Términos peyorativos

Hace unos días escuchaba el testimonio de un hombre que llevaba conviviendo algo más de veinte años con un trastorno bipolar; reivindicaba la idea de que no se usara la terminología psiquiatría para definir acontecimientos sociales o conductas cotidianas. Defendía que del mismo modo que censuramos términos peyorativos como “sudaka”, “negrata” o “maricón”, no deberíamos permitir que se abusara en las tertulias televisivas, conversaciones ordinarias e incluso debates políticos, de términos propios de la disciplina psiquiátrica como “esquizofrénico” o “bipolar”, para denunciar conductas reprobables.

Jesús de la Palma 

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