Veintisiete y un mes
Esta mañana, sesenta páginas de la “Paideia” de Jaeger. Las grandes cimas se conquistan con pequeños pasos.
En la sobremesa, Manuel Abril dormía y mi hijo mayor, mi mujer y yo, café mediante, departíamos animadamente. En un momento de la charla han salido a colación las relaciones sociales y yo he hecho alusión a las dos anécdotas que narra Diógenes Laercio sobre Diógenes de Sinopé en su “Vida de los filósofos más ilustres, a saber, la de «busco un hombre (honesto)», y la del desplante a Alejandro Magno: «Apártate, que me estás tapando el Sol».
Cuando he mencionado a Alejandro, ambos lo conocían, pero lo tenían por romano, y no por griego. «¡Ja!, y discípulo de Aristóteles», he exclamado.
Ambos han ido a Wikipedia y me han dado la razón.
A continuación, la parábola del erizo, de Schopenhauer. A Jack Jesús le ha gustado.
Después nos hemos echado todos una siesta que nos ha sabido a gloria, y más tarde, la merienda.
En la cocina, mi hijo mayor y yo nos hemos abrazado y nos hemos dicho lo orgullosos que estamos el uno del otro.
Para marcharse, una foto, orgulloso, con su hermano pequeño.
Jesús de la Palma
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