Actualidad

Vivo entre libros, me refugio en ellos como me refugio en la familia de las inclemencias ideológicas y materiales del mundo exterior. Hojeo los “Diarios (1939-1972)” de Max Aub. Los tengo, en una cuidadosa edición de Alba Editorial, desde hace más de una década y todavía no los he leído completos. Hay algunas partes subrayadas, de las veces que los abro al azar y olisqueo algunos párrafos a ver qué encuentro. «Se niegan a sí mismos con tal de olvidarse y pasar desapercibidos de la policía (de la policía que hoy reina en todas las partes del mundo, sin excepción)», escribe un 13 de mayo de 1954. En 2023 sigue reinando la policía material y la del pensamiento, uno acude a cualquier reunión informal, entre amigos o familia, y se tocan los temas en boga. Se habla de lo que hay que hablar, de lo que interesa que se hable. Algo a lo que me niego, pues la actualidad está de actualidad desde que se tienen registros de escritura, por eso me resisto a hablar con alguien que me hable de “actualidad”. Jesús G. Maestro, en una de sus intervenciones en su canal de Youtube, establece un único requisito para quien pretenda entablar una conversación con él: que se haya leído el “Quijote”. Personalmente pido que no me hablen de “actualidad”. En cuanto a los libros, he vuelto a comprar, en esta ocasión, dos, aún con los “Diarios” de Aub junto a otro ciento en la cola de lectura, a saber, uno de politología y otro de arqueología bíblica, porque la lectura es el mejor antídoto contra los temas de “actualidad”.

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