Voto por correo

Elecciones a la vuelta de la esquina. Esta mañana he depositado mi voto por correo. Me he ido a lo más a la izquierda de la izquierda que he podido. No he escuchado los debates, pero dudo que ninguno de los intervinientes y representantes políticos hayan tratado temas tan sensibles como la precariedad laboral, que en realidad es una forma de esclavitud moderna, o el sinhogarismo o el miedo constante y punzante de las familias a perder el trabajo y en consecuencia la vivienda, que en no pocos casos se materializa en tragedia en forma de suicidio. En conclusión, no creo de ningún modo que se hayan pronunciado sobre el verdadero problema de muchos españoles: una vida que no es vida, sino un suplicio colmado de falsas promesas. ¡Hipotecas a cuarenta años y alquileres por encima del salario mínimo interprofesional! ¿En qué momento se ha normalizado semejante aberración? He votado por mansedumbre, porque en realidad a mí lo que se me antoja es sed de venganza contra los milmillonarios que en realidad son quienes nos gobiernan y dan órdenes a los títeres de los partidos políticos.

Jesús de la Palma 

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