Graná

El protagonista de “Solenoide” es escritor. Escribe un diario. También es profesor. Por ahora no sé mucho más de él puesto que apenas llevo unas setenta páginas de la novela de Mircea Cărtărescu.

Antes, mientras iba en la moto, me preguntaba qué es ser escritor. Escritor es el que escribe. El que toma la escritura como forma de vida y de algún modo se sacrifica por ella. Que publique o no, que tenga más o menos éxito o ninguno son cuestiones aparte. Escritor es el que escribe, el que no se puede ir a dormir sin haber escrito si quiera un par de líneas. 

Llevo unos días sin leer demasiado. Muy poco, para lo que acostumbro. Las responsabilidades me traen de cabeza.

Yo me considero escritor porque escribo, pero también porque leo. Me sucede una cosa curiosa: si no he leído nada en un día, no me siento capacitado para escribir nada. Es algo así como que de cada veinte páginas leídas estoy autorizado para escribir un párrafo o dos de lo que se me ocurra.

Principalmente soy diarista, como el protagonista de la novela de Cărtărescu.

Hace un rato me acordaba de cuando mi padre me llevó al norte en vacaciones. Recuerdo que pasamos por Madrid, donde hicimos noche, estuvimos en Andorra y en Vitoria, y seguramente en alguna otra ciudad. Era un viaje guiado. A mí padre, al contrario que a mí, le gustaba que lo dirigieran. Mi padre fue un padre ejemplar, me lo dio todo: amor y protección. Pero nunca me habló de la revolución. En ese viaje me compró un disco de Laura Pausini, que tanto me gustaba por entonces. Por entonces, y a diferencia de ahora, también me gustaba Granada. Recuerdo que al montarnos en el autocar, ya de vuelta, el conductor hizo la gracia, harto como estaba, al igual que todos nosotros, del fino acento del norte, y en el cristal pegó un cartel indicativo que decía “Graná”, que es como los granadinos llamamos a nuestra tierra. Lo siguiente que recuerdo es a mi padre y a mí por la Gran Vía, caminando con las maletas y ya cerca de nuestra casa, diciéndonos: «Como Graná no hay na».

Jesús de la Palma 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”

Cuajo