Carocas

Mi padre me llevaba a la Plaza de Bibarrambla a ver las carocas del Corpus. La teníamos a un paso. Ahí también me llevaba a jugar de pequeño y ahí lleve yo a jugar a mi hijo mayor de pequeño. Mi padre y yo dábamos “la vuelta al ruedo” leyendo unas viñetas de crítica social que por supuesto yo no entendía, pero de las que me deleitaba con sus monigotes. Mi padre también me compraba tebeos de Zipi y Zape, que también me empeñaba en no leer, contentándome con pasar las hojas con la vista puesta en los gemelos y en don Pantuflo y doña Jaimita. Tengo tan nítido el recuerdo de su imagen que si se me diera bien el dibujo, podría retratarlos  ahora mismo de forma fiel. ¿Cuánto se tarda en superar la muerte de un padre? Mi madre falleció hace más de veinte años y aún no lo he superado. Uno va viviendo, haciendo como que las cosas no han pasado, pero no supera nada. Cada acontecimiento traumático o luctuoso nos deja en el ánimo una marca indeleble. La melancolía es un escudo natural que mantiene el espíritu en equilibrio.

Jesús de la Palma 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo no soy malo (ficción narrativa)

Lecturas nocturnas

“Fresas salvajes”, “Olive Kitteridge” y “Panza de burro”