me detenga y subraye lo que entiendo como una sentencia de muerte, a saber: «Bucarest nació en tablero de dibujo a partir del impulso filosófico de imaginar una ciudad que ilustrase, de la forma más evidente, el destino humano: la ciudad de la ruina, de la decadencia, de las enfermedades, del escombro y del óxido. Es decir, un espacio construido de acuerdo con el aspecto de sus habitantes». 

Cioran, por su parte, en “Ejercicios negativos”, habla de una particularidad del carácter de un pueblo, a saber: «La palabra rumana dor es una de estas expresiones, de una frecuencia grata y tiránica, que expresan todas las indeterminaciones sentimentales de un alma. Significa nostalgia. Sin embargo, ningún equivalente puede plasmar su sustancia específica. Crece sobre un fondo de sufrimiento y se desarrolla, grácil, sobre el abatimiento de un pueblo, ajeno a la felicidad».

Mircea Eliade, a su vez, en «Dor. Nostalgia rumana», El Español. Semanario de la política y del espíritu, año II, n.º 27, página 6, Madrid, 1 de mayo de 1943, se pronuncia al respecto del siguiente modo: «Es difícil hablar media hora con un campesino rumano sin oír pronunciar la palabra dor. Etimológicamente deriva el término del latín, de dolor».

Jesús de la Palma 


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