Vestimenta

Yo también tengo un jersey de ciervo. Se suelen asociar con la Navidad, aunque el mío no viene acompañado por motivos navideños. Es sobrio: un ciervo sobre un fondo azul marino. Es un jersey para toda la vida; de poco uso, para ponérselo, como mucho, una o dos veces por temporada. La última vez que lo usé fue en la Navidad de 2021. Tengo una foto junto a ella. En aquella ocasión lo vestía con corbata, camisa azul cielo y pantalón chino. Me gusta el estilo de vestimenta universitario, originariamente denominado como varsity. Supongo que, como eterno estudiante que soy, ese atuendo no está elegido al azar. No obstante, combino diferentes estilos de vestimenta; de ordinario todos sobrios. Esto, he de aclarar, no siempre fue así; he tenido épocas más atrevidas, algo que aún se refleja en ciertos detalles. Ayer, por ejemplo, en el cumpleaños de L., que celebramos en la piscina, me presenté con un pañuelo al cuello. De vuelta, en el coche, y tras preguntarle que cómo me veía, ella me confirmó lo que yo esperaba que me dijera: que dentro de la sobriedad, mi atuendo no pasaba desapercibido. Hay hombres que no le dan importancia a la ropa, y eligen la comodidad ante todo. No es mi caso. Tampoco soy de los que caen víctimas de sus propios estilismos. Me preocupa la vestimenta como me preocupa el aseo. Ambas cuestiones las entiendo, por una parte, como un gesto de cortesía; por otra, de vanidad. 

Jesús de la Palma 

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