Polvorín
Los dos asesinos a las órdenes de Macbeth en conspiración contra Banquo y su hijo Fleancio.
PRIMER ASESINO Mi rey, yo soy un hombre que viles golpes de este mundo y bofetadas lo tienen tan quemado, que me importa un bledo qué ultraje al mundo vaya a hacerle.
SEGUNDO ASESINO y yo soy otro tan harto de miseria, hundido de desgracias, que bien pondré mi vida a cualquier carta, a riesgo de arreglarla o acabar con ella.
Del mismo modo que los dos asesinos a las órdenes de Macbeth muestran una fría predisposición a cometer el mal, una sociedad quemada por los viles golpes y bofetadas de este mundo, lejos de apelar a la reflexión, está dispuesta a obedecer a cualquiera que, subido a una tarima, les prometa venganza.
Las sociedades humanas son polvorines a punto de estallar.
Jesús de la Palma
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