Igualdad y progreso

Lo que más me inquieta de esta falsa ilusión democrática que vivimos, de la falsa ilusión de progreso e igualdad, es la sensación de euforia que transmiten los jóvenes, que aun esclavizados material e ideológicamente, se piensan libres por el simple hecho de no tener responsabilidades; principalmente la responsabilidad hacia el otro, precisamente porque les han arrebatado ese derecho, que es el más importante. Porque para cuidar hay primero que valerse, y hoy, lo que subyace tras el individualismo narcisista preponderante entre la juventud es la pobreza espiritual y material.

Jesús de la Palma 

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