Reciclaje

En La 1 de televisión emiten de forma recurrente un anuncio del conglomerado empresarial Ecoembes, que fomenta el reciclaje durante el verano. El formato es similar al que usaba Barrio Sésamo para educar a los niños; es más, pretenden instituirlo como “canción del verano”. Esta noche pasada he soñado con ello: me negaba a reciclar. Todo al contenedor único, hasta que no repartieran, como sería de justicia, los millonarios beneficios de este negocio de forma equitativa entre la ciudadanía. En un fragmento de entrevista que circula por las redes sociales, Carl Sagan se muestra clarificador: «Hemos organizado una sociedad basada en la ciencia y la tecnología, y nadie puede entender nada sobre ciencia y tecnología, y esta mezcla combustible de ignorancia y poder tarde o temprano nos va a explotar en la cara». Una vez despierto, esto del sueño, que más ha sido pesadilla, me ha traído a la mente algunas de las acertadas y necesariamente beligerantes declaraciones del mediático historiador José Miguel Villarroya, que, afortunadamente, circulan libremente y de forma viral por las redes sociales; entre ellas, una donde cuestiona que el sueldo mínimo interprofesional esté en 1.080 euros, mientras que en las grandes ciudades, los alquileres no bajen de 1.200 euros.

Jesús de la Palma 

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